El Ayuntamiento de Benidorm vivió ayer un insólito día de furia protagonizado por parte del colectivo de la Policía Local, su propio cuerpo de seguridad. Una cincuentena de agentes, vestidos de paisano, asaltaron el edificio del Consistorio, invadieron en tropel la Alcaldía, amedrentaron a los otros funcionarios y profirieron amenazas directas contra el coordinador de Recursos Humanos, Daniel Caneiro, y contra el jefe de Prensa, Jorge Fauró. Los policías protestaban por los recortes salariales aprobados por el gobierno local para hacer frente a la crisis de las arcas municipales, pero lo cierto es que después de recorrer en masa las cuatro plantas de la institución que tienen la obligación de custodiar, entrar a destajo en las dependencias que se encontraban abiertas y aporrear despachos que estaban cerrados -como el del propio Fauró o el de la radio municipal- el asunto se les fue de las manos.

Todo comenzó sobre las diez y media de la mañana, cuando unos 150 agentes se congregaron en la plaza externa del Ayuntamiento, bajo los ventanales del despacho del alcalde, Agustín Navarro (PSOE). Era la segunda vez que lo hacían desde que el primer edil anunciara el tijeretazo a sus nóminas. Pero ayer ya se palpaba mucha más tensión en el ambiente: los policías, algunos vestidos con chalecos antireflectantes, portaban pancartas muy agresivas contra Fauró y contra un funcionario familiar directo de la edil de Personal, Natalia Guijarro. Además, armaron ruido, mucho ruido en la calle: toda una muralla sonora forjada con bocinas, silbatos, tracas y hasta un remolque con altavoces que emitía una y otra y otra vez el "Escándalo" de Raphael.

Transcurrida una media hora, y cuando parecía que la movilización había concluido, cincuenta de esos agentes -los demás no compartieron su actitud- penetraron por sorpresa en el interior del propio Ayuntamiento y, sin dar explicaciones a nadie, ascendieron hasta la segunda planta y se agolparon a las puertas de la Alcaldía. Navarro, claro, tuvo que recibirlos. No le quedó otro remedio. Todos los agentes ingresaron en el despacho. Ya dentro, algunos realizaron apreciaciones jocosas sobre la amplitud de la estancia del alcalde en comparación con sus propias dependencias, mientras la mayoría rodeaba en silencio al munícipe. El presidente de la Junta de Personal, Francisco Ángel González, le pidió a Navarro explicaciones por los recortes salariales. El alcalde contestó lo que había contestado ya otras veces: que se están estudiando medidas que no sean tan drásticas. Y González pareció conformarse: "muy bien, alcalde, le dejamos que siga pensando". Menos mal.

Un peregrinaje particular

La peculiar comitiva abandonó después el despacho de su propio jefe y comenzó a recorrer el resto de dependencias mientras las risas, los comentarios despectivos, los gritos y los tonos iban subiendo de intensidad. Algunos funcionarios giraban la vista. Otros contemplaban asombrados el paso del desfile mientras su trabajo era interrumpido. Cuando la marea de agentes en pie de guerra llegó al departamento de Relaciones Humanas, uno de ellos gritó "Caneiro, que salga Caneiro", en alusión al jefe de Recursos Humanos, quien se encontraba ausente. No obstante, González instó a sus compañeros a realizar "una gran pitada" en ese área dirigida por Guijarro, contra la que también hubo alusiones críticas. Después, en tono irónico y al comprobar que había otras mesas vacías en ese departamento, el representante sindical de los policías añadió "se ve que estos trajabadores están ejerciendo, como nosotros, sus derechos sindicales".

"Y ahora a por Fauró", dijo a continuación otro agente. Dicho y hecho. El grupo volvió a recorrer los vericuetos del Consistorio, escaleras arriba y escaleras abajo, en busca del jefe de Prensa. Tampoco lo encontraron. Y eso que por ellos no quedó: aporrearon tanto la puerta de su despacho como la contigua, de Onda Benidorm, la radio municipal. Después, González, quien pertenece al Sindicato Profesional de Policía Local (SPPLB) y milita en el PP, escribió con rotulador rojo un cartel con las frases "Los niños tontos queremos que dimitas/Aquí no cobran listos como tú/ No lo hemos escrito ningún policía porque no sabemos. Un abrazo". El cartel fue colgado en la puerta del despacho de Fauró y sobre él se pegaron otras notas con las advertencias "Te encontraremos, Fauró", "I love Fauró" y "Tonto". Algunos miembros del colectivo policial acusan a este cargo de confianza del alcalde de haber difundido términos "injuriosos" para el cuerpo en la red social "Twiter", por lo que han solicitado al alcalde una investigación. Ayer, parece claro que los agentes sabían cual debe ser el resultado de la misma.

Por su parte, fuentes municipales informaron de que había sido personal de la propia área de Seguridad Ciudadana el que instó a Fauró a que no acudiera a su despacho para no caldear más los ánimos. También se recomendó a los periodistas municipales que en ese momento no tenían una rueda de prensa -había una a las once de la mañana que quedó interrumpida- que no aparecieran por el gabinete de prensa. Tensión y más tensión.

Finalizada su "visita" a las dependencias periodísticas, los cincuenta policías aún penetraron en otras áreas, como la de Tesorería, donde Guijarro también tiene un despacho. Después, los agentes dieron por concluido su particular peregrinaje por el edificio de todos los ciudadanos de Benidorm.

REACCIONES

El gobierno local pedirá auxilio a la Policía Nacional si los hechos se repiten

Indignación. Ese era el estado de ánimo que caló ayer en el gobierno local después de que cincuenta policías locales invadieran el Ayuntamiento. Fuentes del ejecutivo, del PSOE, aseguraron que "no volverá a permitirse un asalto de esta índole y en caso de que se intente se llamará a la Policía Nacional para que proceda al desalojo del edificio, porque eso es lo que sucedería con cualquier otro ciudadano que hubiera actuado de esa forma". Las mismas fuentes aseguraron que la concentración previa a la invasión que se produjo en la calle "no tenía permiso de la Subdelegación del Gobierno, algo que exigiremos a partir de ahora". Por su parte, los propios sindicatos de la Policía variaron su interpretación de los hechos. En un primer momento, el jefe de la Junta de Personal, Francisco Ángel García, que participó en el recorrido por las dependencias municipales, señaló que el comportamiento de sus compañeros había sido "correcto", que subieron a "saludar" al alcalde y que también accedieron a las puertas de Onda Benidorm "porque no las conocíamos". Conforme transcurrió la mañana, esta ironía se diluyó. Consciente del revuelo armado, el SPPLB, en nombre de las cinco centrales con representación "lamentó profundamente" que, durante el asalto, "algunos particulares hayan podido importunar a trabajadores municipales al margen de las directrices pactadas". Fue pues una disculpa. Aunque sólo parcial. De inmediato, el SPPLB agregó que "con la misma energía pedimos al alcalde que recrimine a aquellos cargos de confianza que hayan insultado a la Policía Local", en referencia, otra vez, a Fauró. Por su parte, la oposición (PP y Liberales) guardó silencio oficial sobre lo ocurrido.