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Viaje al Benidorm de 1918

El compositor Ricardo Llorca participó el lunes en una visita teatralizada a l'Hort de Colón

A la derecha, Ricardo Llorca junto al alcalde ángel l. juste

En el número 14 de la calle Tomás Ortuño de Benidorm el tiempo se paró un día de 1918. Es en este contexto temporal en el que Catalina Zaragoza, esposa de don Maximiano Llorca, recibe a las puertas de la finca a los visitantes que llegan desde el futuro para conocer el Benidorm de principios del siglo XX. No es el argumento de una película de ficción, sino la realidad misma que se desarrolla en l'Hort de Colón, durante las visitas teatralizadas que organiza la concejalía de Patrimonio Histórico de Benidorm, en colaboración con los actores de la asociación Marina Histórica.

Desde mediados de julio, estos personajes reales, encarnados en la piel de profesionales del mundo de la interpretación, cuentan en primera persona las preocupaciones y las alegrías de la familia Llorca Zaragoza durante los años de la Gran Guerra.

Pero algo especial se respiraba durante la visita del pasado lunes: un clima familiar y emotivo inundaba las salas de la casa por donde pasaba un hombre con camisa blanca. «Esta de aquí es mi abuela Catalina y él mi padre Vicente», comentaba bajito Ricardo Llorca, compositor de música clásica que reside en Nueva York. Él, descendiente directo de los últimos propietarios de la vivienda acudió a una de estas visitas, junto al alcalde, Toni Pérez, y a representantes de todos los grupos de la corporación municipal, para participar en un pase especial.

Ricardo nació entre esas paredes y vivió buena parte de su vida en l'Hort de Colón. Es hijo de Vicente, el bibliotecario, y Maruja. Nieto de don Maximiano y Catalina, la anfitriona de las visitas teatralizadas, interpretada por la actriz Natalia Pérez Agulló.

«Vivíamos muchos en esta casa, éramos 10 familiares y 2 personas de servicio. Los muebles que había entonces eran espectaculares», recordaba orgulloso, señalando uno de los lavabos monomando cedidos también por su familia.

Durante el recorrido, una nodriza, Emilio Ortuño y Catalina Zaragoza, hacen viajar a los visitantes por el Benidorm de 1918, haciendo continuamente alusiones a la política de la época o a los cambios sociales que atravesaba la comarca a principios del siglo pasado, como la huelga de 1.200 mujeres trabajadoras en La Vila Joiosa. También en esa época, una ordenanza municipal, aprobada por el padre de la propia Catalina, impedía a hombres y mujeres bañarse juntos en la playa.

En definitiva, una auténtica clase de historia en vivo y en directo que se podrá disfrutar ahora durante un mes más, dado el éxito de público, como aseguró el alcalde, tras la visita del lunes. En grupos de 12 personas y de forma gratuita, turistas y vecinos podrán retroceder un siglo en la historia para disfrutar de estas visitas guiadas los sábados a las 10.00 horas o los viernes a las 22.00 horas. A partir de septiembre, las visitas serán los sábados y domingos a las 21.00 horas.

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