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El souvenir más dulce de Benidorm cumple 30 años

Los del «poble» no la compran pero venden la tarta en más de un centenar de establecimientos

El pastelero Félix Camargo (e hijo al fondo), con las manos en la masa en el horno de La Nucía. david revenga

Félix Camargo no es de Benidorm pero es el inventor del souvenir más dulce, más conocido y más vendido de la ciudad: «La tarta de Benidorm». Nacido en Malagón (Ciudad Real) y formado como pastelero en Madrid, se trasladó a comienzos de los 80 a la capital turística de la Costa Blanca para convertir su destino vacacional en su hogar. Fue entonces cuando vio que «aquí no había ningún souvenir alimenticio que la gente se pudiera llevar, igual que hay ensaimadas en Mallorca o rosquillas del Santo en Madrid», relata. Por ello, sin complejos de lo que la gente «del poble» pudiera decir, tomó productos autóctonos como la almendra, los cítricos y los dátiles y creó un dulce típico de la localidad para turistas.

Su creación gustó tanto a los visitantes que este año su tarta de Benidorm cumple 30 años vendiéndose y elaborándose según la receta original de 1984. Lo único que ha cambiado es el lugar donde la produce y la mano de obra.

El negocio da trabajo a 14 personas, de las que seis son sus hijos, encargándose cada uno de diversas tareas (desde la producción, hasta la venta, la administración y la distribución). Es, según recalca, una empresa que sigue siendo cien por cien familiar en la que todos están comprometidos.

En cuanto a la producción, arrancó en un horno de la calle Marqués de Comillas de la ciudad, pasando después a otro ubicado en el Rincón de Loix y más tarde a su localización actual, un polígono de La Nucía (donde también elaboran otros productos de pastelería).

Ampliar plantilla e instalaciones se hizo necesario cuando el negocio fue creciendo al ritmo de la marca. Hoy venden una media de 20.000 tartas al mes, que están al alcance de los turistas en más de un centenar de puntos de venta de Benidorm.

Este mes, además, es cuando las ventas comienzan a subir para estabilizarse hasta antes del verano. El motivo es que los mayores fans del dulce son precisamente las personas mayores que llegan a refugiarse del frío invernal con los paquetes vacacionales que oferta el Imserso. El éxito con este colectivo está segurado y ya trabajan directamente con los hoteles y agencias que les traen a la ciudad, además de con los pequeños comercios. «Incluso la competencia, en pastelerías muy buenas de Benidorm, como Virgen del Sufragio, la venden», explica el inventor, argumentando el éxito, aparte de en el sabor, en el envasado que «permite que pueda conservarse durante al menos dos meses» tras su elaboración.

Por ello la no sólo se vende en Benidorm. La tarta con el nombre del destino más vendido de la Comunidad Valenciana se puede encontrar en Madrid (Mercado Maravillas), en Albacete e incluso viaja de cuando en cuando a ferias de turismo como Fitur (donde repartieron hace dos años, de forma gratuita, 10.000 raciones de tarta), o Expovacaciones (en Bilbao).

Otra cosa es venderlo entre la gente de la ciudad. Este perfil de consumidor es precisamente el que menos la compra, según reconoce su propio inventor. Pero no le preocupa mucho. Al fin y al cabo consiguió su reto: crear un souvenir local que se quisieran llevar a casa los miles de turistas que cada año llegan a la ciudad.

La receta lleva almendras, azúcar, huevos, cabello de ángel, pasas, dátiles, aroma de naranja, aroma de limón y canela.

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