Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los okupas reinan en el Playmon F de Benidorm

Sesenta pisos de esta finca de Benidorm se encuentran allanados y son foco de delincuencia

Portero del Bloque F del Playmon Fiesta que controla el acceso. DAVID REVENGA

«Es una lucha interminable, echas a los okupas y al día siguiente se vuelven a meter», relata una vecina que vive en este edificio. Ella, relata que hay «plantas enteras que están okupadas y en las que se cometen actos delictivos».

La lucha de estos vecinos es diaria y desde hace poco más de un año se ha intensificado para intentar recuperar la normalidad en la finca y, por lo menos, poder caminar por los pasillos sin miedo a sufrir amenazas o insultos.

Entre las medidas adoptadas está la contratación de dos vigilantes, dos porteros, dos limpiadoras y, puntualmente, de trabajadores para que adecenten las áreas ajardinadas. Son los porteros y los vigilantes quienes impiden el acceso, en la medida de lo posible, a personas no autorizadas por los propietarios, con lo que han reducido en gran medida la llegada de nuevos okupas.

No obstante, estos trabajadores no tienen la capacitación ni la potestad para echar a quienes ya han allanado alguno de los pisos. En esos casos se tiene que recurrir a la vía judicial, pero los vecinos indican que muchas de estas viviendas son propiedad de entidades bancarias, las cuales no ponen especial interés en su recuperación, lo que hace que el problema persista sin aparente solución.

Ha pasado ya más de un año desde que los vecinos comenzaron esta lucha para recuperar la tranquilidad en su edificio y lamentan que solo han conseguido erradicar a estos «invasores» de 4 de los 60 pisos en esa situación.

Los pisos invadidos no es el mayor de los problemas que enfrentan los residentes del Playmon F, es solo la raíz de muchos de ellos. Una de las vecinas explica que en las plantas okupadas se venden sustancias estupefacientes, «además es gente muy agresiva que nos insulta, nos amenaza y nos intimida». La misma vecina, quien prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias, señala que esos «indeseables inquilinos» les han quemado puertas, roto ventanas y causado otro tipo de daños a la propiedad.

Deudas y morosidad

El residencial Playmon Fiesta se construyó hace cerca de 50 años como un complejo de apartamentos de lujo, cuenta con piscina olímpica y unas pistas de tenis que inauguró en agosto de 1971 el mismo Manuel Santana junto a otros tenistas. El bloque F está compuesto por 420 estudios y apartamentos repartidos a lo largo de 15 plantas. De ellos, cerca de 130 viviendas son propiedad de los bancos; otra gran parte son segundas residencias; y el resto pertenecen a familias propietarias que residen de forma habitual en este conflictivo edificio.

Una de las causas por la que cerca del 25% de los pisos pertenecen a entidades financieras, es porque hace poco más de 10 años, en plena burbuja inmobiliaria, por los estudios y pequeños apartamentos se pagaban cantidades desorbitadas. En 2004, se podía adquirir por 121.000 euros uno de 43 metros cuadrados, lo que dejó en una media de 500 euros al mes de hipoteca a los vecinos. Con la llegada de la crisis económica, una buena parte de esas viviendas terminó en poder de los bancos. En la actualidad su valor cayó de forma estrepitosa, su valor ronda los 15.000 euros pero se pueden encontrar pisos desde 5.000.

En los primeros casos es donde surge otra problemática para esta finca, se trata de una deuda que alcanza los 700.000 euros. Y es que esas viviendas que quedaron en manos de los bancos, no hacen frente a los gastos de comunidad. También hay propietarios que han dejado perder las viviendas y en ambos casos ahora viven okupas. Por último, hay personas que no suelen utilizar su apartamento y prefieren alquilarlos por precios muy bajos que van desde los 150 euros, para evitar que alguien entre a vivir en él sin permiso. Estos tres factores, redundan en que solo 200 pisos paguen las cuotas trimestrales de comunidad, que ascienden a 125 euros los estudios y 160 para los apartamentos.

A los 700.000 euros de deuda achacable a los morosos, hay que sumar también deudas del edificio con la seguridad social, con el residencial Playmon al que pertenecen o de agua y luz a las que apenas pueden hacer frente.

En este sentido, muchos vecinos piden a los administradores de fincas que llevan las cuentas del bloque, que les informen puntualmente de la situación económica en la que se encuentran, señalan que la semana pasada se reunieron con uno de los gestores y que les presentó unas cantidades sin desglosar y que solo corresponden con los gastos. Ahora están pidiendo al administrador que les presente un desglose de esos datos, pero también le exigen que aporte el informe relacionado con los ingresos.

Duplicidad

Los vecinos recuerdan que la comunidad lleva casi 6 años años inmersa en un proceso judicial para determinar qué administración de fincas es la que tiene que hacerse cargo del Playmon F y, por tanto, poner en orden todas las cuestiones económicas.

Los residentes explican que la primera que había «no pagaba facturas y no sabemos dónde está el dinero». Mientras que la nueva segunda en llegar tampoco puede asumir los asuntos hasta que no tengan una resolución judicial. Explican que debido a esta circunstancia no pueden denunciar a los morosos, ni solucionar las deudas por muchas derramas que aprueben.

Los propietarios insisten en la necesidad de terminar con esa duplicidad de la gestión de la finca y de conocer al detalle el estado de las cuentas, porque también quieren que se sigan tomando acciones para acabar con la morosidad y para que se siga mejorando el edificio.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats