En la actual coyuntura de crisis económica, disponer de un trabajo puede considerarse un privilegio, pero no garantiza que la vida sea fácil. Para muchos sectores no lo es. La mayor parte de los trabajadores de la hostelería de la provincia de Alicante cobran oficialmente cada mes menos de 900 euros netos, según consta en las tablas salariales de la revisión del convenio laboral que fue ratificado esta misma semana entre la patronal y los sindicatos y que determinará los sueldos para 2011. Y eso que en la citada revisión los trabajadores lograron para este año un incremento del 3% en sus remuneraciones después de que 2010 fuera un año de congelación salarial. No obstante, ese aumento tampoco ha significado una gran mejora en el poder adquisitivo de los empleados del ramo: como media, los trabajadores pasarán a ganar al mes unos 30,40 euros más que el año pasado.

Establecer un salario tipo en el sector de la hostelería es complicado porque las plantillas están divididas en 7 niveles y además su sueldo también depende de la categoría del establecimiento que la haya contratado. No obstante, Tomás Hernández, de la secretaría de Acción Sindical de UGT, detalla que el grueso de los empleados en la hostelería son camareros, cocineros, recepcionistas, conserjes, técnicos de mantenimiento o animadores que en establecimientos de tipo medio (hoteles de 3 estrellas, restaurantes de 3 tenedores, apartamentos turísticos o discotecas) disfrutan de un salario bruto de 1.043 euros mensuales. Si se aplica el IRPF (que también es variable, pero que puede calcularse en un baremo tipo del 10%) así como la Seguridad Social (6,4%), la cifra final de tanto cálculo que le queda al trabajador es de 872 euros al mes.

Según Hernández, otra representación importante en el sector lo constituyen los ayudantes de las categorías antes enumeradas, cuyo sueldo bruto es de 982 euros mensuales. El neto en este caso es inferior a los 830 euros. Hay, por supuesto, quien está mejor y quien aún está peor. Un jefe de cocina en un hotel o en un apartamento de lujo percibe 1.302 euros brutos. Y en cambio, y por seguir con los ejemplos, un auxiliar de cocina o un montador de catering de un hotel o un camping de la categoría más inferior se queda en los 952 euros. También brutos.

El mundo real

Ahora bien, esto son las tablas salariales oficiales, el convenio firmado sobre un papel. El mundo real en la hostelería no funciona exactamente así. En cualquier hotel o apartamento de Benidorm, lo normal (aún dependiendo de que cada establecimiento es un mundo) es que "a partir del salario estipulado en el convenio el empresario pacte con el trabajador -o le imponga-un sueldo neto final que oscila entre los 1.100 y los 1.300 euros", afirma Hernández.

Eso sí, a cambio de que el trabajador trabaje más. Bastante más: "Sólo libra un día por semana y realiza 60 horas semanales". Estos guarismos incumplen el convenio de la hostelería, que deja bien claro que el operario debe realizar 40 horas semanales con un descanso de dos días continuados que, al menos una vez al mes, incluya un domingo.

Según el representante de UGT, la diferencia entre los 872 euros que de media cobra un trabajador y los 1.200 que puede acabar percibiendo a cambio de trabajar más no se computa como salario -lo que incumpliría el convenio-, sino como algún tipo de complemento específico.

Jornadas de 12 horas en un restaurante

El hecho de que para alcanzar un sueldo cercano a los 1.200 euros el empleado deba trabajar más horas a la semana, provoca jornadas maratonianas en los salones de los restaurantes, entre las habitaciones de los hoteles o en las cocinas de cafeterías y bares. UGT calcula que en una cafetería o en un restaurante hay camareros que pueden trabajar hasta 12 horas al día y que detrás de los fogones de la cocina la media puede estar entre las 9 y las diez horas.

Tomás Hernández, portavoz de esa central sindical, señala que otro problema son las horas extras, que no se computan o se incluyen directamente en la diferencia entre el sueldo acordado con el empresario y el que marca las tablas salariales del convenio.

Lógicamente, todo depende del tipo de empresas. Hay algunas muy serias, que respetan las estipulaciones del convenio, y otras que no siguen ese patrón de juego. A los sindicatos lo que les preocupa de cualquier forma es la inseguridad en la que se halla el empleado, que acaba por depender de los criterios de los propietarios del establecimiento en cuestión

A Comisiones Obreras también le inquieta el hecho de que los empresarios no hayan facilitado datos sobre otra cláusula estipulada en el convenio: que los centros laborales de más de 25 trabajadores deberán tener el 73% de la plantilla con contratos fijos o fijos discontinuos, lo que aseguraría que no se esté fomentando la precariedad laboral que tanto temen. a. r.