El sector apícola en la Comunitat Valenciana teme por su supervivencia. Desde la Asociación Agrícola de Jóvenes Agricultores (Asaja) sección Alicante, aseguran a través de un comunicado que «el número de colmenas no deja de reducirse en este territorio, mientras que en otras regiones de España van en aumento».

Esta crisis de los apicultores, podría verse agravada si se aprueba la modificación a la ley autonómica de ganadería de 2003, derivada del proceso de revisión que comenzó en enero de 2019.

Entre los cambios que podrían entrar en vigor, de aprobarse definitivamente dicha variación, hay uno que afecta especialmente a los productores de miel, se trata de la imposición de sanciones a aquellos apicultores que mantengan sus colmenas en áreas no autorizadas durante los meses de marzo, abril y mayo. Las sanciones que establece la nueva normativa irían desde los 3.000 y hasta los 60.000 euros.

Esta restricción se deriva de la «Pinyolà», nombre con que se denominan los acuerdos para evitar la polinización de cítricos.

La «Pinyolà» surgió después de que en los años 80 se introdujera una nueva variedad de árboles de mandarina, que tiene la peculiaridad de que si es polinizado durante los meses de marzo, abril o mayo, el fruto desarrolla una semilla de gran tamaño que reduce la calidad del producto. Por ese motivo, los apicultores accedieron a retirar sus colmenas de las zonas marcadas durante esos meses y a cambio, recibían una indemnización.

Eladio Aniorte, presidente de Asaja Alicante, explica que «con el tiempo estas compensaciones fueron desapareciendo y ahora incluso se aplicarán sanciones a los productores», asegura que «esa decisión la tomaron sin tomarnos en cuenta, actúan como delincuentes que hacen las cosas a escondidas» .

Aniorte no entiende como es que «pueden tipificar la actividad apícola durante los meses de marzo a mayo como una infracción grave», y no entiende «cómo pueden pedir a un apicultor que abandone su explotación, amenazándolo con multas de entre 3.001 y 60.000 euros si no lo hace».

El presidente de Asaja Alicante teme que con medidas como estas, los productores de miel de la Comunidad Valenciana «terminen emigrando a otras comunidades donde no encuentren esas restricciones y donde los dejen trabajar tranquilos».

Indignación

Ana Mompó, veterinaria técnica de la Sectorial Apicola de Asaja Alicante, apunta que todos los años se reúnen representantes de la consellería, con apicultores y con el Comité de Gestión de Cítricos, ente dedicado a la comercialización, distribución y exportación de este tipo de productos, en dicho encuentro se hace un seguimiento y se aborda todo aquello que relacionado con la «Pinyolà».

Este año, dicha reunión tuvo lugar en el mes de marzo, pocos días antes de que se decretara el estado de alarma a causa del covid-19, Mompó lamenta que durante ese encuentro «nadie abordó, ni mencionó la implantación de sanciones a los apicultores».

Esta veterinaria técnica, también lamenta que en la mesa de seguimiento de la «Pinyolà» no participen los citricultores y hace hincapié en que entre los apicultores, hay muchos que también se dedican a la producción de cítricos, por lo que les parece ilógico que no se haya tomado en cuenta su opinión en la elaboración de una normativa que los afecta de lleno. Por otro lado, subraya que con la aplicación de esta modificación, un apicultor que deje las colmenas en sus propios campos podrá ser sancionado con 60.000 euros. Es decir, se puede dar la situación de que con la aplicación de esta modificación, aquellos apicultores que expresamente han adquirido tierras para establecer sus asentamientos tengan que abandonar dichos asentamientos.

Y es que estos productores consideran que esta modificación será la «estocada de muerte», consideran que «se pretende sancionar la actividad apícola de marzo a mayo», calificándola como infracción grave.

Concretamente, estas restricciones afectan a los productores de miel de azahar, que es la que se produce en las plantaciones de cítricos. No obstante, los productores valencianos aseguran que no existe ninguna regulación similar para aquellos apicultores que se dedican a la producción de este tipo de miel en el resto de España.

«Los apicultores de la Comunidad Valenciana son ganaderos trabajadores y activos empresarios que están viendo como sus explotaciones se van al traste» lamenta Inma Segura, técnico de la Sectorial Apícola de ASAJA Alicante. Segura, hace énfasis en que la Comunidad Valenciana ha pasado de ser la primera en producción de miel, a la ser la cuarta y la segunda comunidad en número de colmenas, a no estar ni entre las tres primeras.