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Vecinos de Gran Alacant urgen que se acabe ya con el punto negro de la N-332

La alcaldesa asegura que lleva más de un año intentando citarse con Fomento para saber los detalles del plan de seguridad vial, aprobado en 2017

Punto negro en la N-332 a la salida de Gran Alacant. ANTONIO AMORÓS

Vecinos de Gran Alacant urgen que de una vez se acabe con el punto negro para el tráfico en la conexión entre la urbanización y el núcleo urbano de Santa Pola por la N-332. El Ministerio de Fomento tiene aprobado el proyecto desde 2017 con una partida presupuestaria, pero hasta la fecha aún no se ha iniciado su ejecución, y es que no consta que se haya iniciado la licitación de las obras.

El Ayuntamiento también reclama celeridad porque hasta la fecha no tienen más información. Es más, la propia alcaldesa, Loreto Serrano, asegura que lleva más de un año intentando pedir una cita con la Dirección General de Carreteras para tener algún detalle del avance de este proyecto de seguridad vial, que para el grueso de vecinos, trabajadores que vienen a Santa Pola y visitantes resulta crucial, ya que es un punto negro donde se han sucedido varios accidentes por los altos niveles de tráfico que registra.

En este tramo concreto, los coches y motos que quieren incorporarse a la nacional apenas tienen espacio para hacerlo, y menos en temporadas de máxima afluencia como el verano cuando la carretera se satura. Por ello el plan aprobado por Fomento contemplaría un aumento del carril de aceleración.

José Luis Gil, representante de la asociación de vecinos de Gran Alacant, expone que en este punto conflictivo a la salida se repite la situación de que «una buena fracción del tráfico se incorpora desde un stop, acelera 30 metros y se mete a la derecha en dirección a Balsares, Elche para ahorrar camino», por lo que se repiten a diario frenazos y sustos entre conductores, relata.

Desde el colectivo no entienden por qué se está demorando tanto este proyecto. Exponen que los terrenos ya los cedió el Ayuntamiento y que la inversión no sería tan disparada ya que se necesitarían cerca de 240.000 euros y el plazo de ejecución sería de un mes y dos semanas, según se desprende del proyecto.

A la espera

De la misma forma, a nivel municipal reconocen que tampoco tienen detalles de cuál es el avance del plan para mejorar el acceso a Santa Pola desde esta misma carretera nacional, pero a la altura del hotel Rocas Blancas. La primera edil reprocha en este sentido que «la pandemia de coronavirus ha servido para que sea aun más complicado encontrar a la administración».

Ha pasado un año y siete meses desde que el Ministerio de Fomento anunciaba que Santa Pola definitivamente tendría un nuevo acceso al municipio por la N-332. El objetivo era evitar un peligroso cruce que ya se ha saldado con varias víctimas mortales durante los últimos años mediante una doble rasante o salto a nivel.

La reordenación de los accesos a la altura del «km. 87,800 al 88,700» salvarían el peligroso cruce de entrada y salida al núcleo urbano a la altura del antiguo y abandonado hotel porque se trataría de resolver la intersección de acceso a la Ronda de Santa Pola con la N-332, que en la actualidad está dotada de carriles centrales para canalizar los giros a izquierda, por lo que el propio Ministerio apuntaba en su día que este punto «constituye un lugar especialmente conflictivo desde el punto de vista de la seguridad vial».

Esa obra permitiría que los accesos sean independientes para que los conductores que quieran continuar por la nacional puedan hacerlo, mientras que quiénes accedan a la localidad no tengan que esperar en un carril si no que entren por un vial a otro nivel que aliviaría el tráfico, todo ello distribuyendo el tráfico en ambas direcciones a través de una nueva rotonda. El presupuesto estimado para la obra es de 3,92 millones de euros.

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