La empresa Goya Real Estate comenzará después de Semana Santa la construcción de 186 apartamentos de lujo que se levantarán sobre la antigua residencia vacacional para empleados del BBVA de l’Albir, en l’Alfàs del Pi. El proyecto fue presentado ayer a los medios de comunicación en una visita en la que participaron el CEO de la compañía, Sergio Vidal, y el alcalde de l’Alfàs, Vicente Arques, junto a numerosos miembros del gobierno municipal.

La firma, que también promueve otros proyectos en la comarca, entre ellos Delfín Tower en Benidorm, invertirá 120 millones en el desarrollo de este proyecto, cuya primera fase prevén que pueda estar concluida en un plazo de 24 meses. A ésta primera fase, que se compondrá de un total de 82 apartamentos, le seguirán otras dos fases más, cuyos plazos se irán configurando conforme avance la construcción y comercialización de la primera, según explicó Vidal.

La presentación del proyecto Delfín Natura se llevó a cabo en la parcela de lo que en su día comenzó siendo la residencia para empleados del Banco de Vizcaya, un edificio construido en el año 1963 y que llevaba sin actividad desde 2008. El terreno, que hace algunos años fue adquirido por un fondo de inversión y posteriormente, por Goya Real Estate, abarca una superficie de algo más de 30.000 metros cuadrados, de los que sólo se ocuparán con cemento 10.000 mientras que los 20.000 restantes se destinarán a zonas verdes.

La demolición de la antigua edificación comenzará pasadas las vacaciones de Semana Santa y se hará de arriba a abajo, desmontando planta a planta, para poder tratar y reutilizar todos los materiales y, además, mantener algunas de las estancias del complejo. Los nuevos apartamentos tendrán un precio que oscilará entre los 300.000 y 700.000 euros, según precisó el CEO de la compañía, quien también agregó que el proyecto obtuvo licencia el 22 de diciembre de 2020 y, desde entonces, ya se han vendido 19 de ellos: «Se han venido todos los más caros».

La promotora reducirá el inmueble de las ocho alturas actuales a un total de cuatro para reducir su impacto visual y, además, reservará 300 metros cuadrados para crear una huerta donde cultivar frutas y hortalizas para los residentes. Aunque el proyecto contempla la venta de las viviendas, también ofrecerán a los propietarios la posibilidad de alquilar sus pisos cuando no estén para poder rentabilizarlos.