Confrides-l’Abdet lleva desde que comenzó la pandemia sin registrar ni un solo caso de coronavirus. Las medidas tomadas en el municipio, la poca movilidad de sus vecinos y un cuidado casi al detalle para que no llegara el virus a esta pequeña localidad de la Marina Baixa ha hecho que sea de los pocos territorios en esa situación. Pero el peligro sigue fuera y acechando a cada momento a una población en la que las personas mayores y de riesgo suponen el 50% de los habitantes del pueblo. Por ello, el alcalde, Rubén Pico, ya ha pedido a la Conselleria de Sanidad que se vacune a todos los vecinos o, al menos, a los jubilados y los que tienen patologías o son de riesgo. 

«Ante el gran riesgo y la situación en poblaciones vecinas, de darse un contagio o brote podría derivar en un problema real de despoblamiento del municipio debido a la avanzada edad general de todos los vecinos y vecinas», el primer edil ha solicitado al departamento autonómico que «establezca una prioridad urgente de vacunación» contra el virus para todos los habitantes del municipio. Confrides-l’Abdet, según los últimos datos actualizados, cuenta con 187 vecinos, casi el 40% de ellos con más de 65 años; además dos residentes superan los 90 años de edad.

Picó explicó que, una vez que ya se han vacunado en residencias de mayores o a otros colectivos que «por supuesto tienen que ir por delante», se tendría que tener en cuenta también a la población que superen los 65 años en municipios pequeños en los que un contagio podría suponer un grave problema. «Es mejor prevenir que curar», indicó el primer edil. «Siempre digo que somos como una residencia con puertas abiertas. No podemos prohibir que entre nadie al pueblo pero sí protegernos lo máximo posible», añadió. 

Así, el municipio se mantiene hasta el momento de la petición hecha a la Conselleria de Sanidad como uno de los pocos de la provincia «libre» de covid-19 desde que comenzó la pandemia, y así quieren seguir. «La Generalitat debería ayudar más a los pueblos pequeños que a los grandes porque no tenemos tantos recursos», añadió Picó. Con todo, es la única localidad de la provincia que ha puesto sobre la mesa esta petición. Una propuesta que apoyan los vecinos. «Yo soy de riesgo y mi marido también», indicó a este diario Nadia Omrane, propietaria de la tienda del municipio. «Viene gente de fuera y tenemos miedo de que lo traigan», añadió. Mohamed, que regenta uno de los bares de l’Abdet también apoya la petición: «me parece bien; sería bueno para el pueblo».