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Operarios limpian lodo provocado por la riada que afectó a Santa Pola en 2019. | MATÍAS SEGARRA

Santa Pola minimizará el riesgo de inundación con más control de barrancos

El Ayuntamiento aprueba un plan de prevención que contempla hasta 14 albergues para resguardar a afectados ante una posible emergencia

Santa Pola aprueba un plan contra inundaciones para prevenir las consecuencias que podría traer un nuevo temporal como otra Dana como la que ya azotó a la villa marinera en 2019. Este documento, en fase de homologación por parte de la Conselleria, pone el foco en la vigilancia de los barrancos para prevenir riesgos de desbordamientos.

Además, contempla que 14 instalaciones como pabellones deportivos, institutos o incluso hoteles de la localidad se usen de albergue en el caso extremo de que parte de la población tenga que resguardarse ante una inundación.

Este documento, próximo a las 200 páginas y que debe validarse por la comisión de Protección Civil de la Comunidad Valenciana, vendrá a delimitar de forma más local las actuaciones del Ayuntamiento en el marco del plan de prevención que ya hay a nivel autonómico, por lo que en caso de que se superen los medios que prevé se podrían solicitar refuerzos amparándose en el plan de escala superior.

Así, uno de los principales objetivos que se marca este documento es mejorar la operatividad por parte de cuerpos y fuerzas de seguridad y Ayuntamiento a la hora de intervenir en una emergencia. La villa marinera ya ha experimentado en las últimas décadas varios capítulos de crecidas, según datos de pluviometría que aparecen en este trabajo, que han provocado daños materiales en playas, espigones, instalaciones portuarias, embarcaciones e incluso viviendas privadas.

Asimismo, el plan establece algunos puntos de vigilancia sobre puntos críticos como barrancos, donde el nivel de inundación es más alto. Para ello se tendrán que detectar lluvias intensas a partir de 40 litros por metro cuadrado en una hora o 100 litros por metro cuadrado en un periodo de 12 horas o inferior.

Hay que tener en cuenta que Santa Pola pertenece a la cuenca del Vinalopó por lo que el riesgo de inundación es alto ya que es el último municipio de la cuenca antes de la llegada del río al mar Mediterráneo, advierte el plan. Al hilo, se diferencia entre dos zonas según el tipo de riesgo.

La primera, la de las Salinas, está alimentada por caudales que proceden del río Vinalopó y algún pequeño barranco como el de la Sau. Se calcula que el área potencialmente inundable afecta a una población superior a 1.600 personas y diversos equipamientos. La otra zona serían los numerosos barrancos que nacen en la Sierra de Santa Pola. Muchos de ellos van a parar a zonas habitadas, tanto del núcleo urbano como de Gran Alacant, y algunos «causan problemas bastante importantes y suponen un tipo de riesgo alto, ya que el agua puede acumularse rápido y avanzar a velocidad alta», destaca el documento.

Se establecen como barrancos que suponen riesgo muy alto el de Catarra, Paco el Manyaco, el Barranco del Menut, el Barranco de Sant Pere, y de les Oliveres o el Barranc dels Botelles, en Gran Alacant.

Se han producido una decena de efectos meteorológicos del 1965 a finales de la década de los noventa que han provocado serios daños a la localidad, sin contar con los últimos destrozos de la Dana, que ocasionó grandes riadas y roturas en múltiples infraestructuras con grado de afección medio en centros públicos, viviendas y vehículos. El documento sirve, también, para tener el contacto de diferentes servicios de emergencias.

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