En estos días en los que «saltan chispas» por la subida del precio de la electricidad, una buena noticia: el Centro de Tratamiento de Residuos de Alicante (CETRA) ha incrementado un 12% en los tres primeros trimestres de este 2021 la energía que ha vertido a la red eléctrica, con respecto al mismo periodo de 2020. Se han aportado en lo que va de año una media mensual de 1.025 Mwh, según los datos facilitados por UTE Alicante, empresa que gestiona la planta de Fontcalent.

El CETRA gestiona los residuos que provienen del contenedor gris o resto, donde los ciudadanos depositan residuos mezclados, no los contenedores de recogida selectiva, gestionados por Ecoembes. Según destacan desde la dirección de UTE Alicante, la planta de tratamiento de Fontcalent ha incrementado la eficiencia en la reutilización y el reciclaje de los residuos domiciliarios (RU) en todos los procesos de recuperación de subproductos y materiales respecto al año anterior. «Hemos invertido el pasado ejercicio un gran esfuerzo en mejorar los sistemas y la eficiencia de los procesos para recuperar el máximo posible de materiales y cumplir con uno de los indicadores de mejora que nos propusimos, como empresa gestora de los residuos municipales, en el cumplimiento de la Norma de Medio Ambiente ISO:14.001 para los distintos procesos de recuperación de la planta, tal y como reflejan los datos recogidos en nuestra memoria anual», explican.

Todos los residuos no clasificados en origen por los vecinos, además de los restos orgánicos, van a parar al contenedor gris, precisamente el que presenta una mayor dificultad para separar, reciclar y reutilizar su contenido. El CETRA es capaz de tratar más de 3.000 Tn de estos residuos no clasificados a la semana y casi 160.000 Tn al año».

El tratamiento consiste en separar todos los elementos susceptibles de tener un valor o un reciclaje para que puedan convertirse en nueva materia prima. Los residuos mezclados del contenedor gris que llegan al CETRA son depositados en el interior de la planta de tratamiento, donde se recepcionan, se separan y clasifican en los diferentes materiales que se emplearán para la fabricación de otros productos. La materia orgánica que se separa se emplea para la elaboración de bioestabilizado y la producción de biogás en el biodigestor para su transformación en energía verde.

La materia orgánica es separada del resto de componentes de los residuos urbanos y sigue el proceso de valorización. La mayor parte se deriva a compostaje para la producción de abono bioestabilizado y el resto va al módulo de biometanización que la descompone en sustancias más sencillas y en este proceso se genera biogás, compuesto por una mezcla de gases entre los que destaca el metano, para la obtención de energía.

El gas metano presente en el biogás se usa para obtener electricidad. / INFORMACIÓN

Es un proceso natural en el que colonias de bacterias descomponen los residuos generando en el proceso gas metano, «que en Alicante se utiliza, a su vez para obtener electricidad. La basura orgánica del municipio vuelve a tener un uso en forma de energía renovable cerrando el ciclo, una vez más, de la economía circular», subraya Irene Martínez, responsable de Medio Ambiente y Calidad de UTE Alicante. A demás tiene grandes ventajas medioambientales, ya que se evita la emisión de gases de efecto invernadero que se producirían en la descomposición o incineración y se evitan malos olores, proliferación de insectos, etc. Mediante este proceso se han recuperado 6.902,84 Tn de material bioestabilizado.

Solo existen medio centenar de instalaciones que cuenten con procesos de biometanización en toda España. Se trata de plantas donde, a partir de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos que se fermentan en un gran biodigestor en ausencia de oxígeno (biodigestión anaerobia), se produce un gas con alto contenido en metano. Durante 2020, este biogás producido en el proceso de biometanización unido al que se extrae mediante los pozos de desgasificación del depósito controlado generó, gracias a motores de cogeneración, 11.127,71 Mwh de electricidad que se volcaron a la red de distribución. Esta energía sería suficiente para alimentar durante todo el año a un barrio como el de San Blas. Durante los tres primeros trimestres de 2021 se ha producido un incremento de un 12 % en el aporte de energía a la red eléctrica.

Además de la obtención de energía, la biogasificación tiene otras ventajas medioambientales, ya que evita la emisión de gases de efecto invernadero que se produciría si los residuos fermentarán al aire libre. «Este proceso forma parte del concepto de ‘economía circular’ que trata de aprovechar al máximo todos los recursos que ponemos en circulación en vez de utilizar otros nuevos, un mal hábito que acaba con la biodiversidad del planeta», describe Irene Martínez.

Imagen del biodigestor y el gasómetro del CETRA de Fontcalent. / INFORMACIÓN

Medidas de mejora

UTE Alicante ha llevado a cabo acciones de mejora en los depósitos controlados que tiene Alicante. Por un lado, la desgasificación activa para la recuperación de biogás de la última celda, evitando así emisiones de gases de efecto invernadero y reduciendo la afección al entorno de la instalación, al tiempo que se minimiza la generación de olores. Por otro lado, en el depósito clausurado o antiguo vertedero se ha acometido una importante actuación de recuperación de la superficie sellada empleando tratamientos de protección del suelo innovadores a partir de residuos de parques y jardines de la propia ciudad. «De esta manera se reduce el efecto de las lluvias torrenciales, la pérdida de suelo y se favorece el desarrollo de una cubierta vegetal adecuada y duradera en el tiempo», explica Martínez.

Para el 2030, España ha adquirido el compromiso de limitar o de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, tanto en el ámbito de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, su Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, como en el de la Unión Europea. Y establece objetivos concretos a alcanzar en el año 2030 en materia de energía renovable, eficiencia energética y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Entre estos objetivos, al menos habrá que producir un 55 % menos de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con 1990 y al menos,un 32% de energías renovables en el consumo de energía.

Durante el 2020, con el proceso de captación de biogás de las instalaciones del Centro de Tratamiento de Residuos de Alicante no se han emitido a la atmósfera 37.309 Tn de gases de efecto invernadero y en los tres trimestres de 2021, no se han emitido 25.085,48 Tn.