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Benidorm

150 euros por 15 días de «okupación»

Un juez condena a un particular a pagar esta cantidad por usurpar una vivienda durante medio mes

Arturo Pérez, ayer, junto a su vivienda DAVID REVENGA

El magistrado del Juzgado de lo Penal nº1 de Benidorm ha condenado a un particular a pagar una multa de 150 euros por ocupar, durante 15 días, la vivienda de otra persona situada en la playa de Poniente de dicha ciudad. Esta decisión ha indignado muchísimo al propietario de este inmueble, Arturo Pérez. El afectado asegura que «parece que, gracias a nuestro sistema judicial, es mucho más económico ocupar una casa que pagar una habitación de hotel o un alquiler».

Según la sentencia, hay tres razones clave que han reducido el coste de la multa dictada por el juez. Por un lado, se indica que existe un atenuante de «dilaciones indebidas», que significa que la causa permaneció paralizada en este juzgado durante un año y cuatro meses por motivos ajenos a las partes. Según fuentes judiciales, esta situación se ha producido «porque el Consell no acaba de reforzar un Palacio de Justicia que por la falta de personal sufre dilaciones considerables en el dictado de sentencias». Además, que el acusado, desde el primer momento, asumiera la autoría de los hechos y se marchara de allí en cuanto fue sorprendido, también lo considera un atenuante.

Asimismo, el juez asegura en su escrito que para fijar la multa tenía que atender al artículo 50 del Código Penal, que establece, como criterio rector, la situación económica del acusado. Por esta razón, la pena se fija en 50 días de multa, en atención al tiempo de estancia y a los desperfectos causados, abonando sólo 3 euros por cada uno de esos días, al tener en cuenta el citado artículo, «pues la necesidad de vivir en casas ajenas evidencia la falta de capacidad económica», advierte el magistrado en la sentencia.

«En Internet he comprobado que hay verdaderos profesionales en el arte de la ocupación, que como he podido experimentar no temen a la justicia con el tipo de multas tan de risa que después les imponen. Esta persona que ocupó mi casa es uno de ellos», afirma Arturo Pérez.

El demandante sorprendió al ocupa en su vivienda el pasado 5 de noviembre de 2010, cuando al parecer ya llevaba más de quince días morando allí con su pareja. «Yo en ese momento residía en Alemania y estábamos reformando esa casa. Algunos conocidos me alertaron de que ocurría algo raro en ella, y por eso decidí ir allí para comprobarlo con mis propios ojos. Al llegar me di cuenta de que alguien había cambiado la cerradura, por lo que tuve que llamar a un cerrajero. Al entrar vi varios enseres que evidenciaban que había personas viviendo allí sin mi autorización. De hecho, en la cocina, estaba preparado hasta un cocido para comer ese mismo día. Llamé a unos amigos y decidí quedarme allí con ellos para esperar a estos ocupas y echarlos. Preferí no llamar a la Policía para no complicar más las cosas, ya que sabía que algunos ocupas conocen varias estrategias legales para demorar su salida de las casas. Cuando volvieron y nos encontraron allí, no pusieron ningún tipo de resistencia a marcharse», narra el demandante.

Lo que Arturo Pérez sí que ha conseguido es que el juez, a parte de la multa, obligue al condenado a abonar los gastos del cerrajero (que ascienden a 265 euros) y los referentes a los recibos de la luz y el agua consumidos durante ese período (100 euros). También reclamaba que le pagaran los costes de un par de cuadros y un anillo de oro que le despareció y que él sostiene que le robaron estos ocupas. El magistrado no ha encontrado las suficientes pruebas para condenar al demandado por estos hechos. «El valor de estas pertenencias ascendía a 4.000 euros. Al final, los ocupas han hecho un negocio redondo entrando en mi casa», indica.

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