P ¿Es posible salvar la temporada turística de invierno, vital para regiones como Canarias?

R El objetivo es ese. Los plazos con que trabajamos son muy cortos, de ahí que estemos hablando ya de corredores turísticos seguros. Por cierto, algo en lo que fuimos pioneros con Baleares y Alemania. Pero es verdad que necesitábamos que los mercados emisores entendieran que esta puede ser la solución. Empezamos a tener esa buena interlocución con los países emisores y ha cambiado también la percepción en la Comisión Europea en cuanto a protocolos y recomendaciones. Las recomendaciones que se aprobaron en mayo fueron buenas en ese momento, pero la situación en septiembre es muy distinta. Tenemos que convivir con la pandemia, y eso nos lleva a los protocolos, que hay que reforzar, y también a la forma de medir elementos tan importantes como las restricciones de movilidad.

P ¿Hay tiempo para que esos corredores seguros estén en funcionamiento en las próximas semanas?

R Nosotros estamos preparados, y ahora necesitamos convencer a nuestros principales mercados emisores. El acuerdo de la Comisión es muy importante porque marca una pauta de coordinación, de ir todos juntos, de ahí que por un lado estemos trabajando en ese ámbito de coordinación entre todos los países y, a la vez, también con nuestros socios para abrir los corredores.

P ¿No se llega tarde?

R Bueno, llegamos cuando hemos podido, cuando otros nos han dejado llegar. Las circunstancias de la pandemia hicieron que nuestros principales socios consideraran que España no tenía las condiciones para que sus compatriotas viajaran, pero el contexto ha cambiado. Todos estamos igual. Esta pandemia ha afectado al turismo en todo el mundo, aunque a nosotros más porque somos un país con una alta dependencia del sector, y por eso el Gobierno de España ha priorizado el turismo y lo volverá a hacer ahora con, por ejemplo, los ERTE, donde hay una especificidad para el sector, o el plan de recuperación, poniendo recursos importantes para la reactivación de una actividad que es el 12% del PIB.

P ¿Cómo van las conversaciones con los países emisores?

R Con Reino Unido han sido muy complejas, pero ya la semana pasada su ministro de Transportes hizo una declaración en línea con lo que nosotros estábamos esperando, y han abierto una ventana para trabajar con el Gobierno de España y abrir esos corredores. Hizo, además, una mención específica de las islas, lo cual es positivo. En julio, cuando nos cerraron el mercado, les pusimos encima de la mesa que lo óptimo era trabajar en un corredor seguro, y la respuesta ahora es positiva. Es verdad que la respuesta ha llegado tarde, pero ha llegado, que es lo importante. Dos no acuerdan si uno no quiere.

P ¿Habrá rebajas fiscales para quienes hagan turismo? Italia y Francia han anunciado cheques o bonos e incluso desgravaciones en la declaración de la renta.

R Primero me gustaría poner en valor el esfuerzo extraordinario que ha hecho el Gobierno de España para ayudar al sector turístico. Son, y le doy el dato actualizado, 25.000 millones de euros los que hemos movilizado solo para el turismo. Y aprobamos también un plan de impulso, de 4.200 millones, que ya está en desarrollo con medidas como los planes de destinos sostenibles. Dicho esto, ya son varias las comunidades autónomas que han optado por el estímulo a la demanda a través de bonos, y estamos trabajando con ellas para ver si nosotros también podemos sumar recursos. Pero estamos también en el plan de recuperación de la Unión Europea, en los planes de estímulo e impulso a la política turística. Habrá ayudas directas a los destinos y a las empresas. Yo pido que todos nos impliquemos. El sector privado ha hecho sus deberes, pero también las comunidades autónomas y el resto de responsables autonómicos y locales tienen que hacer un esfuerzo. Yo entiendo que pidan al Gobierno de España, pero debe ser un esfuerzo compartido, y ahí vamos a sumar todos.

P Pero en el sector echan en falta un plan de ayudas más potente, más acorde con el peso de la actividad en la economía.

R Tenemos unos presupuestos de una etapa en la que el turismo no era prioritario. Estoy gestionando unos presupuestos, prorrogados desde 2018, que no se corresponden con el peso que tiene el sector. Por eso necesitamos unos nuevos presupuestos. Yo apelo a la responsabilidad de todos los grupos, también el Partido Popular. Aunque el PP... En fin, el PP ha estado en un debate nada constructivo, o más bien ha trabajado para desestabilizar utilizando la pandemia contra el Gobierno, y no es ahora el momento de crispar a la población con un bloqueo institucional. Lo que necesitamos es luchar contra la pandemia, y los presupuestos de 2021 están pensados para hacer frente a la crisis sanitaria pero también al impacto social y económico. Hemos trabajado en el borrador para reforzar la política turística, y sumar ahora los fondos europeos es una oportunidad que no podemos perder.

P Porque sin presupuestos no se podrán canalizar esos fondos. ¿Son conscientes los partidos de lo que está en juego?

R Ya tuvimos una muy mala noticia con el veto al real decreto ley que permitía a las entidades locales movilizar mucho dinero. Son recursos que ahora mismo están en un banco, en un cajón, y que por tanto no se van a poner a disposición de la sociedad. Creo que el Congreso no estuvo a la altura de lo que necesita este país. Si eso se replica dentro de unos meses cuando presentemos los presupuestos, será una noticia muy negativa, pero no muy negativa para el Gobierno, sino para España.

P Le pregunté por posibles rebajas fiscales a la demanda pero no a la oferta, a las empresas turísticas, como los hoteles.

R La capacidad que ahora tenemos para rebajas fiscales es muy limitada. La crisis ha mermado los ingresos del Estado, y lo ha hecho también en las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Dicho lo cual, el debate debe abordarse de forma constructiva: qué y para qué. En eso creo que este Gobierno se ha mostrado muy dialogante. En estos dos años hemos intentado actualizar nuestro modelo donde hay agujeros en la fiscalidad. No se trata de gravar más sino de gravar allí donde nadie está pagando, que es muy distinto. En eso nos podemos encontrar con muchos grupos. Si realmente hay una reforma que abordar, pues que lo hagamos pensando cuáles son las capacidades de gasto que necesitamos para actualizar un modelo fiscal que está obsoleto. Ahí nos van a encontrar. Desde luego el Gobierno hace un esfuerzo de diálogo no siempre recompensado.