Mesas separadas de la pared 1,80 metros, toldos y marquesina que no estén anclados y sean móviles, solo un porcentaje de publicidad en el mobiliario, y tarimas para aquellos cuyas terrazas ocupen plazas de aparcamiento en la calzada. Estas son algunas de las claves de la nueva ordenanza de protección del paisaje urbano que va a regular la instalación de terrazas en La Vila Joiosa. Una normativa a la que los negocios tendrán que adaptarse antes de que acabe el año (si no lo han hecho ya) al terminarse la moratoria de seis meses dada por el Ayuntamiento. A partir de ese momento, la norma entrará en vigor y podrá sancionarse a aquellos que no hayan cumplido.

La ordenanza se aprobó en junio y Comercio dio entonces un periodo de seis meses para que los hosteleros pudieran cambiar aquello que no se ajuste a las nuevas normas, un periodo que acaba el 28 de diciembre. Entre los cambios que tenían que hacer los hosteleros está el de incluir tarimas en aquellas terrazas que ocupen la calzada para «dotar de seguridad a las mismas». Es decir, en lugar de estar pegadas a los coches y sin protección. Algunas de ellas cuentan con maceteros que delimitan la misma, pero no es suficiente. A ello se suma que deben quitar los toldos anclados por otros móviles o que el mobiliario tiene que ser todo igual y la publicidad debe quedarse en un porcentaje muy reducido, aspectos que suponen un gasto importante para los locales. El Ayuntamiento tenía previsto lanzar ayudas para los hosteleros pero, según el concejal de Comercio, Josep Castiñeira, «no ha sido posible». Así que se ha suspendido el cobro de la tasa por mesas y sillas para todo 2021. «La media que se paga por cuatro mesas es de 1.000 euros al año. Si esa tasa no se paga y las tarimas rondan los 800 euros, ya estamos compensando ese gasto».

La ordenanza contempla que las mesas en los aparcamientos se pongan sobre tarimas. | DAVID REVENGA

Pero, ¿ha sido suficiente tiempo para realizar esos cambios? Pues una parte del sector asegura que no, y más con la situación sanitaria actual en la que los negocios están teniendo restricciones para trabajar y la inversión que supone para algunos es costosa. Con ellos, el PP y Cs consideran que ese tiempo tampoco ha sido suficiente y ambos partidos pidieron en el último pleno que se diera un nuevo plazo de tres meses, hasta marzo de 2021, para que los negocios se adaptaran. Ambos alegaron que, con la situación de incertidumbre que se vive, era mejor esperar unos meses. Una moción que fue rechazada por el gobierno local.

El concejal de Comercio explicó a este diario que «han tenido tiempo» en estos seis meses y que esta nueva ordenanza no viene de nuevas. De hecho, antes que ésta, ha habido sobre la mesa otras dos similares que nunca han llegado a aplicarse «y no hay que esperar más» porque la intención es que todas las terrazas sigan la misma estética y todos cumplan de la misma forma. «Hay gente que no pedía los permisos para las terrazas o se pagaba un número de sillas y se ponían más. Era un caos y hay que acabar con eso», añadió. Todo para mejorar la imagen del municipio y para que todos cumplan por igual.