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Los británicos podrán volver en mayo si la tasa de covid sigue baja

El Gobierno de Johnson fija que si España está señalada en «ámbar» se mantendrá la cuarentena al regreso y la obligación de tres PCR negativas

Turistas irlandeses residentes en Benidorm tomándose una cerveza en la zona de los pubs británicos de la ciudad. DAVID REVENGA

Noticia esperanzadora pero con posible sorpresa. El gobierno del Reino Unido ha ratificado que a partir del 17 de mayo se levantará la prohibición actual a los turistas británicos de salir de vacaciones sin restricciones, pero siempre y cuando los países elegidos figuren con el color «verde» o «ámbar» en el semáforo que regulará el movimiento en el postcovid. Es decir, que los turistas podrán volver de nuevo a la Costa Blanca, si España o la Comunidad Valenciana -no se ha determinado si la clasificación será por regiones concretas- presentan baja incidencia del covid (verde). Si no es así y están en ámbar, podrán viajar, pero al regreso seguirá en vigor la obligación de guardar una cuarentena de diez días y de tener que realizarse tres test PCR cuando se regresa al país, lo que encarecería el viaje, y añadiría más dificultades a la reactivación del turismo británico en la provincia, en la que el precio es clave. De momento, los viajes al extranjero están prohibidos en Reino Unido, y las personas que intentan salir del país sin aportar una razón esencial se enfrentan a multas de hasta 5.000 libras, algo más de 5.900 euros.

Otros cambios en la etapa postcovid de la hoja de ruta británica implican la reapertura en el país de servicios como peluquerías y barberías, al igual que gimnasios, spas, zoológicos, parques temáticos, bibliotecas y centros comunitarios. Además, podrán celebrarse bodas a las que asistan hasta 15 personas. Hasta el momento, las autoridades sanitarias británicas han contabilizado más de 4,3 millones de personas contagiadas del covid, incluidas más de 126.800 víctimas mortales a causa de la enfermedad. Por su parte, más de 31,5 millones de personas han recibido la primera dosis de la vacuna contra la enfermedad, mientras que más de 5,3 millones han sido inoculados también con la segunda.

En cuanto a la resaca de la Semana Santa, la patronal hotelera Hosbec subrayó ayer que tan sólo el 12% de los hoteles asociados de Benidorm estuvieron abiertos.  La ocupación media desde el jueves 1 al lunes 5 de abril fue del 52,3%, un dato, al menos, impensable unos meses atrás. Un 96% de las habitaciones estuvieron ocupadas por viajeros nacionales que, como consecuencia del cierre perimetral, todos ellos procedían de la Comunidad Valenciana.  La Costa Blanca, sin Benidorm, registró el 67,1%. A pesar de que solo 16 hoteles de los asociados a Hosbec han estado abiertos al público en la provincia.  Los españoles, alicantinos y valencianos, representaron un 99% de la demanda. Los hoteleros volvieron a insistir ayer en que debe finalizar el cierre perimetral menos para los clientes que lleguen con una reserva y no tengan covid. La seguridad en del interior de los hoteles es total.

El turismo de la Costa Blanca acumula un descenso del 90% de ingresos este año, con solo 93 millones de euros

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Por otro lado, la Costa Blanca recibió en febrero a 28.066 turistas extranjeros, lo que supone una caída del 95 % respecto al mismo mes del año anterior, el último rentable para el sector, que desde entonces no levanta cabeza. La mayoría de turistas procedían de Francia, el 33%, según refleja la estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras publicada ayer por el INE. En cuanto al gasto turístico, el sector facturó 39 millones de euros, un 95% menos con un gasto medio por viaje y turista de 1.390 euros, un 38% más que en febrero de 2020, debido a que los turistas que llegaron gastaron más que los británicos y, además, porque la estancia fue mayor. La duración media del viaje fue de 14'3 días, lo que supone un 62 % más que un año antes. Según los datos de esta encuesta, el gasto acumulado de los turistas en los dos primeros meses de este año ha sido de 93 millones de euros, el 12'1 % del total, lo que supone una caída del 90'4% respecto a 2020.

Francesco Balbi, ayer junto a Carlos Mazón. INFORMACIÓN

El lento control de la pandemia deja sin fecha la vuelta de los cruceros

La Diputación y la asociación no pierden la esperanza de que Alicante sea puerto base

Sin fecha para la vuelta de los cruceros al puerto de Alicante, castigado por la crisis del covid. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, señaló ayer, tras reunirse con los dirigentes de la Asociación Alicante por el Turismo de Cruceros, que la «Costa Blanca no se va a bajar de la Champion League del turismo» ya que, «el sector ha hecho los deberes y cuenta en la actualidad con la profesionalidad y calidad necesarias».  Mazón mantuvo un encuentro de trabajo con el presidente de la asociación, Francesco Balbi, para evaluar la situación del sector y conocer los proyectos que la entidad, que acaba de cumplir cuatro años, desarrollará en los próximos meses para la promoción y fomento de este segmento con el objetivo de convertir la capital de la provincia en puerto base.


«No debemos bajar los brazos y en cuanto el mal sueño de la pandemia amaine, debemos demostrar que Alicante ha hecho sus deberes» subrayó el presidente al término de la reunión.


Por su parte, Balbi señaló que «hay que seguir luchando y apostando por el turismo de cruceros porque tenemos la oportunidad de que Alicante se convierta en puerto base de forma definitiva y en referencia del sector, con los importantes beneficios que para la ciudad y la provincia ello puede suponer».


 Finalmente, apuntó que los cruceros son, dentro del sector turístico, los más perjudicado por la crisis de covid, aunque matizó que «esta situación nos ha hecho reflexionar y pensar en cómo podemos mejorar nuestra oferta para estar mejor preparados». 

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