La alcaldesa de Santa Pola, Loreto Serrano, ha visitado este mediodía el Museo del Mar de Santa Pola que ha incorporado una aplicación de realidad virtual, con recorrido interactivo, de la fábrica de salazones o cetaria del yacimiento arqueológico de la Picola, que está declarado por la Generalitat Valenciana como Bien de Interés Cultural (BIC).
"Esta experiencia -explica el gabinete de comunicación municipal en una nota- cuenta con dos puntos simultáneos de disfrute en la sede central del Museo del Mar, que se encuentra ubicado en el Castillo Fortaleza. Para ello se han habilitado y abierto al público dos nuevas salas en el Museo. Esta actuación ha ascendido a un coste total de 27.164, 50 euros está financiada al 100% por la Generalitat Valenciana.
Loreto Serrano ha indicado tras probar el nuevo dispositivo que “el Museo da así un paso más hacia la incorporación de las nuevas tecnologías a la interpretación del patrimonio tras desarrollar, también de la mano de Patrimonio Virtual, una aplicación de realidad aumentada para la Casa Romana del Portus Ilicitanus. Animamos a los santapoleros y nuestros visitantes a que vengan a disfrutar de esta joya de nuestro patrimonio para que puedan experimentar de primera mano cómo vivían y trabajan hace 1600 años en Santa Pola”.
El Portus Ilicitanus fue referente comercial a escala regional de época imperial romana, disfrutó de dos fases de esplendor: una durante los siglos I-II d.C. y otra en el siglo IV d.C.
La directora del Museo del Mar, María José Cerdá subraya que “de esta segunda fase (s. IV) es la cetaria de La Picola (Santa Pola), un gran complejo productor de salsas de pescado. El análisis de los restos óseos de pescado hallados en el fondo de las balsas de decantación ha demostrado que se elaboraba garum, una apreciada y cara salsa de pescado que se utilizaba como condimento y potenciador del sabor en la cocina romana”.
En esta rica cetaria hallamos amplias zonas de producción y almacenamiento, entre las que destaca el patio con las balsas de fermentación del pescado salado (boquerón, sardina, chucla). Asimismo, había algunas ricas estancias pavimentadas con coloridos mosaicos, probablemente dedicadas a la venta del cotizado garum. Hace un par de semanas, en el municipio se rescató un ánfora de época romana en la Gran Playa que será expuesta entre el patrimonio local.
