Lleva años siendo un edificio «fantasma» que se ha ido deteriorando con el tiempo y provocando quejas por el mal estado de sus fachadas. Ahora, tras varias peticiones para que se adecentara este edificio en pleno centro de Benidorm, en la avenida Emilio Ortuño, los propietarios han limpiado y pintado la parte exterior del mismo acabando con los elementos que llenaban pasillos y terrazas y que estaban a la vista. Todo mientas preparan los proyectos técnicos para cambiar el actual edificio por otro nuevo.

El edificio actual fue construido en 1964 y albergaba los antiguos Talleres Renault, de hecho, el Plan de Reforma Interior (PRI) presentado al Ayuntamiento para el nuevo proyecto para el edificio lleva ese nombre. Pero desde hace más de dos décadas está deshabitado y se ha ido deteriorando hasta convertirse en un edificio «fantasma» en pleno centro, frente al Consistorio y a escasos metros de la plaza Triangular. Solo mantiene con actividad los locales comerciales de la parte baja donde hay un restaurante y un bingo. Ahora, tras meses de espera, los propietarios han pintado la fachada que da a Emilio Ortuño de amarillo, dejando atrás la mala imagen que tenía la anterior, y también han limpiado la parte de atrás de la fachada.

Cabe recordar que el PRI planteado por los propietarios planteaba el derribo de la actual finca, con una superficie de 1.300 metros cuadrados, y la construcción de otra nueva con mayor edificabilidad de la que le correspondería; a cambio, debía realizar cesiones al patrimonio municipal. Por esta operación, el Consistorio percibiría a cambio la cesión de una franja de 2 metros de ancho a lo largo de todo el frente de fachada de Emilio Ortuño y debía abonar al Ayuntamiento 279.409,79 euros.

La concejala de Urbanismo, Lourdes Caselles, explicó a este diario que «ya se ha firmado el convenio urbanístico» entre los propietarios y el Ayuntamiento, por lo que se ha realizado una parte de esa compensación. Mientras, los propietarios siguen con sus planes y están realizando ya la redacción de los proyectos técnicos necesarios. Así uno de ellos sería el necesario para demoler el actual edificio antes de construir uno nuevo.

Y, ¿qué pasará con el gran mural que cubre una de sus fachadas? Pues dentro de las condiciones del PRI se incluye que los dueños tendrán que encargarse del montaje, traslado y nueva instalación del mural cerámico del artista Manuel Baeza «asegurando así su conservación y puesta en valor» El proyecto de traslado y montaje que hicieron consiguió la aprobación de la Conselleria y de la Concejalía de Patrimonio Histórico.