El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, del PSPV, no solo no comparte la idea que la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, de Compromís, tiene de un sector tan estratégico para la provincia de Alicante como el turístico, sino que opina todo lo contrario. Y así lo dejó claro ayer. Hasta el punto de que la sentencia de Colomer no podía ser más clara: «Es una suerte para la Comunidad Valenciana tener un modelo turístico como el de Benidorm, con su infatigable voluntad de reinventarse, y su apuesta por la innovación y la sostenibilidad».
Todo comenzó el domingo, cuando, en una entrevista publicada por INFORMACIÓN, la líder de Compromís defendía, literalmente, que «a lo mejor, debemos repensar nuestro modelo turístico de masas. Ver si es sostenible. Reporta muchos beneficios a unos pocos pero luego arrastra fenómenos como las kellys, a las que maltrata tanto salarialmente como en condiciones de trabajo». La reacción de la patronal hotelera Hosbec no se hizo esperar. Pidió la dimisión de Oltra y alegó que sus declaraciones eran de «una miseria política inaudita». A la organización de Toni Mayor se unió la Asociación Provincial de Hoteles de la Provincia de Alicante (APHA).
Con estos puntos de partida, Colomer, que hasta ahora siempre ha tenido una sintonía total con las empresas turísticas y que, además, es una de las personas de confianza del presidente Puig, trató de cerrar el desencuentro manteniéndose fiel al carácter conciliador que lo caracteriza. Se desmarcó de las palabras de la jefa de Compromís, pero huyendo en todo momento del cuerpo a cuerpo. «La relación es magnífica con Mónica Oltra, pero, desde el respeto, no comparto esa afirmación que hizo», subrayó Francesc Colomer. «Lo último que necesita este sector son tensiones, malentendidos y errores de percepción», añadió, sin personificar. A partir de ahí comenzó a exponer los argumentos en los que basaba sus discrepancias. De entrada, puso el acento en que «se trata de un sector -el turístico- al que la sociedad le debe mucho, que nunca ha pedido nada y al que nunca se le ha dado nada. Tiene contradicciones y cuestiones que debe resolver, como otras actividades, pero al turismo le debemos mucho, y éste es un momento para reforzar la empatía y los afectos con el sector». El responsable autonómico de Turismo incidió en que el modelo turístico de la Comunidad no sólo no está claro, sino que se plasmó en una ley, la de Turismo, Ocio y Hospitalidad, aprobada en 2018, con un amplio consenso. «Es el gran punto de acuerdo, un modelo de luces largas, en el que se apuesta por la sostenibilidad, la innovación o el conocimiento», alegó.
En este punto, bajó más la arena, y puntualizó que «una de las grandes virtudes del modelo turístico de la Comunidad es su diversidad, lo que permite la convivencia del turismo de alta densidad o de masas con otros modelos más experienciales o minimalistas. En esa diversidad radica nuestra fuerza».Un «turismo de masas», como lo denominó, pero haciendo el matiz de que, en ningún momento utilizaba este calificativo de forma despectiva, del que destacó que «no es incompatible con la calidad, la innovación y la mejora constante». Como ejemplo, citó Benidorm. Un «turismo de masas» que, dijo, «es un paso más hacia la igualdad de oportunidades». Hasta el punto de que afirmó que el turismo debería estar reconocido como un derecho humano. En cuanto a Benidorm, concretó que «es un laboratorio social extraordinario, con un modelo personal e intransferible, que ha hecho unas aportaciones importantísimas al sector y que está a la cabeza en inteligencia turística».
