En nuestro recorrido para conocer la riqueza patrimonial de Nueva Tabarca nos acompaña José Manuel Pérez Burgos, jefe de Patrimonio Integral del Ayuntamiento de Alicante y comenzamos por el museo, del que también es director. El Museo de Nueva Tabarca se ubica en el lugar que albergaba el antiguo almacén de la almadraba, nada más salir del puerto a la izquierda, y hoy en día es el edificio de servicios municipales en la isla, como la Policía Local, el botiquín, el local de la Reserva Marina...

En la actualidad solo se encuentra abierta la sala en la que se proyecta un audiovisual, donde hay unas pequeñas muestras de la exposición relacionadas con la arqueología subacuática y el patrimonio integral de la isla. En una gran urna de cristal y con el título de «Una isla en una vitrina» se muestran numerosos y variados objetos junto a un panel en el que están numerados y que explica brevemente lo que son.

En otra zona denominada «El rincón romano de Nueva Tabarca» se puede contemplar una pequeña muestra expositiva, con algunas ánforas de diferentes épocas, todas sacadas de aguas tabarquinas, que contiene el fondo que posiblemente sea la estrella del museo, un cepo de ancla romana de época altoimperial romana (siglos I-II d.C.), con 250 kg de plomo macizo, que fue descubierta hace unos años por el biólogo responsable del Servicio de Vigilancia y Mantenimiento de la Reserva Marina de Tabarca. «La sala de exposición del museo está pendiente de una reforma integral para adaptarla a los sistemas de museografía moderna», explica su director.

Vista de la playa, la Torre de San José y el faro, al fondo. RAFA ARJONES

La Torre de San José

Nueva Tabarca es en realidad un pequeño archipiélago, compuesto por, además de la isla Plana (la que comúnmente conocemos por Tabarca) por los islotes de La Cantera, La Galera y La Nao. Posee una longitud aproximada de 1.800 metros y una anchura máxima de unos 400 metros, y poco más de 30 hectareas. Desde 1964 está considerado como Conjunto Histórico, y desde 1986 Reserva Marina, la primera que se declaró en España.

Continuamos la visita caminando hacia el Este de la Isla, donde destacan la Torre de San José, el Faro y el Cementerio. Es la zona más árida de la isla, la que sufre más la alta insolación.

La Torre de San José es un cuartel de la Guardia Civil y pertenece al Ministerio de Interior y en estos momentos desde el Ayuntamiento de Alicante se está tramitando su cesión para uso cultural, «de hecho ya hemos tenido reuniones con responsables del instituto armado y la idea es que en un futuro pueda albergar el museo», explica José Manuel Pérez. Es uno de los últimos grandes monumentos que se realizaron en la isla y su construcción esta datada hacia 1791, fruto de la idea de dejar, tras la paz con Argelia, un solo destacamento militar. Es posterior a la ciudad amurallada, que se inició hacia 1769-70, mientras que la Torre de San José es de 1790-91.

Está en buen estado de conservación porque es una torre con una estructura de grandes sillares. Por dentro se hizo una pequeña reforma hace unos años para mantener en condiciones las viviendas que utilizan los guardias civiles cuando se quedan, sobre todo en verano, a pernoctar en la isla.

La casa donde vivió Rafael Arques Chacopino, «El Paíto» RAFA ARJONES

El faro

Otro elemento de gran valor patrimonial es el faro, que está datado hacia 1854. Es el primer faro que se levantó dentro de la política de construcción de este tipo de infraestructuras en esta franja mediterránea a mediados del XIX. Cabe recordar que Nueva Tabarca es un archipiélago muy peligroso para la navegación, a su alrededor, tiene muchos escollos que cuando la marea está más alta se ocultan. Tuvo un papel muy importante y hoy en día está en uso. El farero que lo mantiene es el de Santa Pola, vive allí y lleva también el mantenimiento del Faro de Tabarca.

La puerta de San Gabriel, con inscripciones en latín. RAFA ARJONES

El cementerio

En el extremo más oriental de la isla se haya el Cementerio Nuevo, que es el que actualmente se usa aunque en estos momentos tiene saturada su capacidad y el Ayuntamiento de Alicante tiene previsto acometer en breve una ampliación de nichos. Se sitúa cronológicamente en 1913.

