La Orquesta Azul, mítica y recordada agrupación musical que amenizó las verbenas y fiestas de Altea y pueblos del alrededor durante la década de 1950 y principios de los 60, ya tiene plaza pública. El pleno de la corporación municipal celebrado telemáticamente este jueves por la mañana acordó por unanimidad de todos los grupos políticos la moción presentada por el grupo municipal socialista para que la plaza del final de la calle Filharmònica, que carecía de nombre, se denomine Plaza de la Orquesta Azul. Este grupo musical fue la semilla del renacimiento de la Sociedad Filarmónica Alteanense en 1962, tras estar inactiva desde finales de la década de los 40.

En la moción, defendida por la portavoz socialista Vicenta Pérez Barber, se afirma que “en 1949 y dentro del seno de la banda de la Sociedad Filarmónica Alteanese nace la Orquesta Azul. Un grupo de jóvenes músicos que ante la demanda por el público, de animación de bailes y fiestas en Altea y otras poblaciones vecinas, deciden lanzarse en esta actividad sin desatender las necesidades de la pasión de su vida: la Banda Filarmónica Alteanense”. En su disertación, Vicenta Pérez nombró a los componentes de la Orquesta Azul así como la oferta musical de la que disfrutaba el público “con un variadísimo repertorio de más de 120 temas musicales, actualizados al ritmo que el momento y el mercado pedían, interpretados con gran éxito”

La Orquesta Azul

El escrito del PSOE continua diciendo que “a pesar de no ser músicos profesionales, no había pieza que no pudieron interpretar” y que “prácticamente la totalidad de los alteanos que vivieron esta época conocieron a sus parejas bailando con los sonidos de ‘Esperanza’ o el ‘Mambo Número Ocho’. Su retirada, allá por el año 1960, dio opción al hecho que otros grupos que venían apuntando maneras pudieran existir. Es por eso que consideramos que la Orquesta Azul es merecedora de no pasar al olvido sin recibir el merecido reconocimiento del pueblo de Altea a través de la Corporación Municipal”.

Finalmente, la moción propone “el acuerdo de que se denomine Plaza de La Orquesta Azul a la zona del final de la calle Filharmònica, habitualmente zona de aparcamiento, que está sin nomenclatura actual, puesto que ésta, además de no tener nomenclatura, está junto al edificio y sede de la Sociedad Filharmònica Alteanense”.

Historia de la Orquesta Azul

La Orquesta Azul fue creada en 1949 siete jóvenes músicos de la banda de la Sociedad Filarmónica Alteanense (SFA) de entre 20 y 28 años de edad. Fueron Francisco Pérez Devesa (director y contrabajo), Andrés López Muñoz (batería y cantante), Antonio Bellido Muñoz (trombón), Francisco Llinares Ballester (trompeta), Pepe Coello Such (saxo alto), y Timoteo Laviós Llobell y Vicente Lloret Martínez (saxo tenor). Después se incorporarían, cuando algunos de estos fueron a la “mili”, Andrés Cortés Such y Pepe “La Vila” (trompetas), y Francisco Coello Such (clarinete y saxo tenor). Esporádicamente colaboraba durante los veranos un pianista profesional de nombre José María. Su repertorio era variado con el predominio de mambos, pasodobles, swing, rhythm and blues, boleros, etc. Y destacaban sobre todo las composiciones de las “big band” de Glen Miller o Benny Goodman, con Andrés López como auténtico “showman” a la batería.

Durante algo más de una década, la Orquesta Azul amenizó los bailes y verbenas en las plazas y terrazas de los cines de verano, “hasta que la música pop de Los Beatles y otros grupos pasó a ser la preferida de los jóvenes”, según explicó antes de morir en 2010 Pepe Coello, que fue presidente de la SFA entre 1997 y 2001, y que durante su mandato consiguió que el Ayuntamiento presidido por Miguel Ortiz cambiara el nombre de la calle Ingeniero Muñoz por el de calle Filharmònica.

En 1962 finalizó la etapa de la orquesta, pero sus componentes hicieron un acto que es de agradecer en la historia de la Filarmónica. Ese año hicieron una llamada general a los músicos que había en la banda (inactiva desde la segunda mitad de la década de los 40) para que tocasen en la procesión del Cristo del Sagrario durante las fiestas patronales que se celebraban entonces en febrero. Acudieron cerca de 40 músicos a la llamada y ello fue la semilla para que la Sociedad Filarmónica Alteanense renaciera, como Ave Fénix, con Francisco Pérez Devesa como director.

Ahora, desde hace algo más de un lustro, otros músicos de la SFA han formado la “big band” Orquesta Blava en homenaje a la Orquesta Azul. Con la música de las mismas partituras de antaño que conservó Vicente Lloret Martínez, actúan en el festival Nits a Boqueta Nit que organiza cada verano el Ayuntamiento de Altea, al igual que amenizan, bajo la dirección de Jaume F. Ripoll Martins, las galas de los Premis Altea de Literatura i Investigació desde su inicio.

Una reivindicación de más de 5 años

El 23 julio 2015, cuando aún vivian Andrés López (fallecido en junio de 2019) y Vicente Lloret (fallecido en noviembre de 2020), la Peña-Tertulia “Els Tolerants” solicitó al Ayuntamiento por el Registro Municipal que denominasen a la plaza adyacente a la sede de la SFA, que carecía de nombre, como Plaça de la Orquesta Azul “porque consideramos que la orquesta, bajo cuya música muchos alteanos y alteanas se hicieron novios, es merecedora de no pasar al olvido sin recibir el reconocimiento del pueblo de Altea a través de su Corporación Municipal”.

Por otro lado, en 2019 y 2020, la Associació Local de Comerciants i Empresaris d’Altea (ALCEA) también propuso en varias reuniones del Consell Local de Comerç i Turisme y del Consell Local de Participació Ciutatana que se pusiera el nombre de Orquesta Azul a la plaza que ahora ha sido bautizada como tal “por la historia de esta agrupación que se mantiene en la memoria de los alteanos, porque logró el renacimiento de la Sociedad Filarmónica Alteanense, y porque aún viven dos de sus miembros a los que se les puede dar una gran alegría”.

Y, después del fallecimiento de Vicente Lloret, en Facebook hubo un movimiento ciudadano reivindicando el nombramiento de la plaza.