Reubicar una parte del mercadillo en la explanada del recinto ferial y mantener otra en Mercasa, de modo que los puestos se dividan en dos mercados. Ésta es una de las opciones que baraja el Ayuntamiento de Benidorm para poder autorizar el regreso de los vendedores de ropa y calzado al mercadillo municipal de Foietes. Así lo trasladó el concejal de Comercio, Lorenzo Martínez, después de que una decena de vendedores de textil de este mercado se manifestaran la pasada semana y que hayan iniciado una campaña de recogida de firmas para presionar al Consistorio por los retrasos en permitirles que puedan volver a montar sus puestos.

El Ayuntamiento de Benidorm ha convocado a los comerciantes para una reunión, que tendrá lugar esta misma mañana y en la que prevé exponer cuáles son las opciones que está barajando para volver a autorizar el regreso de todos o la mayoría de comerciantes.

Como el resto de municipios, Benidorm decretó el cierre de su mercadillo en el mes de marzo, a raíz de la declaración del estado de alarma por el covid-19. Meses después, a finales de junio, el gobierno local permitió el regreso del mercado, aunque únicamente para los productos considerados «de primera necesidad». Esto es, de fruta y verdura. La Policía Local elaboró entonces un informe en el que mantenía que el resto de la oferta del mercadillo –es decir, la ropa, el calzado y otro tipo de artículos al margen de la alimentación– estaba cubierta de sobra por el comercio local y cifraba en 80 puestos el número idóneo para garantizar todas las medidas de distancia social, control de accesos y de aforos recomendadas para frenar el coronavirus. Hasta el comienzo de la pandemia, el mercadillo contaba con unos 240 puestos, de modo que solo se autorizó una tercera parte, quedando los productos textiles sin espacio para montar.

Ante esta situación, el concejal de Comercio avanzó días atrás que una de las medidas que se baraja para permitir el regreso de estos últimos es reubicar parte de los puestos en el recinto ferial, donde ya se ha montado el mercadillo en otras ocasiones, para así no juntar toda la oferta en Mercasa y «dividir» al público, con el fin de que no se produzcan aglomeraciones. Otra de las opciones que baraja es mantener todo el montaje en Mercasa, pero ampliando de uno a dos los días de mercado: uno para alimentación y otro para ropa. En cualquier caso, Martínez fue claro y afirmó que todavía no hay nada decidido. Y, además, señaló que muy posiblemente, aunque se aplicaran alguna de estas opciones, los comerciantes tendrían que establecer un sistema de turnos, dado que sería «inviable» que pudieran montar a la vez los cerca de 160 puestos autorizados hasta el pasado marzo para la venta de ropa, calzado, bolsos, etc.