Escolares que prácticamente no conocen las aulas con paredes de ladrillo. Esta es la situación de muchos alumnos en La Vila Joiosa, como los del CEIP Gasparot, donde algunos de los pequeños han pasado su vida académica en clases prefabricadas. Ahora, y si todo marcha según lo previsto, estos niños podrán estrenar un nuevo centro escolar en 2021 después de 12 años en barracones.
Y es que las obras para construir los nuevos edificios en la parcela cedida a Educación ya han comenzado. Hace dos semanas que se firmó el acta de replanteo de los trabajos en un acto en el que participaron todas las partes involucradas en el proyecto que lleva años de retrasos. Durante estos días, se ha vallado la parcela, se han descargado las casetas para los operarios así como materiales para comenzar las obras. El concejal de Educación, Xente Sebastià, explicó a este diario que «el tiempo ya corre» en referencia a que la empresa tiene 10 meses de plazo para ejecutar las obras y que «comenzará a mover ya tierra en los próximos días». Si los plazos se cumplen, las obras del nuevo centro educativo estarían terminadas en octubre de 2020. Entonces habrá que acondicionarlo por lo que «está previsto que los alumnos se trasladen después de las vacaciones de Navidad» a las nuevas instalaciones y dejen los barracones por los que han pasado escolares durante 12 años. Será el curso 2021-2022 el que ya se haga entero en las nuevas aulas de ladrillo.
5 millones de euros
El nuevo CEIP Gasparot se construirá con una inversión de 5 millones de euros. El proyecto que finalmente la Conselleria de Educación llevará adelante contempla seis aulas de educación infantil, 12 aulas de educación primaria, un comedor escolar para 350 comensales en dos turnos y gimnasio. Así cabe recordar que este colegio se construirá en base al presupuesto del Consell y no dentro del Plan Edificant. De hecho, será uno de los únicos que se haga en la provincia fuera de este plan además del primer centro de Educación Infantil y Primaria que se cree en La Vila en más de 20 años (el último centro que se construyó fue el CEIP Secanet en 1991).
Cabe recordar que el CEIP Gasparot se ubicó en barracones en la actual parcela de forma provisional. Desde entonces las promesas para construir el nuevo colegio se han repetido con los diferentes gobierno que han dirigido la Generalitat. El primer «Botànic» lo incluyó en sus planes pero acabó la legislatura sin mover una piedra a pesar de que la parcela fue cedida por el Ayuntamiento en 2006. En los últimos años, fueron los propios padres los que alzaron la voz para reclamar un centro en condiciones para sus hijos. El AMPA organizó encierros, manifestaciones y hasta plantó árboles en el terreno donde ahora un cartel anuncia las obras.
La firma del acta de replanteo hace dos semanas fue un encuentro «emotivo», como así lo calificó el presidente de la asociación de padres José Anaya. «Todo lo que hemos hecho ha dado sus frutos. Nuestra sensación es que si no optamos por la vía del 'pataleo' el proyecto estaría en un cajón», indicó. Así que ahora están «muy contentos» y «satisfechos» ante un proyecto «fabuloso si de verdad se plasma lo que hay en el papel»: un centro educativo a la última que permitirá que «nuestros hijos dejen los barracones» y La Vila «deje de ser un poco la capital europea del barracón».
Porque Anaya recordó que el Gasparot no es el único centro con barracones. El CEIP doctor Álvaro Esquerdo lleva casi cuatro décadas en ellos y sí se ha incluido en el Edificant; y el IES Marcos Zaragoza también lo está. Por tanto, y hasta que se construya el Gasparot, cerca de 1.000 alumnos están dando clase en barracones.
