Una investigación de la Guardia Civil de Alicante ha permitido desarticular una organización que intentó introducir un alijo de cerca de 2,5 toneladas de hachís por el puerto de Santa Pola. La droga estaba oculta en un yate varado junto al club náutico de Santa Pola y tras descubrir el alijo se inició una investigación que permitió detener a mediados de mayo a seis personas de entre 25 y 69 años, cinco de ellas españolas y una albanesa, según confirmaron a este diario fuentes cercanas al caso. Cuatro de las detenciones se llevaron a cabo en Cartagena, una en La Manga del Mar Menor y otra en Santa Pola.
El juzgado de Instrucción número 1 de Elche acordó el ingreso en prisión de tres de los detenidos y libertad con cargos y medidas cautelares para los otros tres.
Alguno de los implicados ya contaban con numerosos antecedentes por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. A uno de ellos, hijastro del presunto cabecilla de la organización le consta en su historial una detención por un homicidio con arma de fuego cometido en 2007 en la localidad de Pozo Estrecho, muy cerca de Cartagena.
El alijo de más de 2.400 kilos de hachís fue descubierto a raíz de las investigaciones que realiza el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Alicante en las infraestructuras náuticas de la Costa Blanca.
Descarga en alta mar
Los agentes sospecharon de un yate de recreo con bandera española que había sido sacado del agua y estaba en un varadero situado junto al club náutico de Santa Pola. Realizaron sus indagaciones y constataron que los propietarios de la embarcación pretendían hacerla pasar por un barco pesquero. Nada más lejos de la realidad, ya que los investigadores del EDOA averiguaron que el yate podría haber realizado en altamar una operación de descarga de mercancía a otra embarcación, posiblemente droga.
Por ello, la Guardia Civil solicitó al juzgado de guardia de Elche autorización judicial para realizar un registro en yate varado en el puerto de Santa Pola y las sospechas de los agentes se confirmaron nada más subir a la embarcación. En su interior encontraron cerca de 2,5 toneladas de hachís repartidos en 23 fardos de arpillera y 50 bidones de plástico con capacidad para cincuenta litros de gasoil y en cuyo interior habían camuflado parte de la droga incautada.
La Guardia Civil sospecha que los narcos pretendían ir sacando paulatinamente la droga para no levantar sospechas.
Tras la intervención del alijo, el EDOA realizó sus investigaciones sobre el barco y averiguó la existencia de un entramado criminal asentado en las provincias de Alicante y Murcia.
El presunto cabecilla de la organización se dedicaba a financiar y gestionar la compra de embarcaciones de recreo para transportar los alijos de droga y también supervisaba las labores del resto de miembros del grupo.
Otro de los detenidos era el lugarteniente del cabecilla y coordinaba las labores de carga de la droga y supervisaba las misiones asignadas al resto de la tripulación, de la que también formaba parte.
Antecedentes por homicidio
El patrón de la embarcación era el hijastro del cabecilla que además de un amplio historial de antecedentes por narcotráfico le figura una detención en Cartagena por el mencionado homicidio ocurrido en 2007 en Pozo Estrecho.
Una vez identificó el EDOA de la Guardia Civil de Alicante a todos los miembros del grupo y pudo averiguar su paradero se organizó un operativo para capturar a las seis personas. En dicho dispositivo se contó con el apoyo de agentes de la Patrulla Fiscal y de Fronteras (Pafif) de Cabo de Palos y del Puesto de San Javier.
El cabecilla de la banda residía en la localidad de San Javier, donde los investigadores registraron su casa e intervinieron documentación relacionada con la actividad ilícita del grupo, mil euros en efectivo y una pistola municionada y lista para disparar.
El arma corta era de procedencia ilegal y ha sido remitida al Servicio de Criminalística para su estudio con el fin de determinar si ha sido usada en algún hecho delictivo pendiente de ser esclarecido.
La Guardia Civil descubrió que el jefe de la organización disponía de dos embarcaciones en propiedad que había comprado en Alicante para destinarlas al transporte de alijos de droga. Una de ellas era el yate donde fue decomisado el alijo de hachís.
Los detenidos han sido acusados de un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a organización, mientras que al cabecilla también le imputan un tercer delito de tenencia ilícita de armas. El juzgado de Instrucción número 1 de Elche decretó prisión para el cabecilla y otros dos arrestados.