José Manuel Pérez recuerda que «el primer cementerio de la isla fue, como en casi todos los sitios, dentro de la iglesia en las criptas y alrededor del edificio, en la Plaza de la Iglesia. Tras la desamortización de Mendizábal de primeros del siglo XIX se prohibe enterrar dentro de las ciudadelas amuralladas y se tienen que sacar los cementerios fuera de las murallas. Entonces el segundo sitio para enterrar a los muertos en Tabarca fue precisamente debajo de donde está el museo ahora y el tercero es el que está en la punta más oriental de la isla, prácticamente dando vista al islote de La Nao».

Entre la Torre de San José y el faro están las ruinas de una casa de labranza que es el «testigo mudo» de aquellas labores agropecuarias, muy domésticas, que hubo en la isla, sobre todo en la primera mitad del siglo XX. Las condiciones del suelo son muy adversas para la agricultura o la ganadería.

Un cañón hincado en la roca donde se ataban las maromas de los barcos en el puerto viejo. RAFA ARJONES

Sendero patrimonial

Regresamos hacia la zona del puerto, la playa y las dependencias municipales y antes de entrar en la zona habitada de la isla encontramos un panel explicativo del sendero patrimonial que la recorre, y que fue el primero de los senderos urbanos que ha desarrollado el Ayuntamiento. Muestra los hitos fundamentales de la isla, tanto desde el punto de vista monumental como natural, entre ellos los handicaps que han influido en su poblamiento, como la falta de agua dulce, las condiciones adversas del suelo, el azote del viento o la alta insolación, que han hecho que Nueva Tabarca tenga un habitat tan adverso.

Entramos al pueblo por la Puerta de San Rafael, que se ha convertido en su acceso principal desde el puerto, aunque en la antigüedad la puerta principal era la de San Miguel, que da al muelle viejo, el que tenía la isla en el siglo XVIII, y es donde estaba el cuerpo de guardia. La tercera puerta de la isla es la de San Gabriel, que es la que está en la punta más occidental y que da al islote de La Cantera, llamado así porque de allí salió toda la piedra para construir las murallas y las distintas edificaciones en el siglo XVIII. Pérez explica que «hay comentarios de cronistas de la época que hablan de que el islote de La Cantera era tan alto como el Cabo de Santa Pola».

La puerta de San Miguel. RAFA ARJONES

Urbanismo tabarquino

El urbanismo tabarquino esta hecho a imagen y semejanza de lo que era el nuevo mundo en época renacentista. Es un sistema urbanístico ortogonal, con calles perpendiculares y paralelas, «lo que era el antiguo urbanismo, por ejemplo, romano, con un cardo, que sería en Tabarca la Calle d’en Mig, y un decúmano que sería la calle que cruza por la plaza principal del pueblo», detalla José Manuel Pérez.

En Tabarca hay tres plazas, la plaza de Carloforte, la plaza Grande y la plaza de Baillencourt, que hace referencia al gobernador militar de Alicante cuando se hizo la colonización de Isla Plana, ordenada por el rey Carlos III, que indicó que se hiciera desde Alicante. «En ese momento este conjunto insular pasa de manos de Elche, que es donde pertenecía, a Alicante, y se convierte en un barrio, en una pedanía de la ciudad de Alicante, en 1769», subraya Pérez.

Junto a la Puerta de San Miguel, lo que fue el cuerpo de guardia es ahora un consultorio médico, que cuenta con un enfermero todo el año y médico los meses de julio y agosto. Como curiosidad, en el muelle viejo se puede observar unos restos de un cañón hincado en la piedra que servía para amarrar las maromas cuando se subían los barcos a tierra. De hecho se observa también la piedra erosionada por el paso de las embarcaciones arrastradas.

Fachada de la Iglesia de San Pedro y San Pablo. RAFA ARJONES

La iglesia

Uno de los grandes hitos monumentales de la isla es la Iglesia de San Pedro y San Pablo. En 1769 ya existía una pequeña capilla, que se amplió a iglesia y fue bendecida en 1770, aunque su construcción no finalizó hasta 1779, y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1964 junto con el resto de la isla.

En 2016 concluyó un accidentado proceso de restauración que la mantuvo cerrada 13 años, aunque lo cierto es que es difícil poder ver su interior al no estar abierta al público habitualmente por depender del párroco de Santa Pola. Lo que sí está en estado de ruina es el edificio anexo que es la casa sacerdotal. Hay un proyecto de rehabilitación realizado por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alicante y el Ayuntamiento está en conversaciones con la universidad, la conselleria y el obispado para poder llevarlo a cabo.

