La lucha contra los alojamientos turísticos no reglados tiene un nuevo enemigo, los portales de objetos de segunda mano que ofrecen alquileres de dudosa procedencia.
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En el último lustro han aumentado el número de este tipo de webs de anuncios entre particulares que prometen alquileres de pisos turísticos ilegales e incluso inexistentes; una tendencia que confirman desde la Asociación de empresas de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca, APTUR.
Su presidente, Miguel Ángel Sotillos argumenta que es el caso concreto de aplicaciones como «Wallapop» o «Milanuncios», plataformas en las que «las estafas están a la orden del día», algo que no sucede con otras páginas que también crearon en su día polémica como «Airbnb» o «Booking».
En Benidorm, la mayoría de reclamaciones y denuncias proceden de familias y jóvenes estafados, que se encuentran desamparados ante la «falta de transparencia» ofrecida por este tipo de páginas de anuncios.
Códigos falsos
A la hora de redactar un anuncio para ofrecer el alquiler de un piso, además de su número correspondiente al registro autonómico, la Ley General Tributaria obliga a ofrecer toda la información posible al cliente; algo que no garantizan estas aplicaciones en las que abundan toda clase de objetos.
Sotillos denuncia que hay particulares que incluso se inventan los supuestos códigos procedentes del Registro de Empresas, Establecimientos y Profesiones Turísticas. Por ello, recomienda desconfiar siempre de estas «matrículas» sospechosas, ya que los estafadores también llegan a copiar los números de apartamentos que sí se encuentran perfectamente reglados.
Los alojamientos ofertados a través de asociaciones como APTUR sí ofrecen esa información real e incluso se enfrentan a sanciones que han pasado de «leves» a «graves» si no lo hacen. Para comprobar la veracidad de los apartamentos ofertados en páginas de anuncios entre particulares, la Agencia Valenciana de Turismo dispone de un buscador mediante el cual cualquier persona puede corroborar si el número de registro se corresponde a la realidad. Sotillos solicita que la herramienta mejore y sugiere no contratar a través de anuncios que no cuenten con un teléfono fijo y una dirección real, argumentos fundamentales a la hora de reclamar.
«Es un producto falso»
Desde APTUR establecen una comparación entre estos alquileres ofertados en páginas de anuncios de segunda mano y la venta de «productos falsos o ilegales». La Asociación alerta de la mala imagen que generan estas webs para la ciudad; páginas que «necesitan más control y límites legales».