El invasor mejillón cebra se expande sin control por el embalse de Crevillent

Técnicos de la CHS hallan nuevos individuos adultos de la especie detectada en marzo

Los primeros ejemplares en la cuenca del Segura llegaron a pantanos de Albacete

Ejemplares adultos de mejillón cebra hallados en Crevillent.

Ejemplares adultos de mejillón cebra hallados en Crevillent. / Información

Rubén Míguez

Rubén Míguez

El invasor y dañino mejillón cebra (Dreissena polymorpha) está causando estragos en la cuenca del Segura. Ejemplares adultos de esta especie exótica se expanden sin control por el embalse de Crevillent, tras detectarse el pasado mes de marzo los primeros ejemplares durante los trabajos de seguimiento del estado de las masas de agua.

Técnicos del área de calidad de aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) han hallado ahora nuevos individuos en este embalse, lo que causa preocupación.

Un pescador en el embalse de Crevillent, donde se pide a los usuarios que limpien sus útiles. | ANTONIO AMORÓS

Un pescador en el embalse de Crevillent, donde se pide a los usuarios que limpien sus útiles. | ANTONIO AMORÓS / rubénmíguez

Tras hallarse en marzo un primer ejemplar adulto, de 1,5 centímetros, de inmediato, la CHS puso en marcha las medidas previstas en el Plan de Choque contra el Mejillón Cebra que incluye el descenso de la cota del embalse para inspeccionar los taludes emergidos. De esta forma, se confirmó la presencia de más adultos de mejillón cebra en Crevillent, retirándose los individuos localizados.

El descenso de cota también permite que los adultos que no se puedan localizar y retirar, mueran por desecación. La propagación de esta especie invasora en el embalse de Crevillent está asociada a importantes daños ecológicos y económicos para las masas de agua e infraestructuras donde se asienta.

El organismo de cuenca pide a los usuarios que limpien y sequen todo el material que entre en contacto con las aguas

Por ello, la CHS estudia otras medidas de vigilancia y gestión, además de las que ya contempla el Plan de Choque, para contener su expansión a otras masas de agua e infraestructuras.

Apariciones

En la cuenca del Segura, la primera detección de un individuo adulto de mejillón cebra tuvo lugar en mayo de 2022 en el embalse del Talave y, después, en Camarillas, ambos en la provincia de Albacete. Desde esa fecha, la CHS ha adoptado diferentes medidas de gestión y a final de 2022 aprobó el «Plan de Choque contra el Mejillón Cebra 2022/2023», disponible en la página web del organismo de cuenca.

En la misma web también se ofrece información a los ciudadanos sobre el control de la especie, y se ha enviado toda la información relevante a la oficina en Orihuela para atender las consultas de los ciudadanos en la Vega Baja. Además, la CHS ha abierto otra línea de comunicación a la que se pueden dirigir en la dirección de correo area.calidad@chsegura.es.

El mejillón cebra está considerada una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Los principales impactos sobre el ecosistema y los recursos económicos se deben a su elevada capacidad de crecimiento formando colonias y agregados que llegan, incluso, a taponar conducciones o tuberías.

Sobre el ecosistema, al ser un gran consumidor de fitoplancton, aumenta la claridad del agua alterando las condiciones de la misma, cambiando el ecosistema. Además, puede afectar negativamente al turismo y a otras actividades recreativas como la pesca deportiva y la navegación al cubrir, casi por completo, los taludes u orillas de las masas de agua donde prolifera. No obstante, para la salud humana no representa peligro, pero sí para el medioambiente.

Sus colonias llegan a taponar conducciones y en el ecosistema su impacto es enorme al desplazar a otras especies

Racimos

Esta especie se agrupa en racimos «muy grandes» formando bolas que pueden obstruir cualquier toma de agua, lo que causa daños muy considerables a hidroeléctricas, regantes, ayuntamientos, etc.

En el plano ecológico, su impacto es «brutal», pues al posarse sobre cualquier superficie sólida, desplaza a otros organismos, incluidas otras especies con concha cuya supervivencia se ve amenazada.

El mejillón cebra, considerada una de las especies exóticas invasoras más peligrosas por su impacto económico y su daño sobre los ecosistemas, ya está presente en ocho de las quince demarcaciones hidrográficas de España, después de hallarse ejemplares adultos en la cuenca del Segura, adonde podría haber llegado, según los expertos, desde el Tajo a través del trasvase.

Ejemplares de mejillón cebra

Ejemplares de mejillón cebra / Efe

La especie apareció por primera vez en España en 2001, en concreto en las cuencas del Ebro y el Júcar. Procede de los mares Negro, Caspio y Azov. La concha del adulto tiene forma triangular alargada y puede llegar a medir hasta cuatro centímetros de longitud. Las valvas presentan bandas alternas claras y oscuras en forma de zigzag que puede variar tanto en la forma como en la tonalidad. No es comestible.

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el mejillón cebra también está ya presente en las demarcaciones del Guadalquivir, las cuencas mediterráneas andaluzas; el Guadalete y Barbate; el Tinto, Odiel y Piedras; el Júcar, el Ebro y el distrito de cuenca fluvial de Cataluña.

Según los expertos, es lógico que el mejillón cebra se asiente en la España «calcárea», porque para formar su concha necesita de carbonato cálcico. En cambio, la España «silicia» resiste, por ahora, frente a esta invasión.

Dada su alta capacidad reproductiva (un ejemplar puede liberar más de un millón de larvas al año) y la ausencia de depredadores específicos, coloniza rápidamente los embalses afectados.

Limpieza

El organismo de cuenca pide a los usuarios de los embalses afectados (Talave, Camarillas, Cenajo y Crevillent) su máxima colaboración. Para ello se pide especial atención en la limpieza y secado de todo material que entre en contacto con las aguas como pueden ser útiles de pesca, embarcaciones, motores o cubos para no que no sean vectores involuntarios de propagación.

Al respecto, la CHS ha publicado un protocolo de limpieza para facilitar la tarea. En general, se debe evitar llevar agua de un embalse a otro en cubos, embarcaciones o motores, y limpiar con una solución desinfectante todos los materiales y dejarlos secar al aire.