El frío ha llegado con fuerza esta última semana. Y encender la chimenea para calentarse ha sido un gesto muy repetido en los hogares que cuentan con una de ellas, sobre todo, en aquellas casas del interior de la provincia donde las temperaturas han bajado considerablemente. Y si no se tiene chimenea, las estufas donde quemar troncos y que se caldee el espacio también han sido habituales. Una forma de calentarse ante las gélidas temperaturas que conlleva que se genere una gran cantidad de ceniza que, muchas veces, no acaba de apagarse y puede provocar incidentes como los ocurridos en Bolulla en la última semana. En este pequeño municipio de la Marina Baixa, en pocos días se han quemado tres contenedores de los ocho que hay en las calles, todos ellos por verter esos restos aún calientes en los mismos sin esperar a que se apaguen.

Uno de los contenedores quemados por debajo al depositar cenizas aún calientes. | AYUNTAMIENTO DE BOLULLA

Esta situación ha obligado al Ayuntamiento de la localidad, donde residen poco más de 400 vecinos, a tomar cartas en el asunto; sobre todo, por el peligro que ha supuesto esta acción que podría haber causado males mayores y algún incendio más grave. Así que el alcalde, Adrián Martínez, ha elaborado un bando municipal para intentar concienciar a los vecinos sobre el peligro que puede suponer tirar esos restos aún sin apagar a un contenedor.

«Tras observar varios contenedores dañados por el vertido de brasas de fuego, se recuerda que, es de obligado cumplimiento comprobar el apagado de las mismas antes de su vertido en los contenedores públicos», según recoge ese bando que se ha colocado en cada calle de la pequeña localidad para que puedan verlo todos los residentes. Pero además, se ha publicado en las redes sociales del Ayuntamiento la misma advertencia con vídeos y fotos de los contenedores quemados y cómo salía, incluso, el humo de uno de ellos tras tirar las cenizas.

«En todas la ocasiones lo hemos pillado a tiempo», indicó a este diario el primer edil. Porque el peligro era que «no hubiera quedado solo en el contenedor, sino que se hubiera extendido a cualquier coche o casa de alrededor», apuntó Martínez, ya que la basura se ubica en plena calle. Así, en solo unos días se han quemado tres contenedores por verter brasas aún sin apagar, dos de ellos en dos días seguidos. «Ya los hemos retirado y la concesionaria del servicio de recogida de basura los ha repuesto», apuntó el alcalde quien reiteró la importancia de no realizar estas acciones. «Se han tirado las cenizas sin apagar en bolsas de basura; los vecinos tienen que estar alerta para que no ocurra lo que ha pasado», añadió. Por eso se ha lanzado el bando tanto en redes como colocado en las calles. «Si se repite, tendremos que tomar más medidas», añadió.

El bando que se ha puesto en las calles de Bolulla para alertar a los vecinos.

La situación generada en Bolulla no está permitida en ningún municipio por el peligro que supone. El depósito de materiales como ceniza que no se hayan apagado correctamente en contenedores no está permitido y puede suponer multas de grandes cuantías. Pero además, si lleva aparejado un incendio mayor, supondría la movilización de los medios de emergencia o bomberos para apagar ese fuego, lo que supone muchos más gastos que reponer los contenedores que han quedado inservibles.

Así, las autoridades recomiendan que se tenga un cubo o recipiente metálico donde depositar las cenizas durante más de 24 horas para que se apaguen del todo (pueden estar encendidas durante horas o días); e, incluso, que se les tire agua para evitar que vuelvan a prender teniendo cuidado con el humo. Todo menos tirarlas a un contenedor sin comprobar primero que están todas apagadas y no provocar daños, primero en esos elementos y, segundo, mucho mayores alrededor.