Los Moros y Cristianos han vuelto a las calles de Villafranqueza. El barrio alicantino ha tenido el privilegio de ser uno de los primeros lugares en los que estas fiestas tan populares en la provincia han regresado para celebrarse prácticamente con normalidad.
Tal y como explica el presidente de la Asociación de Moros y Cristianos de Villafranqueza, José Pascual Saura Gallud, tras dos años de obligado parón por la situación sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus, «la gente tenía mucha ilusión por volver a disfrutar de la Fiesta». Saura recuerda que « a nosotros nos pilló el parón después de la presentación de cargos de 2020, a una semana de los días grandes, con todo montado, todo comprado, con los trajes de alquiler ya en los locales...».
Aunque se han tenido que implementar ciertas medidas recomendadas por las autoridades sanitarias, como montar carpas al aire libre, fuera de los locales, o incrementar el recorrido para evitar las aglomeraciones de público, por lo demás, las Fiestas resultaron más brillantes si cabe que años anteriores, «sobre todo con más público».
Tras el Pregón del jueves 17 de marzo a cargo de la María Vicenta Llopis Ventura, del Colegio Jesús y María de Villafranqueza, el viernes se celebró la Embajada Humorística, el Desfile Humorístico y la Alborada por el Patrón, San José. El sábado por la tarde el desfile Cristiano-Moro con unos 900 participantes entre festeros ballets y boatos, más las bandas de música, con las capitanías de Contrabandistas y Yemeníes. Por la noche Embajada Mora, Alardo y Capitulación Cristiana. El domingo fue por la mañana la Procesión y por la tarde el Desfile Moro-Cristiano, ya sin boatos.
