El Hospital Comarcal de la Marina Baixa va a vivir en estos meses uno de los mayores avances que ha tenido en los últimos años y que, hasta ahora, le hacía ser del todo único en la provincia. La Conselleria de Sanidad tiene previsto dotar por fin a este centro, ubicado en La Vila Joiosa, de un equipo para poder realizar resonancias magnéticas en el propio hospital, lo que permitirá que los pacientes no tengan que seguir desplazándose a clínicas privadas para que se les practique esta prueba diagnóstica que, además, estará gestionada por personal del sistema de salud público. Así lo ha avanzado a parte del personal sanitario la gerente del departamento, Rosa Louis Cereceda, debido a que la adquisición e instalación de esta maquinaria obligará a ejecutar obras y reubicar varios departamentos en nuevos espacios.

El de la Marina Baixa es el único hospital público de toda la provincia que, hasta ahora, carecía de un equipo de resonancia magnética. Esta situación ha sido denunciada en infinidad de ocasiones por sindicatos y por el resto del personal, al considerar un agravio comparativo este hecho, que se suma al retraso general que sufre el grueso de infraestructuras sanitarias de la comarca, empezando por el propio Hospital. Ahora, con casi una década de retraso frente a otros departamentos de salud, Sanidad invertirá del orden de 1,5 millones de euros en comprar y poner a funcionar la máquina, que se prevé que esté a lo largo del último trimestre del año. Y esta inversión, paradójicamente, repercutirá en un importante ahorro para la Hacienda autonómica.

No en vano, la fecha elegida por la Conselleria para realizar esta dotación coincide con los plazos que se ha fijado la propia Carmen Montón para poner fin a la privatización de las resonancias en toda la Comunidad, cuyo último concierto caduca el 30 de septiembre de este 2018, tras diez años en manos de la UTE Erescanner Salud, participada por las empresas Eresa, Ribera Salud, Inscanner y Beanaca. La consellera socialista lleva desde su llegada a la Generalitat en 2015 anunciando su intención de revertir el servicio a la gestión pública, como ya recomendó en su día la Sindicatura de Cuentas en un jugoso informe que denunciaba que las resonancias costaban el doble en la sanidad privada.

En todos los hospitales públicos de la provincia -y también del grueso de los de la Comunidad, a excepción del de Sant Joan y el Doctor Peset de València- los equipos de resonancia magnética funcionan dentro de las instalaciones de cada hospital, aunque su instalación, gestión y mantenimiento corresponde a las empresas privadas sobre las que recayó la concesión. Es decir, espacio público; gestión privada. Sin embargo, el caso de la Marina Baixa no tiene nada que ver con el del resto.

En esta comarca, toda la infraestructura está en manos de una clínica privada a la que se derivan prácticamente todos los pacientes que requieren de esta prueba para un diagnóstico. Por tanto, el fin de la privatización del servicio tan solo dejaba a Sanidad dos opciones más o menos viables sobre la mesa: licitar un nuevo contrato de resonancias únicamente para la Marina Baixa; o, en el caso contrario, dotar al Hospital de su propio equipo de resonancias, opción históricamente reivindicada y por la que, según la gerente del departamento, habría optado finalmente el Consell.

La doctora Rosa Louis Cereceda avanzó que ya se ha iniciado el procedimiento para licitar la adquisición del equipo de resonancia y, en paralelo, la ejecución de las obras necesarias para su instalación. «Se va a trabajar con toda la premura posible para que podamos disponer de este servicio cuanto antes».