El pasado 28 de julio se procedió a la retirada del vallado que impedía el acceso a las nuevas calles del flamante, ahora sí, barrio de Benalúa Sur. De esta forma se daban por inauguradas las nuevas calles y plazas surgidas entre las avenidas del Catedrático Soler y de Elche. A este conjunto de calles hay que unir la manzana situada entre la prolongación de Moratín y el tramo final de Óscar Espla (la llamada Milla de Oro) ya urbanizada a principios de este siglo, así como el sector de las Harineras Cloquell y Bufort que queda descolgado de este plan urbanístico.

Benalúa Sur comenzó a nacer a finales del siglo XIX, casi a la vez que el propio barrio matriz del que toma el nombre. Por desgracia, pese a ser incluido en el Plan de Ensanche de Alicante y quedar planificadas todas sus calles y plazas, la vida del barrio quedó interrumpida en las primeras décadas del siglo XX por diversas razones que luego veremos.

Según el plano parcelario del mencionado Plan de Ensanche de 1888 del arquitecto José González Altés, la zona del Babel hoy conocida como Benalúa Sur, estaba conformada por una pequeña parte de tierra propiedad de la Sociedad Los Diez Amigos, fundadora del barrio de Benalúa; los terrenos restantes del denominado Huerto del Bambero; parte de los terrenos de Arturo Salvetti; las tierras del Marqués de Loring; el lavadero y Huerto de Ramón Pastor; las casas del mencionado Pastor y de Andrés Bufó (¿Bufort?) junto al antiguo camino de Santa Pola; la extensa finca El Pato, de los Herederos de Orts, con casa, huerto, balseta y era; parte sur del Huerto de Lozano (o de Vera). En la zona estaba situada además la fábrica de Harinas de José Mauricio y Cía. (el conocido por Molino de Mauricio) que en 1906 fue arrendado al Ministerio de Guerra, pasando a elaborar alimentos para el ejército español.

En la sesión de la Junta del 15 de septiembre de 1886, Los Diez Amigos acordaron que uno de sus miembros, Pascual Pardo Jimeno redactara el plano de urbanización de la parte del barrio que daba acceso a la estación de Benalúa. El 7 de octubre se presentaron las alineaciones y los miembros de la Junta solicitaron a Pardo que ampliara su trabajo hasta el camino de Santa Pola. El trabajo definitivo fue presentado en la reunión del 14 de octubre del mismo año. A finales de abril de 1887 se planificó una gran avenida que pretendía unir ambas estaciones de ferrocarril, germen de la actual avenida de Óscar Esplá. Por desgracia dichos planos no se conservan.

Posteriormente, siguiendo las alineaciones del Ensanche, se instalaron nuevas industrias como la cerámica de Ramón Borja (1923), de la que hoy permanecen sus esbeltas chimeneas; las Harineras de Bufort (1934) y Cloquell (1936), en la misma avenida de Elche; así como una gasolinera, talleres mecánicos (navales y de vehículos como Siata-Jeep) y pequeñas industrias y comercios. Además surgió un modesto barrio de viviendas alineado con la prolongación de la calle del Arquitecto Guardiola y el antiguo camino de Santa Pola, denominado por aquel entonces calle de José Cabrera Vicario, voluntario de la División Azul que acabó dando nombre a la pequeña barriada de viviendas.

Por desgracia, Benalúa Sur quedó convertido en un extraño conglomerado de fábricas, almacenes, infraviviendas, restos de huertos y una gasolinera, todo ello con una urbanización precaria e incompleta. A esto hay que unir su situación por debajo de la cota de la avenida del Catedrático Soler y en el cauce del desaparecido barranco de Benalúa que terminaba en las tapias de la Estación, por lo que las inundaciones eran frecuentes. Por todo ello la zona fue degradándose paulatinamente hasta su derribo a finales del siglo pasado.

Tras décadas de abandono, las obras de urbanización se reactivaron a inicios del siglo XXI con la demolición de las primeras naves que existían en la manzana de Catedrático Soler con Óscar Esplá, Moratín y Elche (y el callejón de Trajano) para construir los dos primeros edificios de viviendas del nuevo siglo y el Hotel AC, inaugurado en el año 2005.

El Plan Parcial de Benalúa Sur se proyectó en 2003 y las obras se iniciaron en octubre de 2007, pero quedaron paralizadas dos años después a raíz de la crisis económica mundial. Las obras volvieron a arrancar oficialmente el 16 de julio de 2019 de la mano de CHM Obras e Infraestructuras que concluyó lo iniciado doce años antes. Fuera del plan urbanístico han quedado las dos harineras, que en estas fechas están realizando su traslado a Mutxamel. Su futuro, aún incierto, parece que pasa por su salvación parcial de los silos y almacenes y su transformación en equipamientos para el barrio. A su alrededor, nuevas promociones de viviendas se anuncian en los solares antaño ocupados por infraviviendas, fábricas y almacenes. Benalúa Sur renace de sus cenizas.