"Los pájaros ven así Benidorm... y mucho más". De esta forman ensalzan en la web de la promotora la majestuosidad del edificio que se convertirá, frente a la playa de Poniente de Benidorm, en la torre residencial más alta de Europa. El rascacielos donde se produjo ayer el accidente laboral está formado por dos torres de doscientos metros de altura cada una que se unen por un cono invertido en forma de diamante.

El complejo tiene 47 plantas con 269 viviendas, a las que se suman cuatro más de instalaciones, la planta baja y otras tres de sótanos. Cuando comenzó a construirse en 2008 ya se habían vendido el 40 por ciento de las viviendas a precios que oscilaban entre los 240.000 y los 360.000 euros. Durante la presentación del proyecto en 2006, el coste del inmueble se cifró en 96 millones de euros y el precio del metro cuadrado en torno a seis mil euros, cifras que pueden haber variado por la situación económica.

La promotora alicantina Olga Urbana, del Grupo Arcentales, está detrás de este rascacielos. El promotor José Ignacio Arcentales y el arquitecto Roberto Pérez Guerras, uno de los autores del proyecto, acompañaron hace dos meses al alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, para visitar las obras y anunciaron para finales de 2012 la conclusión de los trabajos.

Además de las viviendas el edificio cuenta con zonas de ocio y deporte, así como con una amplia zona de jardines.

El inmueble es respetuoso con el medioambiente y ha sido diseñado bajo criterios de sostenibilidad medioambiental. Las torres InTempo incorporan sistemas neumáticos de recogida de residuos sólidos en cada una de sus plantas y cuentan con la tecnología más avanzada, con domótica individual en cada una de sus viviendas y los más modernos y avanzados sistemas de control, vigilancia y seguridad contra los incendios e inundaciones.

El proyecto prevé revestir el edificio con un muro-cortina de cristal de más de 10.000 metros cuadrados de superficie y un peso de 930 toneladas, según los datos aportados en enero de 2006 cuando se presentó la promoción. Igualmente estaba previsto utilizar unas 4.400 toneladas de acero para armar en la estructura y 3.800 camiones cuba de hormigón para poder llegarla a cubrir.

Destellos dorados

Los cristales de las torres son de tonalidades doradas en las fachadas delantera y trasera, lo que permitirá que "cuando refleje el sol irradie destellos dorados, pero también podremos ver las tonalidades del cielo y las nubes porque se reflejan en los cristales", según afirmó el arquitecto Pérez Guerras en la presentación del proyecto. Otras calidades que se han resaltado son que ambas torres sobrepasan con creces todas las medidas antiviento y contra los movimientos sísmicos.

La parte más compleja de la construcción es la que se está iniciando en la actualidad: la instalación del cono que se asemeja a un diamante y que une los dos edificios por la parte superior.