La Iglesia Evangélica de Filadelfia, más conocida como "El Culto", lleva activa más de nueve años sin licencia municipal de actividades. Según denuncia la comunidad de propietarios, la iglesia, situada en un local comercial del edifico Rabassa, está funcionando con el consentimiento del Ayuntamiento a pesar de no contar con las autorizaciones administrativas correspondientes.

Jaime Lloret, alcalde del municipio, afimó que "nos hemos reunido cuatro veces con el administrador de la finca y somos conscientes del problema. Es cierto que no tienen licencia, estamos intentando que cumplan con la legalidad o que busquen otra ubicación". A pesar de las promesas que se hacen desde el Consistorio, el problema está presente desde 2001 y no se ha tomado ninguna medida al respecto.

Por lo tanto, el gobierno local está incurriendo en un delito de prevaricación, ya que como expone la denunca presentada en el Ayuntamiento se está cayendo además "en agravio comparativo con otros locales, ya que careciendo estos de la correspondiente licencia de actividad y funcionamiento, han sido clausurados de inmediato, atendiendo a lo establecido en el artículo 323 del Decreto 52/2010 de 26 de marzo, del Consell, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley 4/2003 de la Generalitat, de espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos públicos".

Además de la situación de ilegalidad en la que se encuentra el local, dede la comunidad de propietarios se denuncia que "son muchas las molestias que causan. Han tomado el local como un lugar de encuentro y reunión en el que se hacen fiestas hasta altas horas y con la música a un volumen muy elevado". En las ocasiones que esto ocurre afirman que "se llama a la Policía pero ésta nunca acude". Además, Gerardo Coloma, administrador de la finca, añadió que "el patio comunitario ha sido confiscado por ellos, por lo que las molestias son innumerables" y que "sólo ha habido confrontaciones verbales, nunca se ha llegado a lo físico, probablemente por la separación de los balcones".

Desde la administración de la finca se hace hincapié en que además de los problemas que la iglesia causa a los vecinos, al no tener esta licencias, es también un peligro para los que acuden a "el culto". Por ello, han solicitado que el local pase "una inspección de Urbanismo para que se cerciore de la existencia de medidas de seguridad y aseguranza".

El primer edil afirmó que "la iglesia puede pedir la licencia porque tiene compatibilidad urbanística, pero eso lo lleva la concejal de Urbanismo". Pero Charo Escrig, la edil en cuestión, tampoco ha restablecido la legalidad del local. El responsable de la comunidad de vecinos apuntó que "desde el Ayuntamiento sólo se han hecho promesas y vertido falsas esperanzas sobre los vecinos afectados.

En el último escrito los propietarios amenazan con "presentar en el juzgado de instrucción toda la documentación del tema para solicitar que se dé traslado a la fiscalía del expediente". Sin embargo, Gerardo Coloma asegura que "este es un proceso muy lento y costoso para una comunidad de propietarios. El alcalde y los concejales son conscientes de ello y por eso no nos toman en serio".

Vista la falta de iniciativa ante las reiteradas noticias, la administración de la finca ha hecho llegar el expediente al concejal del Bloc, Vicent Serra. Este declaró que "el Ayuntamiento debe de dar una respuesta ante las quejas de los vecinos y más aún si se está incumpliendo la ley".

El administrador de Rabassa aseguró que "es un problema que el gobierno no ha podido negar, lo que ocurre es que no quieren actuar".

Al parecer, tal y como explica Vicent Serra,"el problema es, que todos moros o todos cristianos", a lo que Gerardo Coloma añade, "no creo que lo hagan por votos, lo que ocurre es que aunque no lo parezca éste puede ser un colectivo conflictivo en un momento dado".