La madrugada del 27 de mayo de 2016 uno de los porteros de seguridad de una conocida discoteca de la calle Mallorca de Benidorm sufrió una emboscada y fue brutalmente apaleado por cinco personas, todos ellos también porteros de seguridad que trabajaban en locales de la zona. Un incidente que reflejó el nivel de tensión existente entre los miembros del personal de seguridad de la zona inglesa de Benidorm y causada por la entrada en el mundo de la noche de empresas privadas de seguridad y reemplazando en algunas de sus funciones a las personas que habían estado a cargo vigilar de estos locales. Situación que provocaba roces y tensiones y que estallaron esa noche.

El juicio por estos hechos se cerró con una conformidad entre las partes en la Audiencia de Alicante. Los cinco acusados se declararon culpables de la agresión y serán condenados a dos años de prisión. Inicialmente se les acusaba de un delito de haber intentado matar a su víctima. La Fiscalía les acusaba de tentativa de homicidio y pedía ocho años de cárcel, mientras que la acusación particular reclamaba hasta once años de cárcel por intento de asesinato. Tras la conformidad negociada por las defensas, la acusación se rebajó a un delito de lesiones por el que serán condenados a dos años de cárcel. Entre las defensas se encuentran los letrados Roberto Sánchez, Moisés Candela y Francisco Galiana Botella. Los acusados ya han pagado 100.000 euros de indemnización que se pedía para la víctima y aún faltan otros 40.000 más por abonar.

A pesar de que el acuerdo se llevaba negociando varios días, la sala adoptó medidas para que los acusados, la víctima y los dos testigos que le acompañaban no coincidieran y evitar que se pudieran registrar incidentes. A pesar de estos temores, en el juicio pidieron perdón a la víctima y se disculparon.

El día en que ocurrieron los hechos, uno de los acusados se llevó a los compañeros de la víctima a otro bar de la zona, dejándole sin respaldo. Con un falso pretexto, le llamaron al interior de la discoteca, donde los otros le propinaron una brutal paliza, consistente en puñetazos en el rostro que le dejaron inconsciente. Donde continuaron los golpes y las patadas en la cabeza. Hasta cuatro operaciones de cirugía estética requirió la víctima por las lesiones en la nariz.