Miradas alicantinas

«De mi barrio», el libro pionero sobre Benalúa

Publicada en 1901, se trata de una obra singular y colectiva, coordinada por el escritor y político Ernesto Mendaro del Alcázar, y es el primer volumen dedicado a una barriada alicantina

«De mi barrio», el libro pionero sobre Benalúa

«De mi barrio», el libro pionero sobre Benalúa

Alfredo Campello

Además de contarles algunos episodios de la historia de los barrios y partidas de Alicante, me propuse desde el primer momento traer de vez en cuando a esta sección algunas publicaciones que traten sobre la historia de estos núcleos urbanos. No todas las barriadas de Alicante y su extrarradio tienen un libro dedicado íntegramente a su historia, pero repartidos por los llibrets de Hogueras, Moros y Cristianos y fiestas tradicionales encontramos pequeños retazos de la historia más popular de los barrios. Algo que se aleja, por su extensión y dispersión a lo que quiero contarles. Hoy nos vamos a centrar en el primer libro publicado en Alicante dedicado íntegramente a un barrio. En este caso a la moderna barriada de Benalúa.

En 1901 se publicó en Alicante un singular libro. Se trataba de la obra colectiva De mi barrio coordinada por el periodista y político Ernesto Mendaro del Alcázar. Es singular por varios motivos; por un lado por tratarse del primer libro dedicado íntegramente a un barrio alicantino, el de Benalúa; por otro por la cantidad de fotografías de la moderna barriada y de sus destacados vecinos que aparecen; y por último por ser el primer libro en el que aparece un escrito de un benaluense de adopción: Gabriel Miró.

El único ejemplar que he localizado se encuentra en el Archivo Municipal de Alicante. Aunque si consultamos el libro Bibliografía de la Ciudad de Alicante (1991) descubriremos que existen dos ejemplares más en las desaparecidas bibliotecas de la Caja de Ahorros Provincial y de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (la Biblioteca Gabriel Miró, que en paz descanse). Es de suponer que se conservarán algunos ejemplares más en manos privadas, aunque su tirada debió ser muy reducida.

Este curioso libro, coordinado por Mendaro, fue escrito por un grupo de amigos como mera diversión, sin ambición económica alguna.

De mi barrio se inicia con un poema de verso libre de José Mora Bellvert en el que glosa las bondades de Benalúa, el mejor barrio de la millor terreta del món. Nos remite a la rectitud y amplitud de sus calles y a la paz de su vida diaria. Otro poeta, Eduardo García Marcili aporta sus líneas al libro alabando a vuelapluma el barrio. El primer artículo es de Francisco Figueras y Bushell, padre del cronista Figueras Pacheco. En él nos habla de la modernidad del barrio acorde a las nuevas tendencias europeas en lo referente a urbanismo y la forma de vida. El mencionado Pacheco por su parte realiza una reseña de su buen amigo Gabriel Miró, el cual aporta unas líneas sobre su también amigo Domingo Carratalá. Encontramos otras biografías o alabanzas dedicadas a Manuel Gironés, Luis Pérez Bueno, Ramón Cepeda, el Barón de Petrés, Juan Miró (padre del escritor), José Gadea, Adelardo Parrilla, Antonio Martínez Torrejón, los Figueras (padre e hijo), el Maestro Flores o Miguel Elizaicin entre otros.

El mencionado General Elizaicin nos habla de las viejas glorias del Teatro Polo, sumido en ese momento en el abandono y al que ve en un futuro convertido en su ansiado museo provincial. El Asilo o la Iglesia tienen también su hueco en esta obra.

Empresas, industrias y almacenes del barrio también son reseñadas en la obra. Destacamos la fundición de Aznar, la sucursal de los Guanos de La Noguera o el Depósito de Pieles de Francisco González del que dice que, debido a las envidias que genera, ha recibido ya dos inspecciones de Sanidad. Se alaba también la gratitud de Francisco Le Dantec hacia su tierra adoptiva benaluense donde tiene instalado su almacén de tonelería.

Benalúa poseyó hermosos jardines y destacados chalets que eran el orgullo del vecindario. De mi barrio describe el chalet Villa María de la familia Guillén, los jardines de Agustín Bay y de José Núñez o el chalet de las Aguas de Sax (actual sede de Aguas de Alicante) que es el único que se mantiene en el barrio.

La calidad de las fotos no es muy buena, pero esta obrita nos brinda instantáneas únicas de edificaciones desaparecidas como el Teatro Polo; la primitiva iglesia destruida en 1936; vistas de sus calles y de la plaza de Navarro Rodrigo así como vistas impagables del chalet de Villa María o del jardín de Bay. Además todos los artículos poseen fotografías de los biografiados. Un lujo en 1901.

En el prólogo, Santiago Mataix afirmaba que De mi barrio iba a ser un libro que, como los vinos buenos, ganaría con el tiempo. Y así ha sido. Leer esta obrita nos hace retroceder a los orígenes de este tradicional barrio alicantino; conocer sus edificaciones, empresas y personajes ilustres que allí residen o tienen instaladas sus empresas. Fue además el trampolín literario para escritores como Miró o Figueras Pacheco.

De mi barrio fue el primer libro dedicado íntegramente a una barriada alicantina. Además, podemos afirmar sin equivocarnos que Benalúa es el barrio de nuestra ciudad que más libros, estudios y artículos de prensa ha protagonizado. Me vienen a la mente los estudios sobre el barrio de Raquel Pérez del Hoyo y libros como El Lucentum hispano romano de Benalúa-Antigons (1972) de Domingo Tafalla, Añoranzas y recuerdos benaluenses (1976) de Rafael Establier, Estampas benaluenses: un templo con historia (1983) de Federico Sala, el conocido como Libro del Centenario (1985), El barrio de Benalúa en Alicante: estudio de geografía urbana de María Asunción Andrés (1988) o, si me lo permiten mi granito de arena, el Callejero biográfico del barrio de Benalúa (2021) que escribí con otro ilustre benaluense como es Ernesto Martín.