La Marina Baixa ha cerrado este martes su primera semana sin registrar ningún fallecimiento por covid-19, un hecho que no se producía desde primeros del pasado mes de noviembre. Así lo refleja la última actualización de datos realizada hoy por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, que muestra que, tras varias semanas estabilizando el nivel de contagios, la comarca comienza frenar también la mortalidad del coronavirus, cuya tercera ola ha sido dramática, ya que se ha cobrado la vida de más de 150 personas en lo que llevamos de año, más de la mitad de los 311 fallecidos desde el comienzo de la pandemia hace ahora un año.
Las cifras publicadas por Sanidad indican que desde el pasado viernes, la Marina Baixa ha registrado únicamente 13 nuevos contagios, que dejan en 36 los casos activos que ahora mismo habría en toda la comarca. En su conjunto, son ya 11.908 los ciudadanos que han pasado el coronavirus desde que se declaró la crisis sanitaria en marzo de 2020. O, dicho de otra manera, han pasado la enfermedad 6.425,78 personas de cada 100.000 que residen en esta zona.
El descenso generalizado en los contagios ha permitido, también, que la comarca abandone la zona de riesgo "bajo" y se sitúe de nuevo en la de riesgo "muy bajo", al registrar una incidencia media de 19,43 contagios por cada 100.000 habitantes, una situación en la que no estaba prácticamente desde el pasado verano. Sólo tres municipios, La Vila Joiosa, Finestrat y Orxeta, superan ese nivel de riesgo muy bajo -que la UE sitúa por debajo de 25 casos por 100.000 habitantes diagnosticados en los 14 días previos-, aunque en ninguno de ellos la situación es preocupante.
Benidorm, el municipio más poblado de la comarca, ha registrado en los últimos cuatro días únicamente 6 nuevos contagios, lo que indica que continúa la tendencia a la baja en cuanto a nuevos positivos que se viene observando desde finales del mes de enero. En la actualidad, 16 benidormenses están pasando coronavirus con una PCR confirmada en los últimos 14 días. Este dato supone una tasa de contagio que se sitúa actualmente en 23,28 casos por cada 100.000 habitantes, muy lejana ya de los 1.583,21 casos por cada 100.000 que se llegaron a alcanzar el 27 de enero, en el peor momento de la tercera ola.
La Vila Joiosa ha sumado después del fin de semana otros seis nuevos contagios y tiene actualmente 10 casos activos, con lo que la incidencia media se sitúa en 28,84 casos por cada 100.000 habitantes.
Además de La Vila, Finestrat -con 2 casos activos y una incidencia de 29,78 casos por cada cien mil- y Orxeta -donde hay un caso activo y una tasa de 135,87 por cien mil- son los únicos municipios con incidencia superior a la del nivel considerado como de riesgo "muy bajo", según la actualización de datos de Sanidad.
Por último, cabe destacar que hasta diez de las 18 localidades de la comarca -Tárbena, Sella, Relleu, el Castell de Guadalest, Confrides, Callosa d'en Sarrià, Bolulla, Benimantell, Benifato y Beniardá- no tienen a fecha de hoy ningún caso activo, mientras que en otras la incidencia es mínima. Entre ellas destaca La Nucía, con 5,38 casos por cada 100.000 habitantes; y Altea, con 13,46.
Últimos pacientes en el Hospital
Otra de las consecuencias directas del drástico descenso en el número de contagios por las restricciones aplicadas en la tercera ola es el descenso de pacientes con covid-19 hospitalizados en los hospitales públicos de la provincia. Y el Hospital Comarcal de la Marina Baixa no es ajeno a este proceso. Fuentes sanitarias confirmaron ayer que el centro cuenta únicamente con tres pacientes con coronavirus hospitalizados a fecha de hoy, de los cuales dos se encuentran en planta y uno en UCI. Las mismas fuentes señalaron que el centro comienza a recobrar "cierta normalidad" y que esta bajada de ingresos está siendo un "alivio" para el personal sanitario, al que la tercera ola hizo trabajar al límite de sus posibilidades, como muchos compañeros contagiados o en cuarentenas preventivas, y obligando a doblar turnos y suspender días de descanso. Este hecho, unido a la presión psicológica y emocional por la dureza de la situación, hizo "mucha mella" en médicos, enfermeros, auxiliares y otros trabajadores de la Sanidad, que ahora cruzan los dedos para que un levantamiento de las restricciones no traiga consigo la temida cuarta ola.
