Hablar de la Vila Joiosa es hablar del mar. Su vocación marinera se vive tradicionalmente en la pesca, en su gastronomía, en sus numerosas playas con distintivo de Bandera Azul; y en sus fiestas de Moros y Cristianos con su espectacular Desembarco moro, declarado de Interés Turístico Internacional.

Capital de La Marina Baixa, La Vila Joiosa, también conocida por “La Vila”, comienza a divisar las cumbres de las sierras Aitana y Puig Campana, barrera que defiende a la comarca de los vientos del norte y permite gozar de temperaturas muy agradables todo el año, y numerosas rutas senderistas para las personas amantes de la montaña.

Su centro histórico amurallado, junto al río Amadorio, posee un vistoso frente litoral ocupado por casas pintadas de colores para que fueran localizadas desde las embarcaciones por los marineros.

La iglesia parroquial de nuestra Señora de la Asunción, gótica, conserva un interesante retablo barroco. La visita al puerto permite disfrutar por la tarde de la entrada de su flota pesquera a puerto y de la animada subasta del pescado y del marisco capturado durante la jornada, el cual puede disfrutarse acompañado de exquisitos arroces en sus numerosos restaurantes con sello de calidad “La Vila Gastronómica”.

La Vila disfruta de tres kilómetros y medio de playas. Las más cercanas la del Centro y Paradís, y otra con aguas también transparentes llamada De Torres, donde se ubica el conjunto arqueológico de la torre de la Cruz y la de Sant Josep. Tan antigua como famosa es la industria chocolatera de la Vila Joiosa. Las fábricas locales abren con gusto sus puertas a los viajeros que visitan la ciudad.

La Vila Joiosa se incorporó a la Red de Destinos Turísticos Inteligentes, tomando parte de este proyecto con iniciativas tan destacadas como la construcción de Vilamuseu, un referente europeo en materia de accesibilidad, así como el desarrollo de la web accesible, la de promoción turística, y con la instalación de 31 paneles informativos accesibles en enclaves turísticos a lo largo de toda la localidad.

Precisamente en el corazón de la localidad se encuentra Vilamuseu, donde puede visitarse hasta septiembre de forma gratuita la exposición “El Bou Ferrer: Un yacimiento extraordinario”, dedicada al mayor pecio romano en excavación del Mediterráneo.

La nave mercante romana en excavación, naufragada entre 64 y 68 d. C. frente a la antigua Allon (La Vila Joiosa), portaba una carga de unas miles de ánforas que contenían salsas de pescado (una de las mercancías más valiosas de la época) y grandes lingotes de plomo con marcas que demuestran que eran propiedad personal del emperador Nerón. El proyecto Bou Ferrer, de dimensión internacional, ha sido reconocido de forma unánime por la comunidad científica europea, y es un referente de la investigación valenciana.

Por todo ello, la Vila Joiosa se consolida como destino de referencia de turismo cultural en la Costa Blanca, al tratarse de una de las ciudades más monumentales de la Comunidad Valenciana, con otros hitos como sus murallas y casco antiguo, su iglesia-fortaleza, la Torre de Sant Josep, la Casa Museo la Barbera dels Aragonés, las torres vigía o el Museo Valenciano del Chocolate, entre otros muchos monumentos y lugares de interés.