Hace ya milenios, el santuario que los íberos habían alzado en el Tossal de la Cala para venerar a la diosa Tanit servía también como faro para guiar a los barcos que navegaban por las oscuras aguas del Mediterráneo. Precisamente por contar con un templo en su cima, el yacimiento arqueológico que tanto siglos después guarda aquella prodigiosa memoria es uno de los cuatro o cinco más importantes de la ribera mediterránea", y tal y como explicó ayer el técnico municipal de Patrimonio, Antonio Couto. Sin embargo, en las últimas décadas esos restos históricos han tenido una vida difícil: redescubiertos en los años veinte del pasado siglo, fueron primero atormentados por el expolio indiscriminado y después por la presión de ladrillo, hasta el punto de que parte del yacimiento quedó sepultado por la urbanización Mont Benidorm, construida en la década de los ochenta.

De ahí que ahora, el Ayuntamiento se proponga recuperar el yacimiento, según anunció la edil de Cultura, la socialista Eva Mayor. a través de su "restauración y musealización". En este sentido, el Consistorio estudia incluso habilitar un centro de interpretación que a través de herramientas audiovisuales reproduzca la vida cotidiana de un poblado íbero o la recreación del templo de la diosa. Con esta "puesta en valor", que permitiría acceder a los restos a través de visitas guiadas, el Tossal de la Cala, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), alcanzaría el mismo rango de otros yacimientos de la provincia ya restaurados y abiertos al público, como el de Baños de la Reina de El Campello o el de Lucentum. Mayor apuntó incluso a la posibilidad de recrear una casa íbera.

Además, el Consistorio estudia realizar nuevas excavaciones tanto en la zona de reserva arqueológica como en otra zona aún a dictaminar, "con el objeto de determinar el alcance total del yacimiento". Es decir, verificar si el poblado íbero se circunscribía sólo al entorno delimitado hasta ahora o era aún más amplio. Esta segunda posibilidad no es descabellada: en las proximidades del actual yacimiento, según relató Couto, se han hallado restos de cerámicas y de muros, aunque el subsuelo "está aún virgen y por excavar". El objetivo final, que Benidorm, al fin, se preocupe por recuperar su propia memoria. Casi nunca lo ha hecho. Al contrario que tantas otras poblaciones de la provincia.

La edil de Cultura aseguró que los fondos para afrontar en el Tossal esta doble labor de recuperación y de prospecciones arqueológicas, cuyos proyectos ya se están tramitando, no deben ser un problema demasiado grueso: la ley de Patrimonio Histórico Español establece la obligación de que el Estado destine el 1% de los contratos de obras públicas a "trabajos de conservación o enriquecimiento del patrimonio"; así que el Consistorio pedirá al Gobierno que el 1% del coste de las obras para ampliar la variante de Benidorm, que el Ministerio de Fomento ejecuta en la actualidad, se destine, precisamente, al Tossal de la Cala.

A lo largo de los últimos noventa años, las excavaciones en el yacimiento han aportado piezas de gran relevancia histórica, muchas de las cuales se hallan custodiadas en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), como una imagen de la propia diosa Tanit que es algo así como la "joya de la corona" del patrimonio de la ciudad, o en el Museo de la Prehistoria de Valencia. Otras son conservadas por el Ayuntamiento, algunas aún por inventariar. Al respecto, Mayor también anunció gestiones con la Diputación de Alicante para que profesionales del MARC mejoren la conservación de las piezas atesoradas por el Consistorio con el fin de que éstas se puedan exhibir en condiciones óptimas cuando Benidorm al fin inaugure su propio museo municipal, el de la Boca del Calvari. El actual gobierno local anhela que ese edificio centralice de una vez el patrimonio histórico del municipio, ahora desperdigado entre varias ciudades o almacenado en diversas dependencias municipales de la propia capital turística.

Mayor realizó estas reflexiones como responsable de una concejalía recién creada, la de Patrimonio Histórico, que, se apresuró a matizar, no costará ni un euro a las maltrechas arcas municipales, ya que en esa área trabajará personal del Consistorio. Con la actuación en el Tossal de la Cala, este nuevo departamento "pretende devolver a la zona el carácter emblemático que siempre ha ocupado en la historia de Benidorm" y cuya restauración "nunca se ha afrontado por los veinte años de desidia de los anteriores gobiernos del PP".

No fue ésta la única crítica de Mayor al principal grupo de la oposición, al que también le reprochó que la ciudad haya perdido los locales que en su día le cedió Mont Benidorm, la promotora que urbanizó sobre el yacimiento: "en 1993, esos locales fueron cedidos al Ayuntamiento, pero por la falta de diligencia no fueron inscritos en el Registro de la Propiedad, con lo que una segunda empresa se los escrituró y se los vendió a su vez a una tercera mercantil". La edil salió así al paso de unas declaraciones del propio grupo popular que hace un par de semanas preguntó al gobierno local sobre el destino de esos dos locales de marras.

1961: cincuenta años de urbanismo

En muy poco tiempo, el urbanismo de Benidorm cambió para siempre la identidad de la población. Y eso bien merece una serie de exposiciones. La primera arrancará el 31 de enero con el título "Benidorm, cincuenta años de urbanismo: 1961" y estará dedicada a dar a conocer los proyectos urbanísticos que se presentaron en el Ayuntamiento hace medio siglo y que, transcurrido este plazo legal, ya se pueden dar a conocer al público. Mostrarán pues obras tan relevantes para la historia de Benidorm como las del edificio El Ancla, el Gran Hotel Delfín, el hotel Montesol, las primeras salas de fiestas o la reordenación urbanística de la Plaza Triangular.

La edil de Cultura, Eva Mayor, pretende además que otros fondos históricos del Ayuntamiento cobren difusión popular y también "sean puestos en valor": así se inaugurará la serie "Documentos del Archivo Municipal", en la que cada mes se dará a conocer alguno de los legados más importantes de esas instalaciones, que cuentan con diez kilómetros de estanterías. Esta iniciativa comenzará el 24 de enero con la exhibición del documento más antiguo, firmado por el rey Fernando el Católico en junio de 1482 y en el que el monarca de Aragón requiere a la actual ciudad de Sagunto el pago de un impuesto.

También se organizarán exposiciones sobre los fondos de la Biblioteca Municipal empezando por la presentación de los libros de los siglos XVII y XVIII: será el caso de un ejemplar de 1685 del "Enchiridion Militis Christiani" de Erasmo de Rotterdam o de los estatutos de la Academia de San Carlos, ya del siglo XVIII.