Ayudas para que aquellos vecinos que no tienen recursos puedan afrontar el pago de la rehabilitación del muro de contención de la calle Pal. Esta es la medida que ha aprobado el Ayuntamiento de La Vila Joiosa y que contará con un presupuesto de 50.000 euros que se repartirá entre los residentes de esta vía del casco histórico según la renta y su capacidad económica.
La calle Pal es una de las zonas más características del casco histórico de La Vila. Su situación y su forma estrecha desde donde se pueden ver algunas de las casas de colores colgantes la han convertido en uno de los rincones más visitados y fotografiados. Pero para los vecinos que residen en ella y en los alrededores lleva siendo una «pesadilla» desde hace años. Y es que lo que los residentes consideran que es una muralla histórica, y por tanto, bien protegido; pero para el Ayuntamiento es un muro de contención. Por ello, la administración local planteó un proyecto de reparación del mismo y decidió hace dos años repercutir en unos 50 propietarios los casi 280.000 euros del coste del mismo, llegando en algunos casos a tener que hacer frente a 20.000 euros por parte de una sola persona.
Pero la capacidad económica de todos los vecinos en esta zona del casco histórico no es la misma. Según explicó el concejal de Casco Histórico, José Carlos Gil, «hay propietarios con rentas bajas y pocos recursos y que tienen dificultades» para hacer frente a esos costes. De ahí que el gobierno local haya decidido «crear una subvención según la renta». Una ayuda que aún no tiene especificados los parámetros de cómo se repartirá pero que sí se ha incluido en el presupuesto de 2020 que se aprobó la pasada semana.
¿Muro o muralla?
Con todo, una pregunta sigue sin respuesta: la pared de la calle Pal es ¿muro o muralla? Para los vecinos es una parte de la muralla histórica dentro del conjunto protegido como BIC del casco antiguo. Para el Ayuntamiento, según sus propios informes y uno de la Universidad de Alicante (UA) es un simple muro de contención. Así que esta disyuntiva ha visitado varias veces al Síndic de Greuges, quien indicó que no se debería cobrar a los vecinos por el proyecto hasta que no se aclarara de quién es la titularidad. Pero las obras de emergencia apremiaban y el Ayuntamiento decidió tirar para adelante con el proyecto y hace dos años confirmó que serían los residentes quien harían frente a los gastos.
Mientras, los vecinos siguen su batalla en los tribunales. Según las fuentes consultadas por este diario, un grupo de propietarios, que ya acudieron a un contencioso administrativo que no les dio la razón, están a la espera de un juicio civil en el que confían que les den la razón y que sea la administración pública quien se haga cargo de esa rehabilitación. Pero por ahora ya han tenido que hacer frente a esos pagos.
