Retratos de un guardia civil

Una muestra recorre la historia de Las Marinas a través de la mirada fotográfica de un sargento

Un guardia civil charla con unos vecinos en las casas junto al río de la Vila. Años sesenta.

Un guardia civil charla con unos vecinos en las casas junto al río de la Vila. Años sesenta. / d. revenga/j.m. ruiz

Arturo Ruiz

"Teníamos menos medios, peores vehículos, uniformes menos vistosos". Así eran los guardias civiles de los años 50, 60 y 70 y así los describió ayer el coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, Antonio Bernabé. Vivían y trabajaban además en un país mucho más difícil. "Junto a otras instituciones, dábamos los primeros pasos, hay que reconocer que aún muy tímidos, hacia la modernización de España", añadió Bernabé para explicar aquella guardia civil y aquellos tiempos. Los que un sargento del cuerpo, Juan Miguel Ruiz, plasmó a lo largo de aquellas décadas en las fotografías que integran una exposición inaugurada ayer por el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, en el Espai d´Art.

Son imágenes en las que Ruiz retrató no sólo a sus compañeros sino también un país ahora ya perdido, congelado en blanco y negro, algo mísero. Retratos de Benidorm, de la Vila, de Calp, de Finestrat, que fijan en la memoria una tierra ancestral. Con escenas cotidianas de guardias civiles que paran a fumar un cigarro con los lugareños, mujeres vestidas de negro, obreros que miran a la cámara con timidez y quizás intercambian con el agente de turno un comentario banal sobre el calor o el frío antes de volver a sus quehaceres y proyectarse hacia un futuro que desconocemos.

Las fotografías captan símbolos de lo que ya no existe: Un coche 600 aparcado junto al destartalado cuartel de Finestrat; el cuartel de la plaza de Santa Ana en el Castillo de Benidorm, con la isla al fondo; aquellas motos con paravientos de lona y plástico y aquellos motoristas con casco redondeado y grandes gafas para protegerse del polvo de los caminos; una bicicleta rudimentaria de otro agente en el cuartel de la Fosa de Calp, en 1967; la tradicional pareja de guardas civiles de toda la vida, junto a su cabo; una imagen impagable del Parque de Elche en Benidorm, donde el compañero de Ruiz está rodeado de un camello-taxi y la jaula de monos que existía entonces, allá por el 65; otro guardia con capote junto a un añejo cartel publicitario de Osborne, año 59. Y junto a lo que ya no existe, las imágenes también reflejan lo que empezaba a existir: un desfile del cuerpo del año 73 en Benidorm muestra los esqueletos de los primeros edificios modernos en la calle Ruzafa; otra del 65, el inicio de las obras del actual cuartel.

Y entre todas esas miradas se suceden también actos extraordinarios -visitas de gente ilustre, conmemoraciones, condecoraciones, desfiles- de los que merece destacar dos: una labor de vigilancia de una avioneta caída en 1967 en la carretera entre Benidorm y Altea; o el recibimiento en la Vila en el 66 de los niños de la Operación Plus Ultra, seleccionados por sus buenas acciones y que un famoso programa de radio de la Ser paseaba en aquella época por toda España.

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