El sector Ensanche Levante, conocido hasta hace apenas un par de años como plan Armanello, abarca una superficie de más de 660.000 metros cuadrados que históricamente albergaron una de las zonas de la huerta de Benidorm, entre la antigua carretera N-332 y la avenida del Almirall Bernat de Sarrià. Pendiente de urbanizar desde hace más de dos décadas por la dejadez de su antiguo agente urbanizador, el polémico empresario alicantino Enrique Ortiz, en la actualidad constituye una zona marcada por problemas de considerable dimensión para el municipio turístico, como inseguridad, insalubridad y degradación paisajística, al tener decenas de casas llenas de okupas y que escapan de cualquier control policial o sanitario.
Fuentes de la AIU han explicado que la cesión de estos 100.000 metros cuadrados en otros sectores se suma a las dotaciones públicas que ya están previstas en el planeamiento del Ensanche Levante y que se ejecutarán en el interior del sector, que suman casi 370.000 metros cuadrados, de los que algo más de 77.000 metros cuadrados se destinarán a zonas verdes; unos 100.000 metros cuadrados para equipamientos y otros 165.000 metros cuadrados para viario, más de la mitad de los cuales serán para peatones y bicicletas.
El Plan General de Ordenación Urbana de Benidorm (PGOU) atribuye a este sector la «función estratégica» de completar la malla urbana de la zona de Levante de Benidorm, asignando un uso residencial-hotelero con una intensidad media-alta, con 292.000 metros útiles, garantizando así la sostenibilidad para las arcas públicas y reforzando un modelo económico y turístico «de calidad», que es la principal fuente de ingreso y generación de empleo de la comarca.
Entre las actuaciones previstas, además de la construcción de grandes rascacielos para destinar a viviendas y hoteles, también se contempla la creación de un gran parque central; la previsión de nuevos equipamientos públicos paliando el déficit existente; la minimización de riesgos con el encauzamiento del barranco del Derramador y un sistema integrado de drenaje, o la plantación de 10.000 árboles, que cumplirán una triple función: ecológica, paisajística y medioambiental.