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La Vila Joiosa

Cuando la transparencia no es digna

Los pijamas de los pacientes alcanzan unos niveles de translucidez, fruto del desgaste, que atentan contra la dignidad

La Junta de Personal dice que hay pacientes que no quieren salir con estos pijamas al pasillo. DAVID REVENGA

La Junta de Personal lo puede decir más alto pero no más claro: «En los últimos tiempos, en el Hospital Marina Baixa, los pijamas de los pacientes están alcanzando unos niveles de transparencia que no vienen dados por la calidad del tejido (seda, tul...), sino por puro desgaste». En un escrito remitido a este diario, que titulan «Recortes miserables», este mismo organismo de trabajadores apunta que aunque no se trata de un problema que «afecte directamente a la curación del paciente, sí que incide en su dignidad».

La portavoz de Comisiones Obreras (CC OO) en el Hospital Comarcal y presidenta de la Junta del Personal, Marisa Corcóstegui, señala que en su sindicato han recibido diversas quejas de pacientes «que no se atreven ni a salir al pasillo con estas prendas, y que consideran que es una auténtica vergüenza que se las entreguen en este estado». La sindicalista precisa que en este centro hospitalario ya es «habitual» que los enfermos se lleven sus propios pijamas y batas cuando están ingresados, a pesar de que fuentes de la Conselleria de Sanidad afirmen que está totalmente prohibido.

Al parecer, según el documento reivindicativo antes citado, el problema de los pijamas también es acuciante en áreas como Maternidad, debido a que «los peleles de los bebés o están rotos o no están porque no hay, y que las mantitas están troceadas», describen.

Varios profesionales consultados por este diario del Hospital Comarcal admitieron que lo de los pijamas transparentes por el desgaste es un hecho bastante conocido en el Marina Baixa.

Fuentes del Hospital, relacionadas con el servicio de lencería, argumentaron que esta denuncia puede estar relacionada con una partida de pijamas que salió defectuosa, «y con sólo un par de lavados el tejido se desgastaba muchísimo». De momento, aunque se están sustituyendo, «hay algunos que todavía están siendo usados por los pacientes». No obstante, afirmaron que las cajas con pijamas nuevos llegan habitualmente. Desde la Conselleria de Sanidad subrayaron a este diario que este tipo de prendas se suelen reponer de manera anual en este centro hospitalario. En este sentido, también precisaron las partidas destinadas a lencería en el Hospital Comarcal en los últimos cuatro años. De 2010 a 2013, se ha incrementado en un 68,3%: de un montante 22.085,64 ? que se aprobó en 2010 a los 37.180,93 ? asignados en 2013. El único bajón se experimentó de 2011 a 2012, viéndose mermada esta cantidad en un 26,9% (de 24.326,28 ? en 2011 a 17.781,77 en 2012).

Otra de las denuncias de la Junta de Personal en el texto al que se hace referencia también tiene relación con la ropa, pero en este caso con la de los profesionales. Maria Corcóstegui denuncia que desde hace tres años, el Hospital no repone la indumentaria de todos los profesionales del departamento, tal y como dicen que se hacía en los años anteriores. «Antes, a cada trabajador le daban dos juegos. Ahora hay personal que tiene hasta que remendarse las prendas cuando se le rompen», arremete. «Esta ropa también escasea y envejece, por no hablar de un elemento tan importante para la gente que está muchas horas de pie como es el calzado, que es de pésima calidad y obliga a la mayor parte de los trabajadores a comprárselo por su cuenta», añaden desde la Junta de Personal.

Por el contrario, fuentes oficiales del departamento sanitario afirman que «la práctica habitual del Hospital es que se reponga con periodicidad anual o a demanda, como en los casos de nuevas incorporaciones, por ejemplo». Las mismas fuentes relacionadas con el servicio de lencería admitieron que de tres años a esta parte no se ha producido la reposición general del vestuario de todo el personal, pero este año ya se está regulando que a cada trabajador se le facilite una nueva indumentaria.

Recortes «miserables»

La Junta de Personal, en el documento que titula «Recortes miserables», también hace mención a algunas medidas de recorte adoptadas en el Hospital Comarcal como la eliminación del resopón. También alude a que «los menús de los niños no son precisamente estimulantes, y no hay alternativa de darles un yogur o un biberón. Además, en caso de traerlo de casa no hay condiciones ambientales para dejar las cosas en la habitación». Desde este departamento sanitario dejan claro que los menús infantiles «se establecen en base a los parámetros establecidos en pliegos de prescripciones técnicas que han sido supervisados por endocrinos y nutricionistas hospitalarios».

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