«Algunas familias solo tenemos esto para vivir y desde marzo no estamos recibiendo ningún ingreso. Ya no podemos aguantar más». Una decena de vendedores del mercadillo municipal de Foietes, en Benidorm, protestaron ayer a las puertas del mismo en representación de los cerca de 180 titulares de licencias para vender ropa y calzado en este mercado. Los comerciantes han iniciado una campaña de recogida de firmas al ser el de Benidorm uno de los pocos mercadillos de la provincia que sigue sin autorizar la apertura de los puestos de venta de productos textiles desde que se levantó el estado de alarma y se recuperó la actividad. Los comerciantes lamentan que el Ayuntamiento se niegue a recibirlos y no les haya dado desde hace meses una explicación. Por eso ayer decidieron pasar a la acción.

El mercadillo municipal de Benidorm cerró sus puertas a mediados de marzo, al igual que todos los que se montan a lo largo y ancho del país, debido a la pandemia de coronavirus. Tres meses después, ya iniciada la «nueva normalidad» el consistorio benidormense autorizó la reapertura de 80 puestos en este espacio y con importantes medidas de seguridad, aunque solo para la venta de productos que consideró de primera necesidad. Esto es, productos de alimentación; básicamente, fruta y verdura. Desde entonces, las cerca de 180 familias que se dedican a la venta de textil han estado esperando a que la Concejalía de Comercio les indicara cuándo podrían regresar a su actividad, incluso solicitando reunirse con técnicos del departamento o con el propio concejal, sin haber obtenido hasta ahora ni autorización ni respuesta a sus peticiones.

«No entendemos cuál es el problema. Y menos cuando en todos los mercadillos de la provincia se están montando todos los puestos de ropa y calzado sin ningún problema», indicaron ayer Brian Lidón y Pedro Luis Valero, dos de los comerciantes afectados que ayer ejercieron como portavoces. Ambos explicaron que hay familias que sólo acuden a vender a este mercadillo mientras que otros, como en el caso de Pedro, acuden también a otros mercados a vender sus productos, pero «Benidorm es una de las principales fuentes de ingresos». Por eso, afirman que la mayoría de comerciantes están pasando «momentos muy difíciles, porque somos todos autónomos y apenas estamos teniendo ingresos. Esta situación no se puede aguantar. Y encima no nos dan ninguna explicación ni sabemos por qué no podemos volver a vender nuestro género».

En las pocas horas que estuvieron a las puertas del mercadillo, lograron recoger decenas de firmas, así como el apoyo de muchísimos compradores, que se acercaban a preguntarles cuándo volverían a montar sus puestos y a expresarles que, sin ellos, el mercadillo está «a medias. Tienen productos buenos y a muy buen precio».

El concejal de Comercio, Lorenzo Martínez, afirmó que el Ayuntamiento «conoce y comprende la difícil situación por la que están pasando» estos comerciantes y explicó que los técnicos están buscando «la fórmula para poder volver a autorizar la apertura de estos puestos sin poner en riesgo el plan de contingencia y seguridad que se ha diseñado por el covid-19», que prevé 80 puestos frente a los 240 que se montaban antes de la crisis sanitaria. El edil avanzó que en breve les convocará a una reunión para explicarles la situación y buscar una solución beneficiosa para todos.