Beacons, wifi, Airdna, Mabrian, Drop, tótems digitales, gobernanza, QR, «smart» y otros conceptos hasta hace poco tiempo desconocidos, pero que hoy se manejan con bastante soltura en Benidorm, han permitido a la ciudad marcar un nuevo hito en el plano turístico con el que, casi con toda seguridad, volverá a ser ejemplo para muchos otros destinos durante los próximos años.

El Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), un órgano privado, independiente y sin ánimo de lucro, participado por la Secretaría de Estado de Turismo, las comunidades autónomas, los ayuntamientos y las principales asociaciones y federaciones de empresas turísticas, ha concedido a Benidorm la primera certificación como destino turístico inteligente que se concede en el mundo a un destino de manera global, según la normativa UNE 178501 de Sistema de gestión de los Destinos Turísticos Inteligentes realizada por AENOR. Así lo dio a conocer ayer el alcalde de la ciudad, el popular Toni Pérez, tras recibir la confirmación del reconocimiento por parte de esta entidad a un proyecto en el que el municipio lleva trabajando desde 2016.

Nuevo modelo de gestión

La norma UNE 178501, pionera en el mundo en su categoría, fue promovida en 2013 por Segittur, la Sociedad Estatal de Turismo e Innovación dependiente de la Secretaria de Estado de Turismo, como base y hoja de ruta para lo que la propia Secretaría de Estado define como un «nuevo modelo de gestión de los destinos turísticos en el siglo XXI». En ella se especifican hasta 400 requisitos para definir cómo ha de ser este nuevo sistema de gestión de los Destinos Turísticos Inteligentes, vinculados a cuatros ejes fundamentales: innovación, tecnología, accesibilidad y sostenibilidad.

Un ente gestor, que en Benidorm ha estado formado por técnicos municipales, Visit Benidorm y la empresa Inteligencia Turística, contratada por el Ayuntamiento para guiarle en todo el proceso, y coordinado por la técnico municipal de Turismo Mercedes Llorca, ha sido en todo este tiempo el encargado de establecer objetivos, metas y planes de acción de cara a los testeos y auditorías a las que se ha sometido la ciudad. Un trabajo que ahora ha dado sus frutos con la consecución de este certificado: «Han sido muchas horas, esfuerzo y dedicación del ente gestor pero también ha sido un trabajo coral de toda la ciudad, del sector público y del sector privado que ha apoyado el proyecto desde el primer día», afirmó Toni Pérez.

El primer edil mostró su convicción de que la certificación obtenida, que ha de renovarse cada tres años, supone «un nuevo reto: somos ejemplo de un modelo de reposicionamiento al que a partir de ahora van a tener que tender todos los destinos turísticos que quieran estar o seguir en primera línea».

La ciudad como laboratorio

¿Qué es en la práctica todo esto de la inteligencia turística? Una de las cuestiones que más peso ha tenido y que más ha puntuado en favor de Benidorm es la apuesta que de unos años a esta parte se ha realizado por la implantación en la ciudad de nuevas tecnologías aplicadas al turismo y que, en la práctica, acaban siendo una importante herramienta para la toma de decisiones por parte de la ciudad. Por ejemplo, la oferta de wifi gratuito en las playas o la red de «beacons», dos servicios que a cambio de ofrecer datos al usuario permiten al ente gestor conocer en tiempo real qué información de la ciudad busca el turista, cuál es su origen, por dónde se mueve, qué cuelga en sus redes sociales, cuánta gente hay en un punto concreto en ese momento, así como otros datos de gran valor para la competitividad del destino.

El informe de auditoría destaca como puntos fuertes el compromiso por la innovación y el desarrollo de Benidorm como DTi. Y sobre este aspecto, la gerente de Visit Benidorm, Leire Bilbao, recordó ayer que la ciudad ha desarrollado en todo este tiempo «más de 20 proyectos piloto de diferente envergadura». Además, también destacó el uso de herramientas de «Big Data» promovido conjuntamente por Hosbec y Visit Benidorm, tanto para conocer datos a nivel global como con herramientas internas que han generado para la gestión interna de la promoción del destino. Y, junto con todo esto y de manera destacada, «el trabajo de prueba-error sin generar costes, gracias a habernos convertido en un laboratorio de innovación para todas aquellas empresas que quieren trabajar en el ámbito turístico», poniendo a la ciudad a su disposición el testeo de aplicaciones o proyectos «como la wifi de Wiongo, la oficina turística de siglo XXI y una smart office municipal que permite canalizar toda la información».

A todo ello se suma, además, la presentación de proyectos como la Edusi o el plan Red.es, así como la puesta en marcha de otros proyectos desde la iniciativa privada, como la oficina Dinapsis de Hidraqua, desde la que se gestiona en tiempo real todos los servicios y activos que tienen que ver con ciclo integral del agua y también donde se desarrollan proyectos de innovación en colaboración con emprendedores o universidades.

La certificación reconoce el nivel de especialización de la ciudad los productos turísticos de deportes, salud y bienestar, congresos, gastronomía, Film Office, compras y el llamado «Benidorm verde».