Su valor patrimonial es enorme y es un monumento que artísticamente es bastante singular. No responde a ningún estilo artístico concreto, aunque esta situado en el neoclasicismo, porque está realizada por el propio ingeniero militar que se encargo de la construcción del amurallamiento de la isla y no responde a los cánones de la arquitectura de la época. En realidad es un templo-fortaleza, que está incluso unido al baluarte de la Concepción.

Sequimos nuestro recorrido en dirección Oeste y llegamos a la plaza de Baillencourt para recordar un hecho que convulsionó en su día la tranquila vida de la isla. En el año 1996 se hizo la acometida del tubo submarino que traía la luz desde el cabo de Santa Pola a Nueva Tabarca. Hubo que hacer unas zanjas que entraban muy cerca de la puerta de San Gabriel hacia el pueblo por donde discurría todo el cableado y se hicieron excavaciones para hacer el seguimiento arqueológico preceptivo al ser Tabarca un Bien de Interés Cultural. Y apareció un cadáver «muy bien conservado, con el pelo crecido y las uñas largas que prácticamente momificado, -según cuenta el jefe de Patrimonio Integral del Ayuntamiento- pero no estaba en una tumba, apareció en un agujero e interpretamos que se trataba de un obrero de los que traerían casi exclavizados para hacer las obras de las murallas. Además el cuerpo estaba cubierto de cal, lo cual puede hacer pensar que murió de cólera. Hubo que parar la excavación porque el cólera se mantiene. Fue muy curioso porque en Tabarca se empezó a decir que era un asesinato. Tuvimos que demostrar que estaba en una secuencia arqueo-estratigráfica y que pertenecía al siglo XVIII».

Otra curiosidad que se puede apreciar al salir hacia el islote de La Cantera por la Puerta de San Gabriel son unos sillares a medio extraer. Están claramente marcados en la roca pero seguramente se dejaron a medias por no ser necesarios finalmente al terminar alguna construcción. Actualmente están bastante redondeados por la erosión.

En las jambas exteriores de la Puerta de San Gabriel se puede apreciar la flor de lis borbónica y una inscripción en latín que dice «El rey Carlos III lo hizo y lo edificó», pese a ser una puerta en teoría secundaria. Seguramente porque había una barbacana o estructura defensiva y le quisieron dar importancia a la puerta, que contaba a demás con foso defensivo y puente levadizo.

Visitantes descansando bajo la Virgen de los Esclavos. RAFA ARJONES

La Virgen del Esclavo

En el interior de la Puerta de San Gabriel hay una hornacina con una imagen de una Virgen que no es tabarquina. Se trata de la Virgen del Esclavo, que es venerada en la isla de Carloforte, y que está hermanada con la Virgen del Carmen, patrona de Tabarca, fruto del hermanamiento entre las islas en uno de los viajes para promover la «tabarquinidad».

Otra curiosidad es una verdadera aberración urbanística construida en un lugar que incumple todas las leyes de Costas habidas y por haber. Se trata de un pequeño inmueble de color blanco y azul y que se mantiene porque forma ya parte de la memoria de la isla y donde vivió Rafael Arques Chacopino, «El Paíto», todo un entrañable personaje tabarquino que hacía unos arroces marineros excelentes, cuyo tiempo de cocción medía en función de los cigarros que fumaba. La casa aparece en la última película del director de cine de San Vicente del Raspeig Adán Aliaga, «Fishbone», y de hecho fue repintada para la ocasión.

Paño de muralla perfectamente conservada y debajo la «Cova del llop marí». RAFA ARJONES

La cueva del Lobo marino

Llegamos a uno de los rincones más representativos de lo que es el patrimonio integral de Nueva Tabarca, tanto histórico y monumental como natural. Se trata de un paño de muralla perfectamente conservada de lo que se llama «la gran tenaza doble de Aranda», en referencia al conde que era el presidente del Consejo de Castilla y que impulsó el proyecto de colonización desde el Gobierno central de Madrid, y que fue quien se lo encargó al ingeniero militar Méndez de Rao. Por debajo de esa doble tenaza perfectamente adaptada topgráficamente al terreno se abre la «Cova del Llop Marí», que es como se conocía a la foca monje y que tuvo en Tabarca uno de sus últimos habitats en el Mediterráneo. «Actualmente solo se puede contemplar en las costas de Mauritania», explica José Manuel Pérez. Entre los años 30 y 50 del pasado siglo XX vivió allí la ultima pareja de focas monje. Al parecer, los pescadores de la isla las veían como dañinas por la cantidad de pescado que comían y las hicieron desaparecer. «Hoy en día sería una maravilla y un inreíble atractivo turístico ver a las focas soleándose en las rocas», admite Pérez.

