Los perros son el eje de la labor de U.S.A.R-13, una de las asociaciones humanitarias más carismáticas de la Marina Baixa. Formada en 2013, gracias a un grupo de voluntarios que se dedicaban en toda la Comunidad Valenciana a labores de búsqueda y rescate de personas, la entidad sin ánimo de lucro también colabora en programas y proyectos sociales con colectivos como niños o mayores con Alzheimer. Pere Pérez, uno de sus miembros fundadores, explica que la idea surgió para ayudar en situaciones como catástrofes o accidentes en la montaña o caminos rurales, ante la falta de medios de otros organismos.
U.S.A.R-13 está formada por un grupo heterogéneo de personas, incluyendo bomberos, sanitarios, administrativos o amas de casa. Son efectivos que han estado presentes en lugares como Haití, Perú, Ecuador o Turquía, siempre apoyados por el que, dicen, es el mejor amigo del hombre: «Los perros son el mejor sistema de localización. Su efectivo olfato no se puede comparar a ningún aparato electrónico». Según explica Pérez, la base para que una mascota se convierta en una herramienta indispensable para encontrar a personas heridas o desaparecidas reside en el juego. Los profesionales educan a los animales desarrollando su instinto para que «en lugar de cazar para comer, lo utilicen para buscar a alguien con quien jugar».
Senderistas imprudentes
La asociación humanitaria ha colaborado en sucesos por toda la Comunidad Valenciana, prestando su apoyo de manera desinteresada en las tres provincias, sobre todo localizando a personas mayores o que han sufrido algún accidente mientras paseaban. Pese a que este año está siendo «tranquilo», Pérez lamenta que, a medida que se acerque el verano, habrá más casos de gente que se aventure a hacer senderismo sin preparación ni materiales adecuados: «Todos los años se pierde gente en senderos o debido a accidentes o golpes de calor, pero hay otras situaciones que se podrían evitar con sentido común».
Además de colaborar con cuerpos como los bomberos, la labor social que realizan junto a los perros es muy importante, ya que contribuye a que colectivos como la tercera edad mejoren su movilidad: «Es increíble que un animal pueda despertar el cerebro de algunas personas»; una reactivación que se consigue con tareas como acariciar, peinar o lanzar una pelota a estos «amigos» previamente adiestrados con cariño y juegos. Según indica U.S.A.R-13, los beneficios también repercuten en los animales, ya que aprenden modales y protocolo, mientras niños o enfermos de Alzheimer mejoran su coordinación. La solidaridad de esta asociación también ha permitido que, con diferentes eventos organizados junto a Ayuntamientos de la zona, hayan colaborado en cuestiones como la recogida de alimentos.
Conocer el cerebro del perro
La ayuda a determinados colectivos se extiende también a los dueños de mascotas problemáticas. Pérez explica que colaboran puntualmente con sesiones de etología, reuniones en las que educadores profesionales enseñan a los humanos a conocer el funcionamiento del cerebro de su mascota: «En estas jornadas enseñamos cómo afrontar diferentes situaciones». Algunos perros y personas, relata, han mejorado tanto que se han convertido ya en voluntarios de una asociación que se autofinancia para prestar su ayuda, incluso si algún país extranjero requiriese algún día su presencia.
U.S.A.R-13 colabora con distintos Ayuntamientos de la Marina Baixa, aunque en un futuro esperan contar con más socios y colaboradores. El objetivo es seguir generando programas y proyectos sociales que ayuden a mejorar la calidad de vida de los más vulnerables. También, seguir organizando actividades de educación canina, para que los perros se conviertan, dentro y fuera de casa, en un miembro más de la familia.
