Eran las 19.00 horas cuando un gran estruendo los sacó de sus tareas. «Pensaba que era una bomba», afirman ahora que el primer susto ha pasado. Y es que, de repente, parte de la fachada se vino abajo en un edificio de la Cala de La Vila Joiosa, sin causar heridos. Eso sí, los daños materiales son cuantiosos y se suman a los problemas existentes ya en el edificio.

Pasar por la avenida Mestral en esta zona de playa y levantar la vista a la altura del número 8 es encontrarse de pleno con un agujero que tiene casi dos pisos de alto y la medida de dos ascensores (con su correspondiente hueco) de ancho. La caída del revestimiento de ladrillo «caravista» en una de las fachadas de este inmueble de la urbanización Alitana, en concreto entre el piso cuarto y quinto, ha provocado un gran boquete que deja el esqueleto al aire.

El incidente se produjo en la tarde del miércoles, día festivo, y por tanto, con muchos vecinos en sus casas. El edificio cuenta con 78 apartamentos, la mitad de ellos en la escalera afectada donde los ascensores han quedado por ahora fuera de servicio e, incluso, los restos de materiales «han llenado el foso de los mismos», según las fuentes consultadas por este diario. Pero el suceso podría haber sido peor: «Sólo un minuto antes bajó una familia en el ascensor. Menos mal que fue justo después», afirman. Ahora un precinto impide el paso a la zona donde cayeron los cascotes y la parte de los ascensores está apuntalada. Al lugar acudieron los efectivos del Consorcio de Bomberos del parque de la Marina Baixa para asegurar la zona y comprobar los daños.

«Estaba en casa y oí un gran ruido. Pensaba que era una bomba», afirmó unas de las vecinas que vive de alquiler. «A mí me han dicho que esto podría deberse a un problema del terreno o de la cimentación» señalaba otra.

Ayer, tras lo sucedido, representantes de la Comunidad de Propietarios, la administración de fincas, peritos del seguro y arquitectos analizaban el estado de la estructura y ponían sobre la mesa la necesidad de actuar urgentemente. Así, el paso ahora será hacer un informe técnico para poder presentarlo en el Ayuntamiento de La Vila, conocer las causas del drrumbe y pedir los permisos y licencias para derribar toda la pared afectada donde las grietas son visibles. Tras eso, habrá que «reconstruirla». Un trabajo que podría alargarse dos meses si todo va según lo previsto.

Los vecinos ayer no daban crédito a lo ocurrido aunque su edificio tenga ya un sinfín de problemas. Las terrazas del mismo en la fachada delantera cuentan con una red de arriba a abajo para sujetarla.

El otro inmueble de la urbanización tiene tirantes en los balcones también para sujetarlos y los cascotes se pueden ver en otras partes de la finca. Pero además, echar un vistazo para arriba es ver zonas «combadas» de ladrillos que amenazan también con venirse abajo. «Me arrepiento de haber comprado una casa aquí», afirmaban ayer varios vecinos al entrar a la finca y mirar al hueco que ha dejado el derrumbe, un susto que tardarán en olvidar.

Una finca llena de grietas y problemas acumulados

La urbanización del derrumbe acumula diferentes problemas desde su construcción. Los vecinos explicaron que ya se denunció a la constructora y que desde hace cuatro años las redes invaden sus terrazas para evitar la caída de cascotes. Además, otros balcones están sujetados con tirantes y las grietas se pueden ver en la parte alta. Los propietarios están «cansados», afirma una vecina que compró su vivienda por 180.000 euros en época del «boom» urbanístico. La finca se construyó en 2006 cuando la Cala de La Vila se llenó de urbanizaciones. «La hicieron en muy poco tiempo para vender rápido», aseguran. Algo que podría haber hecho que afloraran los problemas según los compradores quienes se lamentan de la adquisición. a. vicente