La Casa del Gobernador es ahora un hotel. RAFA ARJONES

Casa del Gobernador

Terminamos nuestro recorrido en otro lugar de gran valor patrimonial como es la Casa del Gobernador. Fue el primer hotel que tuvo la isla, primero gestionado por la antigua Asociación de Comerciantes de Tabarca y actualmente una concesión del Ayuntamiento de Alicante, que tiene la propiedad del inmueble. El edificio es original del siglo XVIII y era donde se alojaba el gobernador militar con las autoridades, administrativas y militares que tuvo la isla hasta 1850, que es al año en el que deja de ser un una plaza militar para ser una plaza cien por cien civil.

Actualmente el establecimiento hotelero conserva estructuralmente la fisonomía de la antigua casa, aunque evidentemente con las reformas que se hicieron para adaptar el inmueble por dentro.

La Casa del Gobernador es utilizada en ocasiones para actos culturales y exposiciones, como la que se hizo en 2020 por el 250 aniversario de la colonización de la isla, que no se pudo celebrar con brillantez por la pandemia.

Reconocimiento a la «tabarquinidad»

Cinco enclaves con una identidad común buscan ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

En 2014, el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Alicante, con el apoyo de todos los grupos políticos, adoptó el acuerdo de apoyo a la iniciativa para proponer y obtener la declaración de «tabarquinidad» como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Previemente, en 2008 tuvo lugar el primer congreso internacional a la que acudieron los representantes de las ciudades tabarquinas: Pegli (Génova), Tabarka (Túnez), Carloforte y Calasetta (Cerdeña) y Nueva Tabarca y en la que se firmó el convenio en el que las cinco Tabarcas apoyaron la candidatura y se pusieron de manifiesto las diversas manifestaciones de carácter inmaterial, que hablan claramente del pasado y presente que unen de manera fehaciente a varias comunidades mediterráneas que tienen en la «tabarquinidad» una identidad común en el parentesco con lazos existentes y presentes entre los pobladores, con apellidos comunes que coinciden y una lengua utilizada común y diferenciable transmitida de generación en generación.

Además, la pesca y las artes marineras, constituyen uno de los lazos de unión más fuertes entre todas las comunidades tabarquinas, siendo el mar la razón de ser y forjar el carácter de sus pobladores. Otra de sus tradiciones, son la música y la danza, contando con tradiciones como fiestas en honor a San Juan Bautista en Calassetta y Carloforte, o las que ensalzan a San Pedro en esta última.

Matrimonio tabarquino, ambos nacidos y criados en la isla. RAFA ARJONES

Otro de los ejemplos de las simbiosis entre las poblaciones separadas geográficamente en la actualidad, es la gastronomía tabarquina, con platos comúnmente marineros como el típico de Nueva Tabarca conocido como el «caldero tabarquino».

En 2018, siendo concejal de Cultura la popular María Dolores Padilla asistió acompañada del director del Museo de Nueva Tabarca a las jornadas «La Herencia Cultural de la Aventura Histórica de las Tabarcas, un Patrimonio Mediterráneo compartido» en la ciudad de Tabarka -Túnez- con motivo de la candidatura de la herencia cultural inmaterial de la Epopeya Histórica Tabarquina a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, donde se firmó un protocolo de acuerdo de cooperación y de hermanamiento entre los países que conforman la tabarquinidad: España, Italia y Túnez.

Ahora el asunto está aparcado. José Manuel Pérez explica que lo paró la UNESCO porque al parecer había alguna documentación incompleta, pero actualmente «la inestabilidad política que sufre Túnez en estos momentos, con distintos cambios de Gobierno lo hacen muy complicado. Desde España, el Ayuntamiento de Alicante, junto con Casa Mediterráneo, se ha intentado retomar el tema».

La diáspora por el Mediterráneo que vivieron los originarios habitantes de la Tabarka tunecina y sus descendientes, los distintos apresamientos que sufrieron primero a manos de los propios tunecinos y luego de los argelinos hasta su liberación, gracias ala corona española a finales del siglo XVIII, ha marcado el carácter de los tabarquinos y las tabarquinas.