El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa tiene previsto recurrir por segundo año consecutivo a un trasvase de caudales externos trasvase de caudales externos para evitar que la larga situación de sequía que azota a la provincia de Alicante provoque cortes en el suministro en temporada alta.
Para ello, este organismo ha iniciado ya los trámites y ha solicitado formalmente a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) el trasvase de cinco hectómetros cúbicos de agua del Taibilla -algo menos de la mitad del agua que consume Benidorm al año- para asegurar el abastecimiento a partir del próximo mes de junio, fecha en la que los técnicos del Consorcio calculan que podría empezar a haber problemas de suministro si persiste la escasez de lluvias. Así lo confirmaron ayer fuentes de este organismo, que hoy celebrará por primera vez en Benidorm una sesión extraordinaria y urgente de su junta general para, entre otras cosas, dar cuenta sobre la situación del abastecimiento y el seguimiento de la sequía en la Marina Baixa.
Todos los datos que maneja en la actualidad el Consorcio apuntan a que la situación actual es «menos alarmante» que la del pasado año, a pesar de que para la CHJ la Marina Baixa continúa estando en «alerta» por sequía.
En 2015, y tras cerca de tres lustros sin necesidad de aportaciones externas, no hubo más remedio que recurrir a caudales externos al encontrarse los embalses del Amadorio y Guadalest en mínimos históricos. Desde este organismo indican que, en la actualidad, el volumen de agua almacenada en ambas presas es un hectómetro superior a la que había en 2015 y se sitúa en torno al 23 por ciento de su capacidad. Y lo mismo ocurre con las reservas subterráneas, en concreto con el acuífero del Algar, que se ha recuperado y también está en mejores condiciones que hace ahora un año.
«Aún así no podemos confiarnos y se ha tomado esta medida para tener la seguridad de que no le vamos a ver las orejas al lobo», señalaron dichas fuentes. Fundamentalmente, teniendo en cuenta que a partir de ahora se sucederán los dos periodos de máxima afluencia de turistas del año, como la Semana Santa y el verano, y el agua es crucial para esta zona.
El trasvase solicitado a la CHJ, que aún debe aprobar los términos del mismo, llegará a través de la conducción Rabassa-Fenollar-Amadorio, y para su adquisición el Consorcio prevé que tendrá que hacer un desembolso cercano a los 2,5 millones de euros, una cantidad similar a la presupuestada el pasado ejercicio. Esta cuantía será sufragada con fondos propios del ente gestor de aguas comarcal y con aportaciones extraordinarias de los distintos municipios que se beneficiarán del trasvase, principalmente Benidorm, que tiene reservados en su presupuesto alrededor de un millón de euros para este fin, según confirmaron ayer fuentes del gobierno municipal, del PP.
Mutxamel: otro as en la manga
Además del trasvase de 5 hectómetros cúbicos solicitado a la CHJ, la Marina Baixa confía también en otro recurso para obtener suficiente agua en el caso de que haya necesidad: la desaladora de Mutxamel. En la actualidad, la CHJ ultima las obras para conectar la red de desalación con las canalizaciones existentes en la comarca, que hasta la fecha seguían aisladas entre sí. De ahí que, con ambas, los técnicos del Consorcio estiman que se «mejora la garantía» de suministro.
Aunque los trámites para la llegada de agua desde el Taibilla ya están iniciados, el Consorcio afirma que se recurrirá a aguas externas «sólo cuando sea necesario para el consumo y según vayan evolucionando las lluvias». De hecho, aunque los técnicos prevén que a partir de junio sería necesario el primer hectómetro cúbico trasvasado, este órgano es consciente de que la pluviometría en la comarca podría incrementarse durante el periodo de primavera, por lo que no será hasta esas fechas cuando se determinen los plazos para la llegada de caudales externos.
El último parte publicado por la Confederación Hidrográfica del Júcar sobre la situación de los embalses en la comarca, fechado el pasado lunes, cifra en 3,06 hm3 volumen de agua en la presa del Amadorio -que tiene capacidad para 15,8- y en 3,58 el de Guadalest, donde pueden almacenarse hasta 13 hectómetros cúbicos.
