En esta ocasión voy a retroceder en el tiempo sólo treinta años. A una época en la que Alicante preveía reformar su frente litoral con la construcción del Paseo del Puerto Viejo y las reformas de los paseos portuarios y del paseo de Gómiz. Fue en ese momento cuando los alicantinos oímos hablar por vez primera de un carril bici en la ciudad.

A día de hoy la bicicleta se está convirtiendo en un medio de transporte cada vez más utilizado por los alicantinos. Y no sólo para pasear o hacer ejercicio los fines de semana. Es cada vez más frecuente su uso diario para acudir al puesto de trabajo o simplemente para desplazarse en el día a día.

Alicante cuenta con una amplia red de itinerarios ciclistas de varios tipos, desde el carril bici separado del tráfico, hasta la calzada compartida, pasando por la peligrosísima acera compartida. Los diez itinerarios ciclistas disponibles en la ciudad permiten al ciudadano desplazarse con relativa comodidad por la ciudad, si bien es cierto que barrios como La Torreta aún no disponen de itinerario ciclista por sus calles, algo que sí que tiene, por ejemplo, el inmediato barrio de Juan Pablo II.

Como decía al principio, la historia del carril bici en Alicante comenzó hace casi treinta años. Tal y como contaba la periodista Pirula Arderius en INFORMACIÓN, en diciembre de 1994, el Ayuntamiento anunció la intención de dotar a nuestra ciudad de un carril bici que uniría la Puerta del Mar con la entonces estación del Trenet de la Marina. En un futuro se pensaba prolongar este carril hasta la Albufereta, pero como veremos más adelante, el carril bici no solo no se prolongó sino que pocos años después vio mermada su longitud a la mitad.

Mientras tanto, y de cara a las elecciones municipales que llevarían a Luis Díaz Alperi al gobierno local, el Ayuntamiento presidido por Ángel Luna presentó, en colaboración con la Generalitat, un proyecto faraónico de esos que tanto gusta anunciar a bombo y platillo para acabar en el cajón tras los comicios. Se pretendía crear un gran parque litoral uniendo la Puerta del Mar con el Cabo de la Huerta soterrando la carreteras de Valencia y de la Cantera, prolongando la Explanada y creando un kilométrico carril bici. Muy bonito todo. Al cajón. Seguimos.

El carril bici no tuvo apenas detractores. Eso sí, algunos detalles del mismo como la barrera de piezas de hormigón del tipo New Jersey que separaba a los ciclistas de la carretera nacional no gustó. Tal y como comentaba en 1995 Óscar Llopis, presidente de la Asociación de Vecinos del Raval Roig, el murete era usado por la noche para orinar generando suciedad y malos olores. Aunque se pintó de azul, siguió sin gustar. El fatídico 30 de septiembre de 1997 el murete impidió la salida de las aguas de lluvia anegando la avenida de Juan Bautista Lafora y la calle Jovellanos quedando cortada la carretera. Parte de la barrera prefabricada fue sustituida por un horroroso guardarraíl doble del que ya no queda rastro, gracias a Dios.

La sentencia de muerte del primer carril bici de Alicante se firmó en 1998, apenas tres años después de su apertura al tráfico. Parte de su trazado iba a ser ocupado por el nuevo tranvía experimental que uniría la Puerta del Mar con la estación de la Marina. En diciembre de ese año el carril bici y el aparcamiento del Postiguet quedaron cerrados al tráfico por el inminente inicio de las obras del tranvía. Al año siguiente los primeros tranvías comenzaron a circular por el reducido trazado, prolongado hasta la Albufereta. Era el origen de la actual red del Tram. Ya nadie se acordaba de aquel primer carril bici al que tanto futuro se le veía y que quedó reducido a la mínima expresión.

Pero ¿qué queda de aquel pionero carril para ciclistas?

En fechas recientes, y tras ver en el plano oficial de itinerarios ciclistas que este tramo aparecía todavía reseñado con el nombre de Itinerario Litoral, decidí acercarme a ver qué es lo que quedaba de aquel primer carril bici. He de decir que, pese a que parte del trazado existe todavía, el carril no se encuentra señalizado y ha perdido toda la pintura verde que lo destacaba del resto de las vías urbanas. Hoy el carril bici del litoral va de ninguna parte a ningún lado. Un bordillo, una señal de tráfico y la salida de vehículos del aparcamiento del paseo de Gómiz bloquean parcialmente su acceso. Además, su fin se encuentra apenas a 100 metros de su inicio, concretamente en la acera de una parada de autobús, con el riesgo que conlleva para los peatones que verán aparecer una bicicleta de un carril sin señalizar. Es más, la bicicleta o da la vuelta o tendrá que bajar a la carretera. Podemos decir por tanto que el primer carril bici, pese a que subsiste un minúsculo tramo del mismo, no cumple su función a día de hoy al resultar inaccesible, invisible y peligroso.

No es el único carril bici fallido. En 2009, tras reformarse la avenida de la Estación, el Ayuntamiento habilitó un carril para ciclistas que poca gente vio y menos gente aún pudo disfrutar. Sólo duró una semana.

Aun así, a día de hoy Alicante tiene una red de itinerarios ciclistas bastante aceptable. Disfrútenla.