Algo más de doscientos hosteleros de Altea reivindicaron este martes por la mañana que sus establecimientos de restaurantes, bares y hoteles “no somos los culpables de la propagación del coronavirus, pues no hay datos científicos que lo avalen. Es por ello que es importante dar a conocer la situación actual para que se pueda entender que no somos el problema, que no somos los hosteleros quienes tenemos que pagar los platos rotos de la pandemia. No podemos olvidar que somos uno de los motores económicos de España”. Con esta queja, se iniciaba a las 11:00 horas la manifestación pacífica convocada por la Associaciò Hostalers per Altea (Hospal) para dar a conocer y expresar “nuestro sufrimiento, nuestro descontento con las instituciones y nuestro pésame por las víctimas”, además de querer dar a conocer “nuestra situación actual, que se conozca el delirio agónico que estamos sufriendo en sector de la hostelería y, sobre todo, las consecuencias irreversibles que va a tener en el sector servicios el efecto de esta pandemia”.

Un momento de la protesta Diego Coello

La manifestación empezó en la rotonda adyacente al aparcamiento del paseo marítimo y discurrió desde ahí hasta la plaza de Europa, desviándose a continuación hacia la calle Garganes tras cruzar la N-332, y continuar por la avenida Rei Jaume I hasta desembocar en la plaza del Ayuntamiento en donde se leyó un manifiesto redactado por la asociación Hospal. En la cabeza de la manifestación iban varios hostaleros haciendo sonar una cacerolada, y en todo el recorrido los manifestantes portaban diferentes carteles en los que se podía leer frases como “Salvemos los puestos de trabajo de la hostelería”, “Cero ingresos, cero impuestos”, “Sin apertura, exención de impuestos municipales”, “Por la supervivencia de la hostelería”, “Basuras. No se gasta, no se paga”, “¡Ayudas directas, ya!” y “Por la supervivencia de la hostelería”.

Un momento de la protesta Diego Coello

Desde los bajos de la Casa Consistorial, un representante de Hospal leyó el manifiesto en el que se afirma que a la hora de colaborar en frenar la expansión de una pandemia global “era comprensible que teníamos que aportar nuestro granito de arena. Pero esta situación es a día de hoy totalmente insostenible”. Según los hosteleros, la situación en el sector “está totalmente descontrolada. Hemos tenido una temporada 2020 llena de límites, nos hemos tenido que adaptar a servir y dar lo mejor de nosotros con la implementación de nuevas medidas de seguridad, nuevos protocolos sanitarios, evitando procedimientos que pudiesen propagar la expansión del virus, y esto se notó con incidencias acumuladas muy bajas en junio julio y agosto, que coincide con la época de mayor facturación y turismo en España”. Pero a pesar de ello, “es tal el descontrol y la normalización forzada de la convivencia con el virus, que actualmente las autoridades necesitan limitar una actividad social sin que la actividad económica se vea afectada. Lo cual es del todo compatible”.

Un momento de la protesta Diego Coello

En la concentración, hablaron empresarios y trabajadores de la hostelería. Estos reivindicaban que “tenemos ganas de trabajar. Sin trabajo no cobramos, y esto genera una grave crisis eco nómica y familiar. Tenemos familias a las que alimentar y préstamos que pagar. Sin actividad nos hundiremos”. Mientras que los empresarios pedían “a los organismos que nos atañen (ministerios, Generalitat, Consellería, Ayuntamiento, etc.) que nos miren como las victimas que somos, que se pongan en nuestra piel. Los créditos de ayudas a la Hostelería muchos establecimiento las solicitan para pagar cuotas de préstamos y pago de alquileres, suministros, retenciones, IVA y nominas atrasadas entre otros, pero eso no son ayudas, es retrasar un colapso irreversible. Muchas empresas han desaparecido, nuestra riqueza de ocio diurno, gastronómico y nocturno está en vías de extinción irremediable”, aseveraron.

Por otro lado, en el manifiesto de Hospal se afirma que en Altea “estamos asumiendo costes fijos día tras día, y las ayudas que han llegado son mínimas y aún no son suficientes para garantizar nuestra supervivencia, es por ello que estamos aquí para solicitar la reapertura inmediata y sin limitaciones asfixiantes, acatando protocolos sanitarios y con las medidas de contención necesarias, para evitar ser un foco de contagio”. También se piden “ayudas directas como eliminación de tasas de residuos urbanos que no se generan, extensibles a los ejercicios de 2021 y 2022. Subvenciones a fondo perdido directas para alquileres, sobre todo para establecimientos que no hayan llegado a ningún acuerdo con sus arrendatarios. Subvenciones para afrontar los costes fijos, tales como gastos de electricidad, luz, agua, comunicaciones, seguros, gestoría, préstamos y muchos otros, que hay asumir diariamente tanto si tenemos actividad como si permanecemos cerrados. Y subvenciones para poder contratar y seguir fomentando empleo, pero como mínimo subvenciones que nos permitan mantener a nuestro personal y su correspondiente coste, sin que suframos la letra pequeña de los ERTES u otras medidas que tenemos que adoptar actualmente”, aparte de que también es necesario que “ nuestros proveedores dispongan de ayudas para poder afrontar formas de pago y financiación que nos permitan a nosotros, los hosteleros, sus clientes directos, poder reiniciar la actividad sin descapitalizarnos”.

Un momento de la protesta Diego Coello

Finalmente, en la concentración se puso énfasis en que “no se pueden olvidar las victimas que han perecido en la pandemia y que solo en España son ya más de 66.000 las oficiales aunque todos los indicadores de instituciones indican que estamos cerca de las 95.000, y más de 3 millones de contagiados. Especialmente queridas para nosotros, las mas de mil personas contagiadas y las más de 20 fallecidas solo en Altea. Es dramático el panorama sanitario, y pronto será aun peor el panorama económico. No se puede parar las muertes del virus a costa de incrementar las muertes de las PYMES de hostelería españolas. El freno debe estar generalizado, somos conscientes de ello, no puede haber centros comerciales y tiendas en funcionamiento con normalidad limitada y el sector servicios completamente paralizado indefinidamente y encaminado a su destrucción.”