Los senderistas y amigos de la aventura podrán disfrutar ahora mucho mejor de todo el entorno de los puentes del Mascarat y, particularmente del Barranc Salat, gracias a la recuperación del sendero ecológico de la zona llevada a cabo por las concejalías de Medio Ambiente y de Turismo del Ayuntamiento de Altea. La actuación “ha consistido en la adecuación, mejora y señalización del barranco y sus aledaños con un presupuesto cercano a los 14.500 euros, que han sido subvencionados al 50 por ciento entre el Ayuntamiento de Altea y Turisme de la Comunitat Valenciana”, según desveló esta semana el concejal de Medio Ambiente, José Orozco.

El edil explicó que “a los largo de los 2.300 metros de recorrido del Barranc Salat, o Barranc del Mascarat, destacan la playa de La Barra, el estrecho del Mascarat, el mirador de los acantilados de Toix y el mirador de la bahía de Altea. En este espacio, los trabajos necesarios para recuperar su ruta circular han consistido en el desbroce selectivo, podas y eliminación de la vegetación, procediendo a la tala y eliminación de especies exóticas invasoras de la flora presentes en el recorrido, reduciendo así su impacto en la zona y mejorando la calidad ambiental del entorno”. Orozco añadió que en todo momento “se han respetado a las especies protegidas como la Carrasca, Palmito, Lentiscos, Aladierno, Sabina Negra y Enebro. Por otro lado, para mejorar la accesibilidad de la senda, se han construido y reparado escalones en piedra seca, y se ha creado un murete a media ladera, además de realizar trabajos de eliminación de cárcavas, construyendo, igualmente, drenajes transversales para evitar arrastres o erosión por correntía”.

José Orozco se mostró “muy satisfecho” por el resultado de estos trabajos, pues “la vegetación cubría totalmente la senda, lo que imposibilitaba a los visitantes y ciudadanos de Altea realizar esta ruta. Pero gracias a esta actuación, un nuevo espacio natural se pone al servicio del ciudadano, además de poner en valor el Barranc Salat”.

Por último, el edil de Medio Ambiente dijo que se ha delimitado la senda circular “mediante la creación de una línea de piedra en lateral para evitar la aparición de atajos o caminos alternativos. Todo ello con la utilización de materiales naturales propios del entorno como la piedra caliza”, apostilló.

Por su parte, la concejala de Turismo, Xelo González, explicó que con el fin de orientar a los peatones durante el recorrido, “se ha señalizado la senda con marcas homologadas de pintura de seguimiento del camino y se instalarán tres paneles interpretativos con códigos QR con información sobre los recorridos. Además de reforzarse mediante mapas y folletos informativos a disposición de vecinos y visitantes en la oficina de Turismo de Altea”.

Para la concejala de Turismo, “este proyecto se centra en aumentar la oferta turística del municipio mediante la puesta en valor de recursos y bienes patrimoniales, promoviendo un turismo de calidad interesado en el patrimonio cultural y natural. Además de fomentar una actividad, como es el senderismo, que tiene una importante repercusión sobre la desestacionalización de la demanda turística y totalmente complementaria al turismo de sol y playa, ya que se desarrolla fuera del periodo estival”.

Frontera natural entre Altea y Calpe

El Barranc Salat es un desfiladero atravesado por tres puentes y situado entre las peñas del Mascarat que separa geográficamente Altea y Calpe. Durante cientos de años fue el único paso existente cerca de la costa entre las comarcas de la Marina Baixa y la Marina Alta para el trasiego de personas y bienes que tenían que circular con gran dificultad ya que se hacía casi imposible poder atravesar este paso con los carros de mulas cargados de género. A finales del siglo XIX, sobre 1885, se puso fin a este problema con la apertura del túnel del Mascarat y la construcción del puente de sillería con 60 metros de alto que en aquella época constituyó una de las grandes obras de ingeniería de la provincia de Alicante y un gran avance mercantil entre las provincias de Alicante y Valencia. 

Cuarenta años después, en 1925, se construyó un nuevo puente de hormigón con 85 metros de altura y más ancho para la doble dirección de los vehículos que comenzaban a circular por la carretera nacional 332 que une las provincias de Almería, Alicante y Valencia.

En cuanto al tercer puente del barranco, es el que se construyó en 1915 para la circulación del tren, y que hace poco más de dos años se remodeló para dotar de mayor seguridad al actual TRAM que une Alicante con Dènia.

Una de las características de este barranco es que llega a tener paredes de 100 metros de altura en tramos que se separan a solo un metro entre ellas. Su recorrido no es apto para todos los públicos ya que no sigue un sendero o camino, sino que hay que andar ir de roca en roca por el fondo del barranco. Ahora, con la actuación del Ayuntamiento de Altea, se podrá disfrutar de este entorno natural que apenas tiene desnivel en su recorrido, y en donde se pueden contemplar multitud de especies vegetales repletas de insectos y una variada fauna de lagartijas, lagartos, conejos, zorros, y aves como el petirrojo, la curruca, el roquero solitario, el colirrojo tizón, algunos aviones, golondrinas y palomas que viven bajo los puentes.