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Finestrat renueva la primera línea de la Cala tras las obras de canalización del barranco

Los trabajos para acabar con las inundaciones, en las que han muerto 3 personas, pasaron la prueba en Semana Santa con 92 litros en un día - Un nuevo paseo cubre la infraestructura por donde se evacúa el agua

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Finestrat renueva la primera línea de la Cala tras las obras de canalización del barranco

Ahora, cuando llueve, el miedo a que una riada vuelva a inundar la primera línea casi ha desaparecido. Las obras de canalización del barranco de la Cala de Finestrat pasaron hace poco más de un mes una de sus pruebas de fuego: unas intensas lluvias con las que llegaron a caer casi 100 litros por metro cuadrado en solo un día. La nueva infraestructura subterránea aguantó la llegada de la tromba, similar a la de otras ocasiones en las que se inundaba calzada y comercios, y lo hizo a través de todo el entramado subterráneo que se ha construido. Ahora, a los ojos de vecinos y turistas, solo se puede ver un renovado paseo que es el encargado de tapar la canalización y el depósito creado para acumular el agua cuando es torrencial y así minimizar los daños sobre la arena.

El problema de inundaciones de la Cala viene de lejos. Durante años, el Ayuntamiento de Finestrat reclamó a distintas administraciones, como el Consell o la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que buscaran una solución a las riadas que inundaban esta zona de playa cuando la lluvia caía con fuerza. Tanto que dos de esas inundaciones acabaron con la vida de tres personas, la última de ellas en 2017. Una gota que colmó el vaso.

Así que desde el consistorio se buscó cómo afrontar este problema con medios propios y, finalmente, fue la empresa concesionaria del agua Hidraqua la que sufragó estas obras a cargo del fondo de renovación que se incluye en el contrato. En total 1,8 millones de euros que permitirán casi al 100% acabar con los problemas.

Los trabajos han estado divididos en tres fases. En la primera, los trabajos se hicieron en el tramo de 500 metros del barranco comprendido entre el puente de la avenida Finestrat hasta unos 250 metros antes de su confluencia con la avenida de la Marina Baixa. En esa área se acondicionó el lecho del cauce del barranco con el objetivo de incrementar su rugosidad y así reducir la velocidad del agua. Las otras dos fases se hicieron prácticamente a la vez. Y la más importante es la ejecutada en los últimos meses en los que se tuvo que levantar la calzada completamente lo que dejó la primera línea cortada al tráfico rodado durante semanas.

Ésta arrancó en el mes de octubre de 2018 y ya se ha finalizado a falta de unos últimos flecos. Se ha canalizado desde prácticamente la avenida Marina Baixa hasta el mar donde se han instalado en el subsuelo marcos de hormigón de 12 toneladas que forman, uno detrás de otro, un canal por donde transcurre el agua y, así, que deje de hacerlo por la superficie. Al final de ese recorrido, y casi sobre la arena, un «arquetón» subterráneo sirve como depósito para almacenar el agua que llega por la canalización. Una vez que se llena, la que rebosa se deslizar como una «lámina de agua» hacia la arena y acaba en el mar. La que no, es propulsada por unas bombas hacia el alcantarillado «si esta limpia», es decir, si es agua de lluvia; si, por el contrario, es la resultante de temporal, se desvía por otra canalización para devolverla al mar.

Así, hace poco más de un mes y con la Semana Santa en marcha, sobre la Cala cayeron cerca de 150 litros por metro cuadrado de lluvia entre el 19 y el 21 de abril. 92 de ellos el sábado en sólo un día; 60 de ellos en seis horas. Unas cifras «considerables», como destacaron fuentes municipales. Era la prueba de fuego: «funcionó muy bien», explican los técnicos a este diario. De hecho, la parte más alta aún podría haber albergado más agua de lluvia y la parte del depósito, con una abertura de 60 centímetros para sacar el agua, «tuvo una lámina de 25», lo que dejaba aún también margen de maniobra. Pero hubo más. Tras esas lluvias se limpió ese «arquetón» y se retiraron «cerca de 2.000 kilos de lodo, arenilla, residuos o cañas por el arrastre del agua», según las mismas fuentes.

Ahora, la obra hidráulica está finalizada sólo «a falta de automatizar el bombeo del depósito cuyo mantenimiento gestionará Hidraqua».

Nuevo pavimento

Pero las obras de canalización del barranco de la Cala han quedado «ocultas» a los ojos de vecinos y turistas. Durante los meses que han durado los trabajos, comercios y residentes han sufrido alguna molestia debido a la envergadura de los trabajos. Sin embargo, el resultado dejará sin riadas esta zona de playa y minimizará las consecuencias de las fuertes lluvias.

Así, la inversión hecha también ha cambiado a la primera línea de la Cala de Finestrat. Ahora, el paseo se ha renovado completamente con nuevo pavimento en colores azules intercalados, mobiliario más moderno que el anterior y nuevos elementos como papeleras o farolas. Un cambio que se une al de la plaza del Ánfora realizado hace también unos meses.

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