Llevan años de lucha para que sus hijos puedan ir a un colegio digno y en el que no tengan que preocuparse por su seguridad. Sus protestas han sido de todo tipo para intentar llamar la atención de la Generalitat y que las promesas de un nuevo centro y el arreglo de uno con deficiencias fueran una realidad lo antes posibles. Y parece que lo han conseguido. El empeño y presión de los padres ha logrado que la Consellería de Educación licite las obras tantas veces prometidas del CEIP Gasparot de La Vila Joiosa y el Vasco Núñez de Balboa de Benidorm. Unos trabajos que permitirán la construcción de un colegio en el primer caso y el arreglo de las grietas y la demolición de las partes más afectadas del segundo.

Los dos anuncios del Consell llegaban con apenas dos semanas de diferencia. La licitación de los trabajos de reforma del centro educativo de Benidorm se publicaba el pasado 27 de diciembre. La de la nueva escuela de La Vila que acabará con más de 10 años de barracones llegaba el pasado día 8 de enero como si de un regalo de Reyes se tratara.

En ambos casos, las AMPA han sido clave y, una vez que ya hay un anuncio formal de las licitaciones, en ellos se respira la tranquilidad del trabajo bien hecho; eso sí, aún no cantan victoria del todo ya que esperan que los plazos anunciados de verdad se cumplan y puedan ver a sus hijos en instalaciones dignas en poco tiempo.

Gasparot, 10 años de barracones

La historia de los barracones del colegio Gasparot es larga y arranca en 2007. Los niños llevan más de una década en ellos y desde el momento en el que se instalaron de forma provisional ha habido sobre la mesa la promesa de construir un nuevo centro que nunca llegaba. Todo a pesar de que el Consell contaba con una parcela cedida para el mismo desde 2009 muy cerca del IES Marcos Zaragoza.

Tras idas y venidas, anuncios que no se cumplían e, incluso, dejar fuera este centro del Plan Edificant que anunció la Generalitat porque su licitación era inminente, la misma ha llegado con el año nuevo. Así, el proyecto contempla seis aulas de educación infantil, doce de educación primaria, un comedor escolar para 350 comensales en dos turnos y gimnasio. Todo por unos 6 millones de euros y un plazo de ejecución de 10 meses desde que se adjudiquen los trabajos.

El presidente de la AMPA del Gasparot, José Anaya, indicó a este diario que cuando conocieron la noticia de la licitación «nos emocionamos, casi como si hubiéramos tenido un niño y eso que ni siquiera está hecho aún». Era la felicidad de unos padres que llevan más de un año intenso de protestas que se suman a las de la última década.

En este tiempo llevaron a cabo un encierro en las aulas a modo de reivindicación, una manifestación para acabar con los barracones de todos los colegios de La Vila, enterraron una «caja de los sueños» en la parcela donde tenía que ir el colegio e incluso plantaron árboles en la misma. Además, en la última visita de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, a La Vila acudieron con una pancarta a recibirla. Todo esto se suma a las quejas que presentaron ante el Síndic o las cartas que mandaron a la Generalitat. Todo para que sus hijos salieran de las aulas prefabricadas.

«Ha sido un año intenso. Si no hubiéramos hecho nada, el proyecto creemos que estaría en un cajón», afirma la AMPA. «Todo padre quiere que su hijo vaya a un colegio digno» por ello no han parado de hacer protestas. «Ya hay algo oficial, esperemos que ahora se cumplan los plazos». El anuncio de las obras «nos deja ver un poco de luz al final del túnel».

Grietas en el Vasco Núñez

La AMPA del Vasco Núñez de Balboa de Benidorm también se propuso que el problema que tenía su colegio se solucionara lo antes posible. El centro se construyó en el año 1975 y se hicieron varias ampliaciones pero sin ninguna obra de rehabilitación o reforma. En 2009 la Generalitat anunció un proyecto que contemplaba la posibilidad de derribarlo y construir en su lugar un nuevo colegio. En 2014, el mal estado de algunas dependencias y los desprendimientos registrados, obligaron a clausurar cuatro aulas y reubicar a sus alumnos en otras zonas del edificio y cerrar también la antigua casa del conserje. En algunos puntos, las grietas son enormes.

Desde ese momento han estado luchando para que se arreglara el centro. En los últimos tiempos con concentraciones en la puerta con pancartas antes de entrar a clase. Pero también con cartas y reclamaciones directas a Educación para que sus hijos pudieran salir de unas clases saturadas y tener instalaciones dignas.

El pasado 27 de diciembre se publicaba la licitación de los trabajos para arreglar esas grietas, demoler la vivienda del conserje y reponer la tarima del gimnasio. Todo con un presupuesto de casi 400.000 euros y un plazo de ejecución de 4 meses. Desde la AMPA explicaron a este diario que la noticia «fue una sorpresa» y que «estamos muy ilusionados de que no haya caído en saco roto». Así «hemos llegado a lo importante, la licitación de las obras».

Ahora sólo piden que los plazos que se han dado «se cumplan. Que sean formales» y alegan que «teníamos una corazonada de que no iba a pasar mucho tiempo antes de saber algo» sobre la rehabilitación. Al final, reivindicar un espacio digno ha dado sus frutos en ambos casos.